A menudo siento pánico, y me preocupa que pueda enloquecer.
Lo básico que debe ser entendido es que tú no eres la mente; ni la brillante ni la oscura. Si te identificas con la parte hermosa, después es imposible desidentificarte de la parte fea; son dos caras de la misma moneda. Tú puedes tenerla entera, o puedes desecharla entera, pero no puedes dividirla.
Toda la ansiedad del hombre es que quiere elegir lo que parece hermoso, brillante; quiere elegir todos los resquicios de esperanza, dejando atrás la nube oscura. Pero no sabe que los resquicios de esperanza no pueden existir sin la nube oscura. La nube oscura es el fondo, absolutamente necesario para que se vean los resquicios de esperanza.
Elegir es ansiedad.
Elegir es crearte problemas.
No elegir significa: la mente está allí y tiene un lado oscuro y tiene un lado brillante. ¿Qué pasa con eso? ¿Qué tiene que ver contigo? ¿Por qué deberías preocuparte por ello?
En el momento en que no estás eligiendo, toda la preocupación desaparece. Surge una gran aceptación, de que es así como la mente tiene que ser, ésta es la naturaleza de la mente y no es tu problema, porque tú no eres la mente. Si tú fueras la mente, no habría habido ningún problema. ¿Entonces quién elegiría y quién pensaría en trascender? ¿Y quién intentaría aceptar y entender la aceptación?
Tú estás separado, totalmente separado.
Eres solamente un testigo y nada más.
Pero estás siendo un observador que se identifica con cualquier cosa que encuentra agradable y se olvida de que lo desagradable está viniendo justo detrás como una sombra. Tú no te preocupas por el lado agradable, te regocijas en él. El problema llega cuando el polo opuesto se impone; entonces te desmoronas.
Pero tú empezaste todo el problema. Al caer [dejar] de ser sólo un testigo, te identificas. La historia bíblica de la caída es sólo una ficción. Pero ésta es la verdadera caída, la caída de ser un testigo a identificarse con algo y perder tu consciencia.
Sólo inténtalo de vez en cuando: Permítele a la mente cualquier cosa. Recuerda, tú no eres eso. Y vas a tener una gran sorpresa. A medida que te identificas menos, la mente empieza a volverse menos poderosa, porque su poder viene de la identificación; te chupa la sangre. Pero cuando empiezas a mantenerte apartado y a distancia, la mente empieza a encogerse.
El día que te encuentras totalmente desidentificado con la mente, aunque sea por un sólo momento, allí está la revelación: la mente muere simplemente; ya no está más allí. Estaba tan llena, estaba tan de continuo, día y noche, despertando, durmiendo, estaba allí, y de repente ya no está allí. Miras a tu alrededor y es vacío, es la nada.
Y con la mente desaparece el ser. Entonces sólo queda una cierta cualidad de consciencia, sin un Yo en ella. A lo mucho puedes llamarla algo similar a soy-edad, mas no Yo-edad. Para ser aún más exacto, se trata de una es-idad porque incluso en la soy-edad permanece una cierta sombra del Yo. En el momento en el que sabes que se trata de es-idad, se ha vuelto universal.
Con la desaparición de la mente desaparece el ser. Y muchas cosas desaparecen que eran tan importantes para ti, tan molestas para ti. Intentabas solucionarlas y se complicaban cada vez más; todo era un problema, una ansiedad, y parecía que no había salida.
Te recuerdo la historia de El Ganso está Afuera. Trata de la mente y tu es-idad.
El maestro le dice al discípulo que medite sobre un koan: Un ganso pequeño es puesto en una botella, alimentado y nutrido. El ganso se va volviendo más y más y más grande, y llena la botella entera. Es demasiado grande ahora; no puede salir por la boca de la botella la boca es demasiado pequeña. Y el koan es que tú tienes que sacar al ganso sin destruir la botella, sin matar al ganso.
Ahora esto aturde la mente.
¿Qué puedes hacer? El ganso es demasiado grande; no puedes sacarlo a menos que rompas la botella, pero eso no está permitido. O puedes sacarlo matándole; entonces no te importa si sale vivo o muerto. Eso tampoco está permitido. Día y noche, el discípulo medita, no encuentra ningún camino, piensa de ésta y de aquella manera pero de hecho no hay manera. Cansado, agotado completamente, una revelación repentina: él entiende de súbito que el maestro no puede estar interesado en la botella y el ganso; ellos deben representar algo más. La botella es la mente, tú eres el ganso y siendo testigo, es posible. Sin estar en la mente, puedes llegar a identificarte tanto con ella que ¡empiezas a sentir que estás en ella!
Él corre hacia al maestro para decir que el ganso está afuera. Y el maestro dice: 'Lo has entendido. Ahora manténlo afuera. Nunca ha estado adentro.'
Si tú continúas luchando con el ganso y la botella, no hay manera de que lo resuelvas. Es darse cuenta de que: 'Debe representar algo más; de lo contrario el maestro no puede dármelo'. ¿Y qué puede ser? porque toda la función entre el maestro y el discípulo, todo este asunto se refiere a la mente y la consciencia.
La consciencia es el ganso que no está en la botella de la mente. Pero tú estás creyendo que está en ella y preguntándole a todos cómo sacarla. Y hay idiotas que te ayudarán, con técnicas, para salir de ella. Los llamo idiotas porque no han entendido absolutamente nada.
El ganso está afuera, nunca ha estado adentro, así que la cuestión de sacarlo no surge.
La mente es sólo una procesión de pensamientos pasando frente a ti, en la pantalla del cerebro. Tú eres un observador. Pero empiezas a identificarte con las cosas hermosas; ésos son sobornos. Y una vez que quedas atrapado en las cosas hermosas quedas también atrapado en las cosas feas, porque la mente no puede existir sin dualidad.
La consciencia no puede existir con dualidad, y la mente no puede existir sin dualidad.
La consciencia es no-dual, y la mente es dual. Así que sólo observa. Yo no te enseño ninguna solución. Te enseño la solución: Sólo retírate un poco y observa. Crea una distancia entre tú y tu mente.
Si es bueno, hermoso, delicioso, algo que te gustaría disfrutar de cerca, o es feo permanece tan alejado como sea posible. Míralo justamente como mirarías una película.
La identificación es la causa raíz de la miseria. Y toda identificación es identificación con la mente.
Sólo hazte a un lado, deja que pase la mente.
Y pronto podrás ver que no hay problema en absoluto; el ganso está afuera. Tú no tienes que romper la botella, no tienes que matar al ganso tampoco.
Osho, And the Flowers Showered, charla #3
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