jueves, 29 de octubre de 2015

"LA SANGRE MENSTRUAL " (LA RECONECCIÓN CON LA TIERRA)




La sangre es la sabia universal que contiene la memoria de eso que somos. La mujer es el reflejo de la Madre Tierra, pues nuestro universo es creado dentro del útero de la Madre Tierra y nosotras nos conectamos con la tierra desde nuestro útero. Somos Entidades encarnadas bajo los múltiples arquetipos de la Diosa. En las culturas primitivas se veneraba la sangre menstrual como resultado de la energía de la Tierra manifestada en este plano.

Con el nacimiento de las primeras religiones ese poder femenino, fue sustituido por el derramamiento de sangre procedente de las batallas o guerras entre los pueblos. En la edad media “la menstruación” fue un símbolo de brujería y tabú. En algunas culturas indígenas se consideraba que la adolescente al recibir su primera regla era poseída por los malos espíritus, así recibía una iniciación donde era apaleada hasta que los espíritus se marchaban. Otras culturas sin embargo, consideraban la regla como la primera conexión con la Pacha Mama, así las muchachas, llegado el día, se embadurnaban de barro como símbolo de su primera conexión con Gaia.
Durante la inquisición la mujer fue cruelmente perseguida. En este tiempo relacionaban a la doncella menstrual con el diablo. A los hombres les estaba prohibido tocar a la menstruante. La menstruación termino convirtiéndose en el síntoma de una enfermedad desconocida. La tradición popular tilda a la menstruante en esos días como enferma o “mala”.
No son una novedad los síntomas relacionados con la menstruación. El “Síndrome Premenstrual”, se manifiesta con una serie de síntomas físicos y de conducta. El dolor menstrual es una realidad nuestros días y en el mercado existen toda clase de medicamentos a tal efecto. Estos síntomas son el resultado de una creación de la consciencia colectiva que ha sido proyectada sobre las mujeres a lo largo de la historia.
A nivel emocional los cambios de actitud son muy latentes, y hasta que la mujer no comprende sus ciclos no estará habilitada a vivir sus procesos menstruales en comunión con su naturaleza femenina.
Todo esto es debido a una falta de comprensión de lo que realmente esto simboliza.
Cada mujer desde la pubertad hasta su madurez vive procesos de contracción y expansión cada 28 días. Estos 28 días coinciden con los ciclos lunares. Cada ciclo lunar esta asociado a un arquetipo dentro del ciclo de la creación. Así la luna llena representaría el ovario fecundo o el ovario no fecundo, que es devuelto a la tierra. La semilla de vida es retornada en forma de sangre o en la manifestación de un nuevo ser.
La mujer convive con 4 arquetipos distintos dentro de si misma, cuatro visiones distintas del mundo. Así podemos entender porque la ley del cambio opera dentro de nosotras de forma vertiginosa. Somos Diosas en acción. Entender nuestras fases menstruales en relación con las fases lunares nos abre una puerta al entendimiento universal de nuestra presencia en la tierra.
Cuando estamos con nuestra regla tenemos una conexión directa con el creador y con la Madre Tierra. Esta fase correspondería a lo que es la Luna llena que esta directamente relacionada con el arquetipo de la Sacerdotisa del tarot. La sacerdotisa representa la conexión con el cielo y la tierra, manifestando dicha unión desde la naturaleza mas intima con el creador. Es el tiempo de mayor conexión. Por eso en ceremonias las mujeres que están en este ciclo lunar deben ejercer de sacerdotisas pues sostienen ambos planos (cielo y tierra) desde su útero. En este tiempo manifestamos nuestro poder de co-creación en comunión con la naturaleza.
Cuando la luna esta menguante entra en la fase de la Mujer Sabia, en este tiempo atravesamos estados de aislamiento para poder hacer aflorar el inconsciente. Es el tiempo de la visión interior. Estos son los días en los que no nos apetece hablar ni ver a nadie, esto es debido a que a un nivel inconsciente sentimos la pérdida de esta sangre como una posibilidad perdida de haber creado una nueva vida. A nivel físico experimentamos una perdida de minerales, a un nivel inconsciente experimentamos la bajada a nuestro infra-mundo donde nos enfrentamos con nuestra sombra, permitiendo que aflore purificándose para dar la bienvenida al nuevo ciclo.
La luna nueva nos trae la energía de la Madre, en este tiempo es donde plantamos la semilla de los planes futuros. Es donde nutrimos estos planes para que se den de acuerdo con las leyes del creador. La reserva, el mimo y cuidado con el que nutrimos nuestros asuntos es de vital importancia durante este ciclo.
La Luna Creciente nos conecta con la energía de la Chamana, aquí sentimos la fuerza creadora, creciendo en el útero, una nueva posibilidad de engendrar una nueva vida. En este tiempo nos sentimos más seductoras y nuestra energía se manifiesta con la fuerza de pura vida.
La causa de que la Regla haya sido un tema tabú hasta nuestros días no es otra que la de permanecer desconectadas de la Madre Tierra, desconectadas de nuestra naturaleza. Conectarnos con nuestra LUNA ROJA es volver a recuperar nuestra condición natural. Nuestra sangre tiene toda la información genética de nuestros ancestros. Somos el último eslabón de esa cadena. Como mujeres además tenemos la conexión directa con el planeta Gaia. Establecer esa conexión es despertar a una consciencia más universal.
Nuestra sangre es portadora de pura vida, su poder sanador es ilimitado. Ofrendarla a la tierra nos conecta con las memorias ancestrales del planeta, permitiendo que afloren en nosotros cualidades y capacidades que permanecían dormidas dentro de nosotras. Es conectarnos con la Madre con todo su potencial de vida. Cuando desechamos nuestra sangre a la basura estamos conectándonos con los desechos artificiales creados por el hombre. Cada mes ofrendarle a la Madre Tierra tu sangre, ella te devolverá tu ofrenda con creces. Esa relación con la madre es intima. Recoge tu sangre cada mes y busca un lugar en la naturaleza que tu sientas. Al principio puedes pedir ayuda para que los desechos energéticos que hay en tu sangre sean transmutados por la tierra. Cuando hacemos esto la Madre Tierra transmuta los bloqueos energéticos que estén afectándonos.
A través de una alimentación adecuada (basada en el consumo de grano integral) tu sangre se convierte en un reclamo de unidad con la madre que ella reconocerá, aumentando así el proceso de sanción del planeta. Cuando un mujer abre su consciencia la actitud de esta afecta a la consciencia femenina de todo el planeta.
Cuando entregamos nuestra sangre en un lugar concreto tomamos la energía de ese lugar, creando así una red de vida a lo largo y ancho del planeta.
Siéntete libre de compartir esta información con todas las mujeres que conozcas y feliz regreso al hogar de la madre!!!!

miércoles, 28 de octubre de 2015

¿Como las plantas?: los científicos dicen que la gente puede “chupar” la energía de otras personas


Un equipo de investigación biológica de la Universidad de Bielefeld, en Alemania, hizo un descubrimiento revolucionario que muestra que las plantas pueden extraer una fuente alternativa de energía de otras plantas. (Parece que con la fotosíntesis no alcanza). Así lo reveló Nature Communications. El tema es que este hallazgo también podría tener un impacto importante en el futuro de la bioenergía: la evidencia de que la gente también saca energía de otras personas.

El equipo de investigación biológica del Dr. Olaf Kruse pudo confirmar, por primera vez, que una planta (el alga verde Chlamydomonas reinhartii), no solo usa la fotosíntesis, sino que usa una fuente alternativa de energía: la puede sustraer de otras plantas. Las flores necesitan agua y luz para crecer. Con las personas pasa lo mismo. Nuestros cuerpos son como esponjas, absorbiendo el ambiente.  ”Cuando los estudios energéticos se vuelvan más avanzados en los próximos años, vamos a ver que esto se traducirá a los seres humanos también”, dijeron los especialistas. “El organismo humano es muy parecido a una planta. Toma la energía necesaria para alimentar los estados emocionales y esta esencia puede energizar las células”.

“El campo de la bioenergía está en constante evolución. Los estudios sobre el mundo vegetal y animal pronto podrán traducirse y mostrar lo que los metafísicos de energía han sabido todo el tiempo”, explica la psicología y curadora energética, la Dra. Olivia Bader-Lee, que concluye: “Los humanos pueden curarse entre sí simplemente a través de la transferencia de energía al igual que las plantas”. “

“Los humanos podemos absorber y sanar a través de otros seres humanos, los animales y cualquier parte de la naturaleza. Por esa razón, estar cerca de la naturaleza a menudo es estimulante y energizante para tanta gente y también es por eso que ciertas personas se pueden sentir incómodas en grupos específicos donde hay una mezcla particular de energía y emociones”, concluyó la especialista y dio CINCO HERRAMIENTAS de energía para limpiar el espacio personal y prevenir el drenaje, al estar en contacto con otros:

*Mantenerse centrado. Si uno está centrado espiritualmente (y no ensimismado en su ego) se puede sentir cuando algo se movió en nuestro espacio de energía. Si uno está conectado a la tierra, se pueden liberar fácilmente la energía y las emociones de otras personas intencionalmente.

*Estar en un estado de no-resistencia. Lo que se resiste, queda. Si uno se siente incómodo en torno a una determinada persona o un grupo, no hay que entrar en resistencia como una forma de protegerse a sí mismo. Hay que moverse a un estado de no-resistencia: imaginar que el cuerpo es claro y transparente como el cristal o el agua. De esta manera, la mala energía pasará a través de uno.

*Ser dueño del espacio del aura personal. Cada uno tiene un aura energética que rodea nuestro cuerpo. Si no somos dueños de este espacio personal, somos vulnerables a la energía ajena. Tomar conciencia de los límites del aura propia (alrededor de un brazo de distancia de su cuerpo todo el camino alrededor, arriba y abajo) es una manera de ser dueño del espacio personal.

*Darse una limpieza energética. El color dorado tiene una alta vibración que es útil para despejar la energía ajena. Hay que imaginarse una ducha, con la flor dorada, en el límite superior del aura (un poco más arriba que la cabeza) y prenderla, para dejar que la energía limpia y dorada recorra el aura y el cuerpo hasta la tierra.

*Volver a llamar a la energía propia. Cuando tenemos nuestra energía en nuestro propio espacio, hay menos espacio para la energía de otros. Pero a medida que nos centramos en otras personas y proyectos,  a veces esparcimos nuestra energía alrededor. Hay que crear una imagen de un claro sol de oro a varios metros por encima de la cabeza y que sea un imán, para atraer toda la energía y purificarla en la energía de oro. Después bajarlo a través de la parte superior del aura y liberar esa energía de nuevo en el espacio personal.

Energía va, energía viene.

domingo, 25 de octubre de 2015

Cosmovisión Andina y las Cuatro direcciones.

Las medicinas ancestrales fueron las primeras y las que perduran, sin castigar el cuerpo ni someterlo a químicos que conllevan un desgaste importante en el ritmo de vida y en la felicidad de la persona.

La sanación chamánica va a la raíz del problema, lo saca a la luz y se hace una limpieza energética del campo luminoso antes de que llegue al plano físico.
La sanación se llama “Iluminación”.

ILUMINACIÓN:
Es una sanación profunda para hacer de los problemas una fuente de poder.
Se realiza en un espacio sagrado que, previamente, el chamán lo abre junto con la persona que quiere sanar.
Se focaliza un tema a trabajar, que dicha persona, con ayuda del chamán, decide cual es.
Una vez decidido el tema, se hace una comprobación de los chakras con el péndulo y se empieza a trabajar por el primero que esté bloqueado.
Con respiraciones y la llamada de arquetipos o animales de poder, el chamán, debidamente entrenado y qualificado, practica la limpieza de energías tóxicas que están bloqueando a la persona en este momento (miedos, ansiedad, rabia, etc.).
Con ayuda de sonido terapeutico (tambor, maraca o flauta) y una relajación después del trabajo, se ilumina el chakra.
La persona se siente más liviana, feliz y enérgica.

Arquetipos

En la cosmovisión andina, cada una de las 4 direcciones (Sur, Oeste, Norte, Este) están vinculadas con un animal de poder arquetípico que representa e inspira determinados valores. Cada uno de estos animales además irradia una vibración de energía diferente y nos ayuda en determinadas circunstancias de nuestra vida.
Serpiente (Sur): La serpiente (Sachamama) nos enseña a dejar atrás nuestro pasado, lo que ya no nos sirve, lo que no necesitamos, de una sola vez, como lo hace ella al mudar de piel, Alberto Villoldo dice que “la serpiente simboliza el conocimiento, la sexualidad y la sanación”. La invocamos cuando necesitamos sanar, desapegarnos de situaciones, personas, relaciones que no nos hacen bien. Está asociada al cuerpo físico y al Ukhu Pacha (“mundo de abajo”).

Jaguar (Oeste); El jaguar (Otorongo) nos enseña a caminar con gracia y belleza, sin miedo y sin enemigos, y a dar el salto hacia la próxima vida cuando llega el momento oportuno. Dice Villoldo “el jaguar implica la transformación súbita, vida y muerte (…) ayuda a desmembrar aquello que debe morir con el fin de que algo nuevo pueda nacer”. Está asociado a la mente y al Kay Pacha (“mundo del medio”).
Colibrí (Norte): El colibrí (Q´enti) nos enseña a obtener sabiduría de cada experiencia, tanto buena como mala, y a que tenemos la capacidad de cambiar de dirección en nuestro vuelo cuando le deseamos. Según Villoldo “representa el coraje que se requiere para embarcarse en un viaje épico” (cada año los colibríes migran de Brasil a Canadá, un viaje aparentemente imposible para aves de su tamaño). “La energía del colibrí nos impulsa a ese viaje épico que nos llevará de vuelta a nuestro origen, donde nació nuestro espíritu”. El colibrí está asociado al alma y al Hanaq Pacha (“mundo de arriba”).
Cóndor y Águila (Este): El Cóndor (Kuntur) y el Aguila nos otorgan el poder de la visión. Nos enseñan a elevarnos hacia las alturas para poder ver el todo, sin que los pequeños detalles de nuestra vida nos detengan o interfieran en nuestra misión. Villoldo afirma que “las energías del águila nos ayudan a encontrar la visión directriz de nuestra vida. Los ojos del cóndor ven el pasado y el futuro, y nos ayudan a saber de dónde venimos y en qué nos vamos a convertir”. Estos animales están asociados al mundo del espíritu y representan el poder autotrascendente de la naturaleza.

 

 

 

 

viernes, 23 de octubre de 2015

Ayahuasca, medicina interdimensional, abre el tercer ojo de la mente colectiva

Un tribunal chileno determinó que la ayahuasca es benéfica para la salud y por lo tanto su uso no debe ser penalizado; un acto de conciencia colectiva que parece avanzar el renacimiento de la medicina psicodélica e introduicrnos un poco más al misterio de una planta que continúa la tradición de la bebida de los dioses, el soma.








Cuanto más aptos somos para hacer consciente lo inconsciente, más grande es la cantidad de vida que integramos”. Carl G. Jung
Hace unos días un tribunal en Chile determinó que la ayahuasca no es una sustancia perjudicial para la salud. Al contrario, este compuesto puede ser altamente benéfico para el bienestar del ser humano. Un misterio se revela en esta planta medicinal que, como una liana metafísica, une al cielo con la tierra, al alma con el cuerpo y a la mente consciente con el inconsciente.
Realizar una ceremonia con ayahuasca le pudo haber costado a una pareja 7 años de prisión. Por suerte César Ahumada Lira, de 42 años, y a su pareja, Danae Dimitra Saenz, de 41, fueron absueltos por el IV Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, en Chile.
“El tribunal adquirió la convicción de que lejos de constituir un peligro para la salud pública, la conducta desarrollada por los imputados ha reportado importantes beneficios para múltiples personas, varias de las cuales relataron en estrados sus experiencias”, señala el documento jurídico dado a conocer a la agencia EFE.
El caso marca un importante antecedente en el uso de esta poderosa medicina psicodélica, que por milenios ha sido parte de la cosmogonía de los índigenas del Amazonas y que en la actualidad parece ser una de las alternativas más interesantes para acabar con adicciones a drogas duras, depresiones crónicas e incluso para curar el cáncer.
La ayahuasca o “viña del espíritu” es el resultado de la cocción de dos plantas, comúnmente la liana Banisteriopsis caapi (la cual actúa como inhibidor de una enzima y se conoce popularmente con el mismo nombre de ayahuasca) y una planta que contiene DMT (generalmente se usa la planta conocida como chacruna psychotria viridis).
Los jueces señalaron que la legislación chilena no prohíbe el cultivo de estas dos plantas y que tampoco la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes fiscaliza los brebajes obtenidos de ellas. Lo que está prohibido es el consumo de DMT (dimetiltriptamina), al menos en su forma sintética (DMT, que  se encuentra de manera natural en el cerebro humano).
En los últimos año el consumo de ayahuasca ha aumentado de manera exponencial en todo el mundo, hasta el punto de que incluso el personaje de Jennifer Aniston consume este brebaje sagrado en una reciente comedia romántica hollywoodense
En internet se pueden conseguir algunas de las numerosas plantas con las cuales se puede preparar la ayahuasca de manera legal, esto también ha contribuido a su popularidad. Sin embargo, las personas que viven en o se han acercado a la milenaria tradición de la medicina ayahuasquera (icareros, chamanes y curanderos) advierten que la preparación de la ayahuasca sin el debido protocolo y su consumo sin un contexto sagrado puede ser peligroso –o al menos carecer de la potencia cuasi-divina que el brebaje logra comunicar (una relación de intercambio de información que tiene su propio campo morfogenético). Asimismo, algunos de los indígenas para quienes la ayahuasca es parte consustancial de su visión del mundo –”el internet de los índigenas”, “la TV de la jungla , ha sido llamada localmente) se ven forzados a tener que recorrer grandes distancias para cortar las plantas sagradas, las cuales antes estaban a la mano, pero que ahora su comercialización hace difíciles de alcanzar.
El hallazgo de la combinación de estas dos plantas –sin la liana el DMT no es activo oralmente– está envuelto en una aura mítica, en la cual incluso se habla de que fue el jaguar el que enseñó al chamán este divino combo. Más allá de las diferentes historias sobre el origen del brebaje, llama la atención la claridad medicinal de los indígenas del Amazonas para descubrir la interacción de estas dos plantas sin conocimientos científicos, algo que bajo una dinámica de prueba y error podría tardar decenas de miles de años.
Quizás no se equivoqa el Dr. Jeremy Narby, quien en su libro de investigación The Cosmic Serpent, presenta la teoría de que los chamanes del Amazonas son capaces de comunicarse con las plantas a nivel molecular y obtener información que de otra forma sería casi imposible de obtener. Tal vez es el mismo ADN, las serpientes informáticas de nuestra propia esencia, el que reveló la medicina de la ayahuasca. Por otro lado el ser humano es capaz de secretar por sí sólo la sustancia activa de la ayahuasca (una especie de puerta fractal de la muerte): quizás nuestro DMT en algún momento empujo para activar su espejo en la naturaleza.
La razón fundamental de la popularización de la ayahuasca es ineliduble para quien ha podido presenciar sus efectos y ha podido dar seguimiento a los resultados terapéutico: estas plantas, en la divina alquimia nativa, significan una de las medicinas más poderosas que ha encontrado el hombre, una medicina integral, psicodélica en el sentido que tiene esta palabra de sacar a la luz la mente. Esto es lo que los guías ceremoniales llaman “el trabajo”; la ayahuasca al revelar el contenido del inconsciente y dotar al celebrante de una inusitada claridad y energía, también lo enfrenta a un desafío: aquello que Carl Jung llamaba “la sombra”, el reverso de nuestra mente del cual huimos por no encontrarlo placentero y en conformidad con lo que pensamos “debemos ser”. Ver lo que popularmente se conoce como “nuestros propios demonios” con la lucidez y la capacidad energética que brinda la ayahuasca puede ser una bendición, precisamente porque en esa instancia podemos aceptarlos o incluso operar sobre ellos desde la más amplia profundidad (reprogramando nuestros circuitos neurales). Y en algunos casos, a través de ese “trabajo” transparente con los procesos mentales atávicos es posible precipitar una sanación integral, ya que muchas de las enfermedades que padecemos son somatizaciones de una cauda, un karma o una carga mental.
“El hombre es un portal al que uno entra desde el mundo exterior de los dioses, demonios y almas hacia el mundo interior, de lo grande a lo pequeño. Pequeño e insignificante es el hombre; uno lo deja atrás pronto, y entra entonces otra vez al espacio infinito, del microcosmos, a la vasta eternidad interior”, escribió Carl Jung en su texto Siete Sermones a los Muertos. Yo conjeturó que la ayahuasca entreabre, al menos, este portal entre el hombre y la dimensión espiritual de los dioses y los arquetipos. Un psicoducto entre la estructura primordial de la realidad  –la región que David Bohm llamó la Totalidad Implicada– y el mundo que experimentamos con los sentidos ordinariamente. Vemos ahí, en los diamantes abiertos de la dimetiltriptamina, las ideas, la geometría, el lenguaje del cual el mundo es una re-presentación. Como si pudieramos ver una mesa y en vez de ver la madera, vieramos la órbitas atómicas girando y ahí mismo una serie de símbolos flotando (cual código informático), los cuales le dotan su existencia. La impresión que surge es que la mente es un constituyente mucho más básico que la materia.  En Ka, Roberto Calasso, explica este identidad entre el mundo y la mente, tal vez aquello que hoy llamamos tiempo-espacio no sea más que la manifestación local de la mente no-local:
“Sólo el Sí (atman) era esto (idam, el mundo) en el origen. No había otra cosa que parpadeara”. No sabemos bien, no hay forma de saberlo, qué es el atman, que cosa es el Sí, pero al menos, tenemos aquí un indicio. Parpadea sólo lo que tiene consciencia, sólo lo que alberga una mente. Por eso “esto”, es decir el mundo, fue la mente antes de ser llamado “el mundo”.
El psiconauta ayahuasquero Arnaldo Quispe recuerda a Jung en esta introducción psicologista a la liana cósmica, medicina de la apertura dimensional:
La ayahuasca (banisteriopsis caapi) es una planta, que una vez ingerida permite la apertura del canal del inconsciente, entrando en juego factores que normalmente no corresponden a un órden lógico. Así mismo, es una planta milagrosa que permite conectarse con el inconsciente, con ese universo perdido, ilógico y sede del gran complejo informativo original, por esa razón es considerada como una planta “puerta” que permite el paso de una realidad a otra paralela, a la gran realidad universal; con la planta madre se logra tocar y atravesar la puerta de una dimensión a otra y se logra explorar las profundidades del inconsciente sin desligarse del canal consciente. Por increible y absurdo que parezca en estado de “trance” con ayahuasca, la persona mantiene un estado de vigilia reducido. Esa conexión es la que permite después regresar del viaje emprendido. La madre planta como se conoce a la ayahuasca, permite recorrer esa dimensión inconsciente sin perder de vista la realidad en que uno vive. El viaje no es total. Pareciera una suerte de “psicosis” de gabinete, en donde uno se da cuenta de su locura y logra tener el poder de suspender el estado de trance a voluntad. Lo inconsciente representa el ingreso en el nuevo mundo, donde no hay tiempo, espacio, ni órden lógico, muy similar al sueño. El material inconsciente olvidado parece desconocido, pero es real en la otra dimensión y ver implica integrar éstos elementos perdidos muy íntimos, que luego fortalecerán el mecanismo de curación desde el interior: “Darse cuenta de un mundo en donde no hay sentido, es darle sentido a un mundo del cual uno no se da cuenta”. Las personas tienen un rol dentro del más allá, el recorrido es largo, estimulante y enriquecedor sobre esas fuentes de información original.
Es decir, el estado de la ayahuasca es similar a un sueño lúcido: tenemos acceso al contenido de nuestro inconsciente que desfila en un río de imágenes y símbolos (el tejido holográfico de nuestra película psíquica) pero mantenemos cierta consciencia de que estamos siendo testigos, de que somos el observador, de esas imágenes profundas que de alguna manera son el álgebra de nuestro ser.
Para concluir me gustaría evocar aquella frase memorable de James Joyce, dicha por el arquitecto del laberinto (de la psique colectiva) Stephen Dedalus, que tanto citaba Terence Mckenna: “La historia es una pesadilla de la cual estoy intentando despertar”. La historia es una pesadilla, la historia colectiva que se entrelaza con nuestra historia personal, en gran medida porque es condicionante, nos hace herederar todos los miedos, traumas y hábitos de una cultura y los miedos, traumas y hábitos de un linaje particular.  Generalmente ni siquiera tenemos conciencia de que estamos inscritos en este flujo onírico de la historia –que por nuestra mente fluyen todas las mentes,  quizás con mayor influencia aquellas más cercanas. Por esto Mckenna celebraba tanto el acto de conciencia de Dedalus: darse cuenta de que somos un sueño colectivo. La ayahuasca es particularmente aguda en este sentido: hace lúcido el proceso mental inconsciente que configura la realidad. Este sueño (la historia) es una pesadilla porque no tenemos control y avanzamos hacia la muerte.  Pero cuando estamos teniendo una pesadilla y descubrimos que estamos soñando, algo ocurre, la pesadilla y el temor que genera se disuelve en su irrealidad, en su insignificancia, y en esa conciencia podemos observar el sueño sin temor, sin identificarnos con lo que vemos y posiblemente controlarlo para que sea como queramos. Me parece que la ayahuasca desnuda la estructura pesadillesca de nuestra mente –donde circulan los demonios pretéritos de nuestra sombra– pero al hacerlo en un estado en el que vuelve lúcida esta pesadilla (este peso histórico), tiene la facultad de despojar a la imponente estructura de nuestra mente de su fuerza habitual (que en un simulacro parece inamovible). Y por otro lado al también ofrecer visiones de una luminosa realidad subyacente –aquella de las formas primordiales– nos permite colocar nuestros procesos mentales en su justa dimensión, darles menos importancia, tratarlos como brisas en la superficie del océano.
Hacer lúcida la pesadilla de la historia, significa también despertar y escapar de la línea del tiempo. Un despertar que mantiene las armas del sueño; la imaginación y la potencia de crear con la mente, desvelando los jardines interdimensionales que se ocultan más allá del tiempo. Un sueño lúcido en su máxima extensión fusiona la vigilia con la duermevela, la  consciencia con la inconsciencia y, también, la vida con la muerte en un diáfano continuum que es una crisálida al interior del Ojo que Todo lo Ve, Horus-Hradecaksus, el Ojo del Estanque, el Ojo del Resplandor en el Agua. Tal vez este sea el secreto de la ayahuasca y del DMT, en el asiento de la glándula pineal: las alas irisadas de la serpiente.

Fuente: m.pijamasurf.com/

martes, 20 de octubre de 2015

Entrevista a Dan Winter: “Las emociones afectan a nuestra genética”.

Dan Winter, físico, psicofisiólogo, músico, investigador poligráfico, analista de sistemas IBM
56 años. Nací en Nueva York y vivo en el campo, en el sur de Francia. Tengo pareja. El éxtasis, la felicidad, las experiencias pico… son absolutamente necesarios para la salud y son pura física. Mis conocimientos como ingeniero eléctrico conforman mi idea religiosa
Dan Winter

Sabe esa aureola  que les ponen a los santos…? Es pura ciencia.

¿Se puede ver y medir?

Uno de mis colegas, el profesor Konstantin Korotkov, catedrático de la Universidad de San Petersburgo, ha creado un aparato, el GDV (visualización por descarga de gas), que conectado a la punta de los dedos ya un ordenador muestra el aura de todo el cuerpo; es decir, el campo energético.

¿…?

Están utilizándolo ya más de 10.000 médicos, incluida la asociación médica estadounidense. Con el GDV obtenemos información sobre el estado físico y psicológico del paciente. Nos permite abordar un nuevo nivel del ser humano, el energético.

Póngame un ejemplo concreto de lo que puede medir el GDV.

La empatía entre las personas: vemos cómo el aura de las parejas bien avenidas se mue- ve entre los dos cuerpos; y también cómo la gente que toma drogas, legales o ilegales, tiene agujeros en su aura.

¿Y usted investiga con eso?

Sí. Entre otras cosas, con lo que ocurre con el aura tras la muerte.

Creo que tendremos que ir despacio.

Cuando morimos, el campo eléctrico, o lo que llamamos vida, sale del cuerpo. Las constantes de Kluver (un científico que se dedicó a investigar las experiencias cercanas a la muerte) es lo que la gente suele ver cuando muere. Se trata de un patrón de simetrías.

¿Todos ven lo mismo?

Sí, primero ven una rejilla, luego una especie de telaraña, un túnel y finalmente una espiral. Lo que hemos descubierto es que esos cuatro pasos  se corresponden con la geometría de pliegues de nuestro ADN.

¿Y?

Nosotros somos un colectivo de 3 billones de células, y probablemente cuando morimos nuestro campo electromagnético se va hacia el centro de cada una de esas células, nuestro ADN, para luego salir de nuestro cuerpo. Adónde llegue después depende del grado de fractalidad del entorno en que morimos y de nuestra preparación; puede llegar a cualquier punto del universo.

Defíname fractalidad.

Una rosa, un helecho, una piña, las muñecas rusas…, es decir: el interior tiene exactamente la misma forma que el exterior, y eso es lo que produce la fuerza centrante, la implosión, lo que provoca que todo se mantenga alrededor de un centro, incluido  nuestro campo electromagnético. En realidad, la fractalidad es lo que genera la gravedad.

¿Todo se pliega sobre sí mismo?

Si, sólo existe una forma que se comprime infinitamente. Imagine un pequeño chip en el que cabe toda la información del cosmos; eso es lo que llamamos vacío, que en realidad alberga toda la energía del universo.

Nuestro campo magnético va variando… ¿en función de qué?

Lo que comemos, dónde nos encontramos y cómo nos movemos. Un edificio metálico y cuadrado  es lo opuesto a fractalidad. Pero durante una experiencia cumbre, las ondas cerebrales generan la proporción aurea.

…Que obedece toda la naturaleza

Sí,  desde una caracola hasta las galaxias, desde nuestro propio cuerpo hasta los átomos; todo tiene la misma proporción: es el punto de unión de nuestro universo, el camino de la unidad, el número phi.

¿Phi o Pi?

Pi es la constante que permite pasar de la línea al círculo, y phi nos permite pasar del círculo a la espiral, reentrando en ella mis- ma. Es lo que llamamos autoconsciencia.

El personaje Max Cohen, de la película “Pi, fe en el caos”, ¿se inspira en usted?

Sí, pero debería haberse llamado phi y no pi, el productor le cambió el título en el último momento. La película describe cómo todo está compuesto de espirales y expone paralelismos directos de mi vida.

¿Y ahora qué le ocupa?

La bioretroalimentación, que nos ha permitido discriminar las emociones en términos eléctricos, de ahí mi expresión emoción coherente. Eso ha inspirado notables investigaciones.

¿Con algún resultado revelador?

Se midió, de un modo totalmente replicable, que el efecto de la ordenación coherente de los armónicos del corazón en los momentos de compasión o amor causaba una repercusión en el trenzado del ADN.

¿Qué significa eso?

Que las emociones afectan directamente a nuestra genética. Y tiene diversas aplicaciones: en estos momentos, con mi equipo de Inglaterra estamos buscando campos eléctricos bioactivos.

¿Qué es eso?

Sabemos que una pirámide o un dolmen pueden afectar a la germinación de semillas, e investigamos cómo crear un campo eléctrico que prevenga el envejecimiento…, lo opuesto  a vivir en edificios y ciudades como los nuestros. Todos los edificios sagrados están construidos siguiendo la proporción áurea, de manera que generan un campo eléctrico que facilita el crecimiento, y eso hoy podemos medirlo.

¿Tenemos que cambiar de vida?

Las enseñanzas espirituales son, en el fondo, enseñanzas  eléctricas. Sólo tenemos que crear entornos más fractales, comer comida fractal y hacer ejercicios que nos armonicen con el exterior, así nos llenaremos de vida y consciencia.

Ima Sanchís
Foto: Ana Jiménez
Fuente: La Vanguardia (entrevista publicada el 27 de febrero de 2009)