martes, 30 de enero de 2018

Sentido chamánico de las enfermedades .

Las enfermedades pueden verse como viajes de iniciación chamánica en los que nuestro cuerpo y espíritu podrían estar revelando un profundo mensaje, un llamado a transformarnos y, a la vez, poniéndonos a prueba



shaman
La forma en la que la cultura occidental lidia con las enfermedades –especialmente las enfermedades mentales- es muy distinta a la manera en la que tradiciones chamánicas tratan este tipo de exabruptos o desbalances. En la mayoría de los países occidentales, cuando la medicina establecida es requerida, inmediatamente se decide anegar el padecimiento que se está manifestando con una alta dosis de fármacos. Se reacciona de manera agresiva y general, sin ahondar mucho (a menos de que no funcionen los antibióticos, psicoactivos o corticoesteroides que suelen recetarse de cajón) en las particularidades de dicha enfermedad y, sobre todo, del individuo (su propia historia personal). ¿Cómo saber si esta enfermedad tiene un mensaje para nosotros, cuando asesinamos al mensajero antes de que pueda revelar su significado?
Es verdaderamente lamentable ver cómo muchas personas inquietas y hasta brillantes  son apagadas y marginadas con medicamentos de alta potencia, principalmente por no adaptarse a la norma y a las formas aceptadas de comportamiento dentro de lo que predetermina nuestra sociedad –y la crueldad se acentúa en el hecho de que muchas veces la causa del sufrimiento, de la depresión, de la locura o del mismo mal funcionamiento del organismo es solamente la incapacidad de nuestra sociedad para aceptar esas diferencias y, aún más, para proveer un contexto donde integrar estas anomalías que tanto nos aterrorizan-. La medicina moderna, lo que ataca, son los síntomas; las causas no son negocio.
Si bien le tememos a toda enfermedad, a ese espejo fragmentado que a la vez amplifica grotescamente nuestro rostro verdadero, la locura nos produce un pánico que no conseguimos tolerar justamente porque parece amenazar nuestro orden cauterizado. Una persona enferma nos parece simplemente decadente, pero en su propia debilidad resulta inofensiva. No es así con el enfermo mental, quien en ocasiones parece mantener una cierta energía –o un fuego indómito- suficiente para subvertir y hacer olas en el estadio de falsa perfección de nuestra realidad –la locura es el grito sobre el silencio pudoroso y acomodaticio de la burguesía mental-. Y es que la locura es, de entrada, la posibilidad de otra realidad. Por ello, rápidamente reaccionamos invalidando esa realidad posible (que es, esencialmente, un atentado en contra de la preeminencia de una única realidad: la nuestra). El loco es el error del mundo, el error de la sociedad, el error de Dios (y como tal, hay que arreglarlo u ocultarlo). En términos del lenguaje de programación que nos regula: es un virus en nuestro sistema.
Pero no en todos lados es así. El poder del pensamiento tecnoracional parece incontestable, pero a fin de cuentas sólo ha tenido potestad en el mundo durante un parpadeo (es apenas una golondrina en los eones de la Historia). Antes de la confianza apolínea en dominar el caos, reinó el instinto delirante de la manía, de la posesión, de la teofanía y el furor en la termodinámica humana. El chamanismo, como nos muestra Mircea Eliade, la religión o filosofía técnica de la naturaleza más antigua, entendió en su origen que lo que hoy llamamos una enfermedad mental era posiblemente una manifestación de lo divino –o de aquello extraordinario, que merecía ser atendido por la comunidad como un mensaje y una oportunidad de conocer el misterio y sanar-.
Screen Shot 2014-06-16 at 9.06.31 AM 
Un fabuloso ejercicio: llevar a un chamán a un hospital mental en Estados Unidos (meca del medicamento). Entra Patrice Somé, un hombre que se escapó de la instrucción de los jesuitas (evangelizando aún) para regresar a su pueblo en Burkina Faso y aprender medicina dentro de la tradición de los Dagara.  Más allá de que el término “chamán” ha sido a la par romantizado y prostituido, Somé ha intentado re-aprender la tradición de los Dagara ligada a la medicina y los ritmos de la tierra y puentearla con Occidente. Así, este sanador o psicointegrador africano ha escrito sobre sus visitas a hospitales mentales en Estados Unidos.
Somé observó cómo pacientes miraban las paredes desangelados y embotados, en estado zombie, bajo la indolencia y el extravío de los medicamentos psicotrópicos. “Así que esta es la forma en la que los sanadores son tratados en esta cultura. ¡Es una lástima! ¡Qué pérdida que una persona que por fin está alineada con una fuerza de otro mundo sea desperdiciada!”. Somé relata haber visto a personas internadas con los mismos síntomas que había presenciado en su comunidad –personas que luego fueron encaminadas para desarrollar las artes de la sanación-. Apenas una depresión o un caso moderado de psicosis es suficiente para que una persona sea colocada en un regimen de medicación por años.
Para la tradición de los Dagara, los desordenes mentales son emergencias o crisis espirituales que llegan en ayuda de un incipiente sanador. El malestar y el deterioro que producen es resultado de que la persona no reciba la asistencia adecuada para integrar esta energía espiritual, comúnmente incompatible con la realidad cotidiana a la que ha sido sujeto. En otras palabras, son llamados del espíritu. No es sólo la tradición de los Dagara la que dice esto. La medicina unani o medicina grecoárabe, heredera de Hipócrates y Maimónides, considera que las enfermedades son los mensajeros de la naturaleza (de la deidad) y, por lo tanto, nuestros aliados en el camino de la evolución individual. En la sanación se hace visible la acción del tabiyat -nuestra naturaleza o espíritu, en su empuje por manifestarse y llevar el barco hacia el puerto-.
Es parte consustancial de la narrativa que repetimos –de lo mítico— que el héroe debe de atravesar una crisis para encontrar y apuntalar su identidad. Generalmente el héroe debe de enfrentar su parte oscura, descender al inframundo y morir (simbólicamente) para cobrar toda su fuerza y cumplir su destino. En palabras de Joseph Campbell, el viaje del héroe refleja un movimiento de las realidades exteriores hacia una dimensión interna, "de la escena del mundo de los efectos secundarios a aquellas zonas causales de la psique donde las dificultades realmente residen". Este modelo épico bien puede aplicarse al grueso de nosotros, con nuestros pequeños dramas. La enfermedad quizás sea la más clara y común manifestación de este mítico escollo en el que descubrimos quiénes somos y nos transformamos más allá de los vectores colectivos, si es que somos capaces de decodificar el mensaje (algo como el oráculo de Delfos en la Esfinge de cada uno) e integrar lo que permanecía oculto en nosotros. Matar al dragón es sólo el postre inercial de saber quiénes somos (que somos asesinos de dragones, como los soles de todas las religiones). Como en aquel guardián del cuento de Kafka, Ante la Ley, hay un dragón personalizado para cada uno de nosotros.
En sus visitas dantescas a los hospitales mentales, Somé relata que observó entidades sobrenadando entre los pacientes. “Estaban causando los problemas en estas personas… Estos seres estaban actuando como una especie de energía que excavaba en los campos de energía de estas personas. Estaban aferrados a esto. Las personas a las que le hacían esto estaban gritando y pataleando”.
Esto parece especialmente pronunciado entre los esquizofrénicos, personas que padecen una enfermedad mental que comparte muchas características con el chamanismo tradicional y las habilidades psíquicas. Existe, en la esquizofrenia, una especial “receptividad a un flujo de información e imágenes que no puede ser controlado”. Estas imágenes pueden ser visiones numinosas que reconcilien a una persona con sus miedos más profundos o con aquellos ancestros que siguen pesando en su sombra y, a la vez, revelen información útil para una comunidad –si es que logran ser asimiladas-. “La energía del sanador es de alto voltaje. Cuando se bloquea, simplemente quema a la persona”.
Las entidades observadas pueden ser representaciones de fuerzas de choque, ya sea que buscan ayudar a la persona enferma -ese sanador en potencia- o que buscan limitar su propia expresión, antiguas cuitas irresolutas.
Estamos acostumbrados a etiquetar las cosas como buenas o malas y, así, todo aquello que nos hace sentir cierto malestar es rápidamente repelido -el mareo o la manía misma de lo divino-. Pero ¿cómo podemos cambiar algo que está tan enraizado, si no sacudimos la estructura misma sobre la que se entierra? Alguna vez escuche decir que "la salud es movimiento" y, entonces, la verdadera enfermedad es aquello que se estanca. Una persona completa (y sana) debería de ver pasar por su cuerpo y su mente los peores demonios; todo un desfile de sombras pasando. Nuestro temor, entonces, no debería de fijarse en estar enfermos o en estar viviendo algo "malo", sino en no ser capaces de ver y hacer surgir nuestros antiguos dolores -traumas y fantasmas- fluyendo por nuestro cuerpo y cumpliendo su cauce.
No es necesario creer, como ocurre con Somé y el pensamiento chamánico, que las enfermedades son llamados del espíritu o de nuestro propio chamán interior. Una lectura secular y moderada nos muestra, de todas formas, que casi siempre las enfermedades -como crisis psicosomáticas- son oportunidades de asimilar una parte de nosotros que yacía desatendida y, posiblemente, transformarnos e incluso hallar las joyas ocultas en nuestro ser -aquellas que van más allá del condicionamiento, la utilidad y la futilidad mundana-. Esto no es sólo una herramienta, un enfoque positivo para superar la enfermedad; es algo más. Es un conocimiento arquetípico de la psique, que permite trascender en espíritu la misma contingencia humana -el accidente, el azar y la misma enfermedad- en la fuerza del individuo que se reconoce a sí mismo como una manifestación única de la múltiple unidad de todas las cosas. Y entonces, ocupa su lugar en el misterio.

autor: @alepholo

lunes, 29 de enero de 2018

LAS FRACTURAS EMOCIONALES DEL ALMA Y CÓMO CURARLAS.


La fractura del alma es una dolencia espiritual que se produce cuando una persona tiene alguna experiencia de gran sufrimiento en su vida.
Para el ancestral conocimiento chamánico, el alma del ser humano puede fracturarse en varias partes debido a acontecimientos fuertes. Cada experiencia o hecho que nos hace sufrir mucho puede ser causa de una fractura del alma.
La fractura del alma se siente como una sensación de vacío, como que nos falta algo, como que perdimos una parte nuestra y que no podemos encontrarla.

La fractura del alma se produce por la muerte de un ser querido, una mudanza traumática, un gran susto, perderse cuando se era niño, un accidente importante, una separación, un divorcio traumático, una traición, una enfermedad. En general, para que el alma se fracture tiene que suceder un acontecimiento que nos impacte e influya fuertemente en los sentimientos y pensamientos.
Las fracturas del alma pueden “verse” en los ojos de las personas, en la falta de brillo, en que están a pagados, porque los ojos son el lugar del cuerpo donde reside el brillo del alma.

Pero porqué solo una parte del alma se fractura y no toda cuando sucede un acontecimiento doloroso. La respuesta que han dado los chamanes por miles de años es que esa parte sufrida del alma se va porque no debe generar un desequilibrio general. Es como cuando en un cajón de manzanas una de ellas se pudre y hay que sacarla para que no pudra al resto. Con el alma es lo mismo, sólo que la inteligencia de nuestro espíritu realiza este fenómeno de salvamento de la integridad espiritual. Si el hecho hace que toda el alma se fractura y se valla, la persona muere, porque sin alma un ser humano no puede vivir, según el chamanismo.

El alma se distribuye por todo el cuerpo físico, emocional, mental y espiritual del ser. El alma es la energía vital que tenemos. Pero el alma es mortal y fácilmente dañable. La fractura es una de las dolencias que el alma experimenta en nuestro ser.

Por otro lado, la fractura del alma provoca el olvido del acontecimiento doloroso que ha generado esa fractura. También genera el olvido de algunas cosas de todos los días. El caso de una señora mayor a la cual se le había muerto el marido hacía muy poco tiempo me ha llamado la atención sobre la influencia de la fractura del alma en la memoria. Esta mujer, que se dedicaba a dar clases a muchos alumnos, inmediatamente de la muerte de su marido comenzó a perder las cosas en su casa, a no recordar clases que sabía muy bien, a no recordar nombres, entre otros pequeños y grandes olvidos. Luego de cinco meses seguía empeorando su pérdida de la memoria hasta que se decidió a que le devolvieran el alma luego de probar todo tipo de fármacos y remedios naturales sin resultado.
La experiencia de recuperación de sus fracturas del alma fue la siguiente: Realicé un viaje al mundo inferior para encontrarme con mis animales de poder, que me guiarían hasta las fracturas del alma de la señora. Al encontrarme con mis animales les consulté si esta mujer tenía fractura del alma y cuántas. Mi animal de poder me dijo que tenía dos fracturas del alma y que su corazón estaba muy mal debido a la pérdida de su marido. También me dijeron que una de sus almas estaba en el borde del río que separa el mundo de los vivos del mundo de los muertos y que ella quería irse con su marido, que no quería vivir más con ese sufrimiento, y que había que sacarla lo antes posible de ese lugar antes que decidiera comenzar a morirse lentamente, generando una enfermedad. Les pedí a mis animales de poder que me acompañaran a buscar esas fracturas del alma y comencé a deslizarme hacia las mismas. La llamé por su nombre cuatros veces (en el chamanismo lo que se quiere hacer o pedir hay que decirlo cuatro veces) y me fui acercando hasta un lugar oscuro a mi derecha desde donde estaba parado en el mundo inferior. Ella se encontraba sentada en una roca, con las manos tapándose la cara y llorando. Al verla le pregunté si era una de las fracturas de alma de ella y me respondió que sí. Entonces le pregunté por qué se había ido y me contestó porque estaba sola en el mundo, porque todos los hombres en su vida la dejaban. Le dije que debía regresar porque donde estaba no era su lugar, que tenía que dejar de sufrir y aceptar que no estaba sola. Le pregunté si tenía alguna condición para regresar y me dijo que volvía con la condición de que ella no se aferre a ningún hombre más para ser feliz. Le pregunté dónde estaba la otra fractura del alma y me dijo que en el borde del mundo de los muertos. Entonces, la cargué a un costado mío sosteniéndola con uno de mis brazos. Comenzamos a ir hacia ese lugar, pasando por un camino lleno de árboles frutales y llegando hasta la orilla del río. Este río que separa los mundos ha sido descripto por personas de muchas culturas de todas las épocas, generalmente se lo ha entendido como un elemento mitológico de las sociedades antiguas pero verdaderamente esos relatos se remiten a viajes a ese mundo.
Así fue como llegamos hasta la orilla del río; me di cuenta de que estábamos en el lugar correcto porque comencé a ver la barca y al barquero que llevan las almas hasta el mundo de los muertos. No me acerqué a él y comencé a buscar a la señora por los alrededores hasta que la vi parada mirando hacia el otro lado del río. Me acerqué y le pregunté si era la otra alma. Me dijo que si y había llegado hasta ese lugar para seguir a su marido al otro mundo. Ella tenía la mirada perdida en el horizonte. Le dije que debía volver lo antes posible y me dijo que lo haría con la condición de que ella misma debía sonreír otra vez. Entonces la cargué en mi otro brazo y comenzamos el regreso al mundo inferior. Mi animal de poder siempre estuve pegado a mí cuidándome. Al llegar al mundo inferior agradecí a mis animales y salí con las dos fracturas del alma hacia el mundo del medio donde estaba la señora. Al regresar soplé esas dos fracturas en su pecho y cabeza y pasé mi maraca cuatro veces alrededor de su cuerpo acostado en mi manta. Luego que le soplé, ella realizó una inspiración profunda y abrió los ojos. Allí le dije lo que me habían dicho sus partes del alma y que se las había traído con esas condiciones. Ella luego de pensar un momento me dijo que desde que su marido había muerto había dejado de sonreír y que haría el esfuerzo de volver a hacerlo. Pero lo que más me llamó la atención fue el hecho de que me confesó que en toda su vida había sufrido mucho porque los hombres a los que más había querido se habían muerto, uno había sido su padre, otro su hermano y finalmente su esposo. Al tiempo volví a verla a esta señora y me confesó que se sentía más tranquila y con más paz y que ya no se olvidaba donde dejaba sus llaves ni tampoco lo que tenía que decir cuando estaba dictan doclases. También me confesó que en los días posteriores a la devolución de las almas había soñado con su hermano y con su esposo y que se despedían de ella. Luego de un tiempo pudo retomar su vida con más alegría.

La fractura del alma provoca una dispersión de la energía en el sujeto. La energía del alma, cuando experimenta algún hecho importante se dispersa hacia algún lugar. Lo que dejan las fracturas del alma son dolencias emocionales y mentales pero muchas también comienzan a generar o permiten el inicio de alguna enfermedad en el cuerpo. Evidentemente, todos los aspectos del ser humano están íntimamente relaciones y vinculados como un sistema complejo, que cuando algún elemento del conjunto es afectado por algo, todos los demás también se afectan, y es ahí donde comienza el desequilibrio.  
Un desequilibrio psíquico importarte que cura la devolución de la fractura del alma es la depresión. En términos del chamanismo, la depresión se produce por una gran fractura del alma que desequilibra toda la psiquis del ser humano. Un acaracterística destacada de la depresión es la angustia y el llanto. Las personas que sufren de esta enfermedad sienten esa sensación angustiosa que los hace llorar por pequeños acontecimientos, y se sienten débiles corporal y mentalmente. Es como si lo que les pasa no los dejara avanzar hacia ninguna dirección. Para el chamanismo, la depresión se fundamenta primordialmente en una dolencia del alma, y desde allí comienza su curación. Desde la perspectiva chamánica, si se le de devuelve la fractura del alma más importante a una persona con depresión se notará que muy rápidamente deja de llorar. Esto nosignifica que ya se haya curado, pero sí significa que la angustia ha disminuido a un nivel más tolerable. Y si se realizan todas las devoluciones de fracturas del alma de esa persona, en muy pocas semanas el estado de la enfermedad ya no sería depresión, sino otra cosa mucho más llevadera y solucionable. Y si se termina de realizar el tratamiento chamánico a largo plazo y se controla que no se produzca una nueva fractura, la interioridad de la persona se equilibrará y volverá a la normalidad pudiendo desarrollar las actividades de su vida.
El caso de una joven que se había separado de su novio puede ilustrar esto. Ella era una mujer muy sonriente y emprendedora. Si bien se la puede considerar del tipo sensible y llorar por cualquier evento emotivo, nunca lloraba más que unos momentos. En un momento de su vida conoce a una persona, se enamora pero en el largo plazo le trasforma su tranquilidad. En un momento dado él decide separarse y ella no lo puede soportar. El se va de viaje y ella queda sola con esa angustia. Comienza su etapa de llanto continuo. Pasa varias semanas de angustia hasta que visita a un médico, que la deriva a un psiquiatra que le diagnostica depresión. Ella seguía llorando pero se negó a tomar los medicamentos que le había recetado. Decidió entonces probar con el chamanismo. No voy a relatar todos los viajes que se realizaron para traer sus almas, pero lo que sí hay que decir es que al otro día de que se le devolvió las dos primeras fracturas del alma ella dijo que se levantó a la mañana como tranquila y feliz y que había dejado de llorar. Que ya no sentía esa angustia en el pecho y que sus pensamientos eran más claros con respecto a su ex pareja. Esta joven al poco tiempo pudo restablecersu vida emocional con otro hombre y al año se casó.
Algo similar sucedió con otra mujer que hacía dos años estaba pasando un estado de depresión muy profunda, que no le permitía disfrutar la vida. Luego de las devoluciones del alma ella pudo reiniciar su vida como era antes de los sucesos que le habían pasado.
Desde elpunto de vista chamánico, el estado de depresión es producto de varias fracturas del alma de tiempos recientes que se combinan con otras pequeñas de tiempos anteriores. Pero al solucionar el problema inmediato de las fracturas del alma, traer las demás y que se engarcen a la totalidad es mucho más fácil.
Es muy importante resaltar que cuando se inicia un tratamiento chamánico que incluye la devolución de las fracturas del alma, este debe finalizar en un tiempo determinado, luego de tres o cuatro sesiones y que no debe ser interrumpido. Sino se realiza de esta manera, las consecuencias pueden no ser muy gratas para la persona, porque la psiquis se altera en el momento de la devolución de las fracturas del alma. Si se devuelven todas las fracturas y se controla que éstas se queden y armonicen con la psiquis en general, la sanación es posible. Si no se logra esto, la alteración puede ser peligrosa. Para ilustrar esto, una joven que se había intentado suicidar varias veces cortándose las venas comenzó un tratamiento chamánico pero no lo finalizó. Ella creyó que con una vez sola de atención se había curado de sus ataques contra ella misma, pero al cabo de un tiempo se encontró lastimándose nuevamente. Si bien fue advertida de esto, la decisión fue de ella y no de la persona que la atendió chamánicamente.

La devolución de las fracturas del alma permite que una persona vuelva a un camino de evolución más sencillo. Cuando existen esos agujeros energéticos como lo son las fracturas del alma y el desequilibrio en los distintos espacios del ser, la evolución se hace lenta, difícil y dolorosa porque el alma no puede desempeñar su vínculo con el Espíritu, simplemente porque sufre. En cambio, cuando el alma está completa, ésta puede hacer más efectivo el vínculo, y puede acercar a la consciencia más directamente la energía del Espíritu. Al estar el alma completa e íntegra de una persona, los motivos de la existencia son más claros y la energía que antes estaba dedicada al sufrimiento comienza a utilizarse en forma más efectiva para esos motivos.
Las personas que tienen grandes fracturas del alma tienen la sensación de haber perdido el sentido o la razón de hacer cosas que antes hacían con entusiasmo, como trabajar, hacer deporte, etc. Cuando el alma regresa, vuelven todas esas energías que permitían trabajar bien, con alegría, con entusiasmo.

Cuando se realiza un viaje para buscar el alma de una persona y se la encuentra, siempre se le pregunta cuándo se fue y qué edad tiene, porque para esa parte del alma todo es presente, ya que el tiempo se detuvo en el momento de irse. Pero el presente de la fractura del alma no es el mismo por el que está viviendo el consciente. La cantidad de energía que demande a la psiquis en general esa fractura del alma será la determinante de la percepción del tiempo de la persona. Si lafractura del alma es muy grande o hay varias fracturas juntas por haberse producido por una serie de hechos dolorosos, la energía que demandará será tan grande que la persona no podrá hacer mucho en su vida diaria.
En síntesis, la fractura del alma es una dolencia espiritual que genera queel alma misma no pueda llevar a cabo su cometido, que es acercar al consciente los designios del Espíritu en el ser. El alma guía a la persona en su vida porque el alma es guiada por el Espíritu. Cuando el alma está fracturada la evolución de la persona se frena o se hace más difícil de lograr. La desorientación que se produce cuando hay fracturas del alma es porque ésta no está realizando suprimordial función, que es la conexión con el Espíritu o Dios.
La devolución de las fracturas del alma hace que ésta vuelva a estar íntegra y a funcionar equilibradamente. Si el alma está completa, toda la psiquis está sana y el cuerpo puede trabajar tranquilo sin enfermarse. Un alma íntegra significa que no hay agujeros energéticos en la persona que permitan que ingreses enfermedades. La evolución del ser está íntimamente relacionada con el alma porque éste es la que se encarga que el ser humano siga caminos espirituales.
Todos los casos presentados son sólo un ejemplo de cientos de ellos que se han estado tratando durante muchos años de prácticas chamánicas. Y las prácticas que se realizaron durante este tiempo no son distintas a las que han estado aplicandolos chamanes de todos los tiempos y lugares del planeta. El chamanismo siempre ha estado presente en todas las culturas del mundo cumpliendo su tarea de sanar el alma de las personas entre otras funciones que ha tenido. Actualmente se sigue esa tradición simplemente porque ha dado resultado y es efectiva para ayudar a las personas a que estén mejor.
El chamanismo actual no niega ni va en contra de ningún otro tipo de terapias científicas, como es la psicología o la psiquiatría, porque pueden trabajar en forma conjunta. Mientras el chamán trae el alma de la persona desde otras realidades, el psicólogo hace consciente algunos elementos de esas fracturas del alma (cuando ya regresó).

MartínArmando

viernes, 12 de enero de 2018

La frecuencia del Amor

La infelicidad es consecuencia de no haber aprendido a vivir, de ir por la vida desenergizado y sin saber cómo reenergizarse. La felicidad alude a un nivel vibratorio que es compatible con el Janajpacha, es decir con la realidad superior. La felicidad es la frecuencia vibracional desde la cual podemos recibir protección y energía sanadora. El amor es la frecuencia que nos conecta al chej-pacha, al orden cósmico, nuestra mega biósfera invisible.
En la vida consciente todo acto procede de una intención. En la civilización de zombis, ya no hay intención, sólo costumbre y gustos adquiridos a partir de las estrategias manipulatorias de la sociedad de consumo. Esto revela existencias vacías, ancladas a un galopante consumismo. El occidental ve a la realidad fuera de sí mismo, por eso destruye a la naturaleza de la cual no se siente parte. Su pensamiento lineal, bloquea su sensibilidad y de esta manera, su ignorancia está garantizada y también su capacidad destructiva.
La realidad y la naturaleza es la suma de múltiples conexiones y recombinaciones. Pacha es naturaleza, pero también es Universo y también es uno mismo. En la cosmovisión chamánica, existe una jerarquía circular donde todos son importantes y necesarios y donde la falta de uno de ellos, obliga a una reacomodación de la totalidad, del chej-pacha y si esto ocurre a gran escala, se genera un desequilibrio. Si la Pachamama y el Universo no están fuera de nosotros, todos somos Pacha.
Es probable sin embargo que sólo el humano, en la Tierra, tenga la posibilidad de tener consciencia de lo qué es y de la totalidad a la que pertenece. Soy el representante de la sabiduría ancestral. La mejor manera de definirse es no definirse, entonces no te separas de la totalidad y simultáneamente preservas tu identidad, sin ruptura del todo que te contiene. Nosotros hablamos de la sabiduría del corazón y de la herramienta de la intuición, que se intensifica cuando nos transformamos y crecemos y con ello, incrementamos nuestra sensibilidad. Crecer es ir desde la dimensión telúrica a la dimensión cósmica. La muerte es la puerta dimensional de una vida bien vivida. La realidad hay que sentirla para luego poder pensarla.
El pensamiento por sí solo, atrapa solamente fragmentos y con ellos uno termina autoengañándose. La información fragmentada resulta estéril para una vida que es pura conexión y movimiento organizado. Lo que no es real no existe. Lo real convencional es una ilusión. Los rebaños de creencias fabrican ovejas conformistas. La mayoría de la gente prefiere que le digan dónde está el camino, en vez de trabajar en construirlo.
Iveshama busca devolver al hombre, la capacidad de abordar su mundo interior y liberar su potencial. Porque cada persona es intención y voluntad, con un riguroso y auténtico trabajo chamánico, podemos lograr un intención enfocada y una voluntad inquebrantable. Quien se reconcilia con la naturaleza, no sólo comienza a estar protegido sino que también inaugura un poder inédito, reservado para quienes decidieron vivir a plenitud.
Lo importante no es responder a la pregunta “de dónde venimos”, sino “a qué venimos”. Primero se trata de dejar de ser lo que no elegimos ser y recuperar nuestro poder de elegir. Para ello hace falta ver, darse cuenta y tomar posición. En lo profundo de toda experiencia, no hay tiempo. Antes de viajar a otras realidades, primero necesitamos habernos convertido en astronautas de nuestro espacio interior. Lo fundamental de nuestro chamanismo, es que resulta aplicable a la vida diaria de cualquier persona que se atreva a vivir diferente y con poder.
De todas maneras es importante saber, que el conocimiento chamánico se entrega, pero eso no significa que se entienda. En el chamanismo Iveshama, el guía es uno mismo, pero los asesores son fundamentales como los niveles de protección. Todos somos poderosos. Cuando recuperamos nuestro poder, la magia emerge de nosotros y comenzamos a dejar huellas de luz.
Aprender chamanismo no tiene como propósito volverse chamán, sino básicamente conocer el sagrado arte de vivir plenamente. A esto cada uno añadirá lo que desee. Recuerda que la grandeza de un hombre, se ve en las pequeñas cosas que hace y en la manera cómo vive cada momento. Sentir es tan importante como pensar, y juntos nos hacen poderosos. Chamanismo es una propuesta para no permanecer más tiempo mirando tu vida desde afuera de la vida plena. Fuera de la vida, es territorio de la muerte y sin plenitud, ya comenzamos a morir. Chamanizar nuestra vida nos permite descubrir en cada instante, una semilla de la eternidad. Quien sabe lo que le corresponde hacer en cada momento, alcanzó la libertad. Eso buscamos.
CHAMALU

EL INCIENSO AFECTA POSITIVAMENTE AL CEREBRO.

Si sueles quemar incienso en casa, estás incidiendo directamente sobre tu cerebro, probablemente sin saberlo. De hecho, durante siglos diferentes religiones han sostenido que quemar incienso es bueno para el alma. Y todo parece indicar que no andaban muy desacertadas ya que ahora un equipo de biólogos de la Universidad de Johns Hopkins y la Universidad Hebrea de Jerusalén afirma que también es positivo para el cerebro y explican que sus propiedades psicoactivas podrían ser la razón por la cual las personas siguen quemando incienso en las prácticas religiosas, a través del tiempo y a lo largo de todo el mundo.

El incienso tiene propiedades ansiolíticas y antidepresivas
Estos investigadores descubrieron cómo el franquincienso, una resina de la planta boswellia sacra, también conocida como el árbol del incienso, actúa a nivel cerebral para combatir la ansiedad o la depresión. De esta forma, podríamos tener a la mano una poderosa herramienta para aliviar los síntomas ansisosos o depresivos, sin saberlo.
Básicamente, el poder curativo de esta práctica radicaría en el acetato de incensole, un compuesto de la resina que se extrae del árbol del incienso. De hecho, estos investigadores expusieron a unos ratones a esta sustancia y apreciaron que tenía efectos antidepresivos y ansiolíticos.



Al analizar con mayor profundidad su acción descubrieron que el acetato de incensole actúa en algunas áreas del cerebro vinculadas con las emociones, así como en los circuitos sobre los que normalmente inciden los medicamentos para la depresión y la ansiedad.
De hecho, descubrieron que quemar incienso activa una proteína denominada TRPV3, la cual está presente en el cerebro de todos los mamíferos, incluyendo los humanos, y desempeña un rol importante en la percepción de la temperatura a través de la piel y la regulación emocional.
El acetato de incensole también tiene propiedades antiinflamatorias. Un estudio llevado a cabo en la Ariel University Center of Samaria descubrió que este componente del incienso inhibe la inflamación y previene los déficits cognitivos después de una isquemia. Por tanto, además de su acción antidepresiva y ansiolítica, esta sustancia también tiene un efecto protector contra el daño neurológico.

Sin embargo, antes de quemar incienso como terapia debes tener presente que algunos estudios indican que otros componentes del humo del incienso podrían provocar mutaciones en el material genético, por lo que se recomienda que cuando quememos incienso, mantengamos siempre al menos un grado mínimo de ventilación.
Fuentes:
Zhou, R. Et al. (2015) Higher cytotoxicity and genotoxicity of burning incense than cigarette. Environ Chem Lett 13: 465.
Moussaieff, A. et. Al. (2012) Protective effects of incensole acetate on cerebral ischemic injury. Brain Research; 1443: 89-97.
Moussaieff, A. et. Al. (2008) Incensole acetate, an incense component, elicits psychoactivity by activating TRPV3 channels in the brain. The FASEB Journal; 22(8): 3024-3034.