domingo, 26 de julio de 2015

Evitando el Vacío

 

Cuanto más posees, menos puedes amar. Y el amor es la puerta. O, cuanto menos puedes amar, más comienzas a poseer cosas. Las cosas se convierten en un sustituto.

 

 

 

 

Intentemos entenderlo. Nace un niño. Si la madre lo ama… los psicoanalistas han estado estudiando, se ha hecho mucha investigación; si la madre lo ama, el niño nunca bebe demasiada leche, nunca, porque él sabe, es una comprensión tácita, que la madre está siempre disponible y está siempre lista a compartir. ¿Entonces cuál es el miedo? Si la madre ama al niño, el niño tomará solamente tanta leche como sea necesario. Si el niño es amado, nunca verás un vientre grande en el niño.

El niño estará proporcionado. De hecho la madre estará constantemente preocupada de que el niño no está comiendo o bebiendo o tomando todo el alimento que es necesario. Pero el niño ha entendido que siempre que la necesidad aparece, la madre está allí. Él puede confiar en el amor.

Pero si la madre no ama al niño, entonces él se asusta del futuro. El amor no se nota, la comprensión tácita no se nota, así que siempre que él tenga la oportunidad comerá tanto como pueda, beberá tanta leche como pueda. Ahora ya se ha vuelto un avaro; ya ha empezado a acumular cosas en el cuerpo. Está asustado. ¿Quién sabe acerca del mañana? Esta madre no es confiable; él tiene que acumular para las emergencias. Entonces acumulará grasa, comerá más.

La gente que no ha sido amada en su niñez sigue comiendo más. Ninguna dieta puede ayudar a menos que surja el amor. Ellos comerán; el comer se ha convertido en un substituto del amor. Si alguien los ama, verán inmediatamente que el comer en exceso se ha detenido.

Tanto el amor como el alimento provienen del pecho de la madre. La primera experiencia del amor es del pecho de la madre y la primera experiencia del alimento es también del pecho de la madre. Tanto el amor como el alimento llegan a estar asociados. Si hay menos amor, tiene que ser substituido por más alimento.

Si el amor es suficiente, puedes permitirte no comer mucho. No hay necesidad. ¿Lo has observado? Siempre que te enamoras profundamente, el hambre desaparece. No sientes hambre. El amor satisface tan profundamente que te sientes lleno. Entonces uno empieza a comer cada vez menos.

Una mujer me estaba hablando. Estaba muy desconcertada. Su marido había muerto y me dijo: “He estado guardando un secreto. No se lo he dicho a nadie porque nadie entenderá. Pero puede que tú entiendas, así que te lo estoy diciendo. Y me sentiré aliviada ya sea que lo entiendas o no. Pero por favor no se lo digas a nadie”.

Dije, “¿Qué ha sucedido?”

Ella dijo, “Cuando mi marido murió, por la noche me sentí muy hambrienta. El cadáver yacía en la casa. ‘¿Qué pensará la gente si voy a comer?’ Toda la familia estaba despierta, algunos parientes habían venido y muchos amigos estaban allí juntos. Y sentí mucha hambre, tanta como nunca había sentido'.

¡Así que ella tuvo que entrar a su propia cocina como un ladrón! En la oscuridad, ella comió. Y ahora, desde entonces, se ha estado sintiendo culpable. “Mi marido había muerto. ¿Era ese el momento de sentirse hambrienta? Su cadáver yacía allí. Yo era como un ladrón, comiendo en la oscuridad de mi cocina'. Ella me preguntó, “¿Qué sucedió?”.

Le dije, “Es un hecho simple. La persona que amabas, murió. Inmediatamente, te sentiste vacía. Entonces ese vacío tuvo que ser llenado con algo”.

Desde entonces he estado hablando con mucha gente y he llegado a la conclusión que siempre que estás triste, comes más. Siempre que tienes una tristeza profunda, te sientes más hambriento. Siempre que estás feliz, fluyendo, alegre y amoroso, y el amor te colma, ¿a quién le importa comer mucho? Entonces incluso una pequeña cantidad de alimento es suficiente, porque el amor está nutriendo mucho.

La gente que no puede amar se vuelve siempre avara: posesiva, acumuladora de cosas.


Osho, Come Follow to You, Vol. 2, charla #12

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