martes, 27 de junio de 2017

La Raza Hiperbórea

Ehecatonatiuh. Sol Viento. Piedra del Sol (Calendario Azteca)
Después de la primera raza, se formó la segunda llamada hiperbórea, precisamente porque ocupó la región del septentrión, en el viejo continente, desde Inglaterra e Irlanda hasta Alaska, formando una herradura alrededor del casquete polar. En las memorias de la naturaleza se encuentran grabados todos los recuerdos.


Múltiples civilizaciones antiguas mencionaron en sus textos sagrados la existencia y características de esta raza, como los que se citan enseguida: Los aztecas, en la piedra del sol llamaron a la segunda raza: Los hijos del segundo sol, mencionando que al llegar su final, sucumbió ante fuertes huracanes y que los hombres se convirtieron en monos, lo cual es una alegoría de que desarrollaron la inteligencia humana.
El famoso viajero chino Hiousen Thsang, relata que descubrió en una de sus aventuras las cinco estatuas de Bamián. (monumentales estatuas de pie Budas tallados en la pared de un acantilado en el valle de Bamiyán en la región Hazarajat del Afganistán central)  Las cuales alegorizan a cada una de las cinco razas.
La segunda estatua, que corresponde a la raza hiperbórea, medía 120 pies de altura, que era el promedio de estatura de aquellos colosos. Herodoto, en el libro IV, capítulos XXXII y XXXIV, expresa que los hiperbóreos tenían como costumbre enviar ofrendas sagradas envueltas en fromentun (una especie de paja) a Delos, a través de una ruta que pasaba por el país de Escita y el mar Adriático, donde eran recibidas por los Dódenos, para pasar después por el Golfo Báltico hasta Eubea y Cariptia, luego a Tenos y nuevamente a Delos. Hiperocha y La Odisea eran los nombres de las dos hermosas vírgenes que trasladaban las ofrendas, bendecidas por Artemisa y Apolo, custodiadas por cinco iniciados o perheres; sin embargo las doncellas fueron asesinadas, simbolizando la declinación de los valores hiperbóreos 
Las Mil y Una Noches, relata fenómenos extraordinarios ocurridos en la raza Hiperbórea, prodigios físicos y psicológicos comunes en aquél tiempo y que ahora son palpables a condición del despertar de la conciencia. 
El Versículo 3 y 4 del Génesis cita: "Y vio Dios que la luz era buena y apartó Dios la luz de las tinieblas", refiriendo el estado de la tierra de aquel tiempo: las moléculas de la nebulosa caliente y oscura, al entrar en fricción convirtieron al planeta en un globo ígneo, en el cual los antiguos arcángeles se expresaron en toda la plenitud de su sabiduría.
Diodoro en el Génesis, al igual que Perecides, citaron detalles acerca de una raza de titanes nacidos del cielo y de la tierra, los hijos de Dios descendientes de los primeros gigantes, que habitaron el continente prelemuro (Groenlandia, Suecia, Noruega) y que algunos estudiosos de la Teogonía de Hesiodo han considerado como hechos históricos. Símbolos y relatos de todos los credos son otras tantas huellas de verdades prehistóricas. La raza Hiperbórea también fue conocida como era saturnina.
Se cuenta que el ser humano era andrógino, (masculino y femenino) y se reproducía por brotación, a través de esporas que se desprendían de las pantorrillas, semejantes a los caracoles o algunas plantas, en las que un brote se desprende del tronco para formar otra planta. Las esporas oviformes se alimentaban después del padre-madre. Los hiperbóreos podían alargar o empequeñecer su cuerpo a voluntad, y flotaban por la atmósfera, debido a la materia sutil de la cual estaban formados. Los reinos mineral, vegetal, animal y humano todavía no se diferenciaban, se mezclaban mucho.
En esta raza se desarrolló una gran civilización, aunque no faltaron las guerras; usaban escudos, lanzas y armas desconocidas para pelear contra otros pueblos. Lo más sobresaliente fue su visión espiritual, pues tenían desarrolladas las facultades de la glándula pineal, pudiendo ver el “ultra” de las cosas. Para ellos un bosque era un conjunto de gigantes con enormes brazos como los de Briareo, ya que veían el alma de las cosas y por doquiera se escuchaban las voces de los colosos árboles.
Su sabiduría y conocimiento iba más allá del intelecto, su lenguaje era el “orto purísimo de la divina lengua”. La imaginación creadora permite saber, que la Tierra es un organismo vivo. Decía una afirmación neoplatónica que el «Alma del Mundo está crucificada en la Tierra»... Ese «Alma del Mundo» es un conjunto de Almas, un conjunto de vidas que palpitan y tienen realidad.
Para las gentes «Hiperbóreas», los volcanes, los mares, los metales, las gargantas profundas de las montañas, el huracanado viento, el fuego que flamea, las piedras rugientes, los árboles..., no eran sino el cuerpo de los Dioses.
No veían aquellos Hiperbóreos, en la Tierra, algo muerto; para ellos el mundo tenía vida, y la tenía en abundancia. Se rendía culto a los Dioses de la Aurora. Al fin, la raza hiperbórea se sumergió en el Océano Pacífico, fueron arrasados por fuertes huracanes a través de evoluciones e involuciones de esta Naturaleza fecunda.

Fuente: samaelgnosis.net

domingo, 25 de junio de 2017

NO HAY PROBLEMA - ROBERT ADAMS

Robert: Buenas noches. Me alegro de estar de nuevo con ustedes, y sé que algunos de ustedes no pueden esperar hasta que empiece a hablar, pero os digo en verdad, que es en el silencio donde se recibe el mejor mensaje. El silencio es otro nombre para Dios. Quietud es un nombre para la consciencia, la paz. Todo se encuentra en el silencio, no tanto en las palabras, en la quietud. Deberían tratar de estar en silencio durante todo el tiempo que puedan, especialmente cuando están en casa. Traten de sentarse en el silencio y la tranquilidad durante todo el tiempo que puedan. Es en el silencio donde recibirán el mensaje. Es en el silencio donde la conciencia pura se revela. Nunca tengan miedo de sentarse en el silencio. Es su mayor baza.
Recibo muchas llamadas telefónicas. Una de las peticiones más frecuentes que recibo es cómo resolver problemas personales. Tuve una esta mañana, una llamada telefónica. Y esta persona tenía tantos problemas, a pesar de que había estado meditando desde hace veinticinco años todavía tiene problemas. Sólo hay una forma de eliminar todos los problemas. No importa lo grande que pueda ser el problema. No importa qué tan grave creas que es. Hay una manera de eliminar todo. Y esa manera es darse cuenta de que “yo no soy el hacedor”. En otras palabras, el problema no tiene absolutamente nada que ver contigo, aunque lo parezca, es sólo una apariencia.

¿Qué es un problema realmente? Un problema es algo que no va como tú quieres. El mundo no gira de la manera que tú quieres, eso es un problema. Las cosas no están yendo en la dirección que te gustaría o que las cosas están ocurriendo sin que tengas el control, por lo tanto crees que tienes un problema. Pero si te fijas en cualquier individuo de esta tierra, el problema de unas personas normalmente no es el problema de otras personas.
¿De dónde vienen estos problemas? Se nos ha dicho lo que es bueno y lo que es malo, así que si no tenemos lo bueno que pensamos que deberíamos tener, tenemos un problema. Pero en realidad, nada es bueno y nada es malo, sino que el pensamiento lo hace así. Por lo tanto, si te deshaces de tu mente, no tendrás ningún problema. El principal aspecto de nuestra enseñanza es aniquilar la mente y el ego. Cuando la mente y el ego son trascendidos un poder misterioso se hace cargo y cuida mejor de ti de lo que podrías hacer tú mismo. Pero antes, la mente y el ego tienen que irse.
Es difícil para la mayoría de los estadounidenses hacer este tipo de cosas porque se nos ha enseñado a utilizar la mente. La mente lo es todo y la mayoría de ustedes creen que si no usan la mente serán como vegetales.

Por el contrario, ¿qué es la mente? Es sólo un conglomerado de pensamientos del pasado y del futuro. Por lo general, te preocupas por el pasado y tienes miedo del futuro. Porque la mente nos presenta todo tipo de cosas, no sólo de esta vida, sino de experiencias de vidas pasadas, samskaras, tendencias que tienes.
Si comienzas a darte cuenta de que “yo no soy el hacedor” ¿dónde está el problema? Para empezar, el universo es tu amigo y no puede hacerte daño. El sustrato de toda existencia es el amor. Por consiguiente, si desarrollas una consciencia de amor, no habrá problemas, porque el amor cuidará de todo. El amor es lo mismo que la conciencia absoluta, inteligencia pura. El amor es lo mismo que Parabrahman. Una vez más, es el sustrato de toda existencia. Así que si tienes suficiente amor no hay problema.
El único problema surge cuando crees que eres humano y piensas que eres el hacedor, en otras palabras, cuando crees que si no hago esto o aquello algo terrible va a suceder. Pero de nuevo, el algo terrible es sólo una idea preconcebida, no es la verdad. Algo terrible es algo que te han lavado el cerebro para creer. Crees que tienes que vivir de cierta manera y si no puedes vivir de esta manera, es terrible. Crees que tienes que tener ciertas posesiones, ciertas cosas en tu vida. Si no las tienes es terrible. Cuando empiezas a comprender lo que significa “yo no soy el hacedor”, te liberas de todos los problemas.
¿Qué quieres decir cuando dices: “Yo no soy el hacedor?” (Y esto es lo que deberías hacer cada vez que piensas que tienes un problema.) Para empezar, primero te das cuenta de que todo, y me refiero a todo, estaba determinado antes de venir a esta tierra. Todo ha sido planeado para ti. Hasta el día en que vas a dejar el cuerpo. Todo está predestinado. Si aceptas esto y sientes esto, ¿dónde está el problema? ¿Qué es lo peor que te puede pasar en la vida? Si realmente lo analizas, no es tan malo. Parece algo malo, pero no lo es. Y recuerda cómo funciona la apariencia. Es como la serpiente y la cuerda. Un hombre sale de la bañera en la oscuridad y pisa una cuerda y él piensa que es una serpiente y tiene un miedo tremendo. Cuando se entera de que es sólo una cuerda el miedo se disipa así como el problema de tener miedo otra vez.
Así que, en la misma instancia, cuando crees, y crees, y piensas, y piensas que tienes un problema, es como la serpiente y la cuerda. En realidad no es un problema, es sólo una idea preconcebida de lo que va a pasar si no consigues lo que quieres. Porque de nuevo has sido educado para creer que tu vida tiene que ser de cierta manera, cuando en realidad no tiene por qué ser de ninguna manera.
Por ejemplo, si voy a casa esta noche y me entero de que un ladrón ha robado en mi casa, y se ha llevado todo de mi casa, ¿es eso un problema? Todo ha sido predestinado. Esto fue determinado antes de venir a esta tierra en mi cuerpo. No voy a reaccionar negativamente. No reaccionaré en absoluto. Porque siento que yo soy el universo y todo está bien. No hay errores. Por lo tanto, bendeciré al ladrón, no hay problema alguno. Si voy caminando por la calle y un coche se salta un semáforo en rojo y me golpea, no es culpa del conductor. Todo ha sido predestinado. Entonces, ¿por qué me voy a enfadar? La cuestión es que todo, todo lo que te ocurra, ha sido determinado de antemano. No hay nada malo ni equivocado.

Entonces, ¿cómo debo manejar las cosas? El primer concepto es darte cuenta de que “yo no soy el hacedor”. Cuando te das cuenta de que no eres el hacedor significa que tu cuerpo está pasando por la experiencia, pero tú no. Lo siguiente que haces es que te preguntas: “¿Quién está teniendo esta experiencia? ¿A quién viene? Viene a mí. Siento la depresión. Me siento herido. Me siento mal. Siento que me han robado o golpeado con un coche. Estoy enfadado. Estoy furioso. ¿Quién es este yo? ¿Cómo puede ser que el yo sea tantas cosas, enfadado, deprimido, herido, furioso?” Por tanto te aferras a la sensación del yo. Te aferras a ese sentimiento y lo sigues hasta su fuente. Cuando lo sigues hasta su fuente, la fuente del yo es siempre la consciencia o conciencia absoluta. Pero ahora, la única manera de seguirlo hasta su fuente es olvidarte de tu problema, ya que no puedes hacer dos cosas a la vez.
Por lo tanto, tienes que apartarte resueltamente de tu problema, totalmente lejos del problema, como si no existiera, y aferrarte al yo. Aférrate al yo que piensa que tiene un problema. Tan pronto como empiezas a aferrarte al yo, el problema comenzará a disiparse por sí mismo, y tú comenzarás a reír, lo harás. Porque es prácticamente imposible que tu Ser real tenga un problema. Porque tu Ser real es omnipresente, absoluto. Tu verdadero ser es vacuidad, nirvana, inteligencia pura. Tu verdadero Ser es omnipresente, está presente en todas partes al mismo tiempo. Cuando comprendes quién eres, nunca nada te molestará de nuevo.
Ahora la gente me pregunta: “Si desarrollo un sentido del yo y lo sigo hasta su culminación, ¿significa que nunca tendré un problema de nuevo?” Y tengo que reír cuando la gente me pregunta eso, porque tan pronto como te identificas con el yo, es el yo el que tiene el problema. Así que cuando dices: “¿Nunca tendré un problema de nuevo?” estás rechazando tu propio propósito. Porque el yo está lleno de problemas, no sólo de esta vida, sino de existencias anteriores. El truco está en seguir al yo hasta su fuente, y entonces el yo desaparecerá totalmente, completamente, absolutamente. Y cuando el yo desaparece, también lo hace el problema. En otras palabras, el mundo no cambia, pero tú sí. Tus reacciones cambian. Al igual que la pantalla y sus imágenes. Cuando llega el momento en que has trascendido el yo, te conviertes en la pantalla y en las imágenes mostradas en la pantalla. Lo que significa que el mundo no cambia. Todo en el mundo se presentará ante ti como siempre lo hace, pero será como el agua en la espalda de un pato. No estará apegado a ti nunca más. Ahora estarás identificado con la pantalla, o con el Ser.
¿Estoy siendo claro en esto? En otras palabras, la pantalla y las imágenes son lo mismo, pero la pantalla es consciente de sí misma y también de sus imágenes, y no se ve alterada por el tipo de imágenes que muestras. Puedes mostrar un atraco a un banco que está teniendo lugar en la pantalla, un asesinato que está siendo cometido, personas haciendo el amor, casas quemándose, guerras estallando. ¿Cómo afecta todo eso a la pantalla? Nada. La pantalla no se ve afectada, sin embargo, las imágenes cambian, una tras otra.

De la misma manera, tu Ser es como la pantalla. Nunca se ve afectado por problemas de ninguna clase ni de ningún tipo. Los problemas se encuentran sobre la pantalla, vienen y van, pero tú sigues siendo el Ser para siempre. Tú nunca cambias.

¿Cómo comienzas a ser de esta manera? Cada vez que piensas que tienes un problema debes preguntarte: “¿A quién viene el problema? Después de todo, yo no soy el hacedor. Yo no soy el cuerpo. Yo no soy la mente. Así que ¿A quien viene el problema?” Y, por supuesto, la respuesta será: “A mí. Yo siento este problema. El problema viene a mí”. Te aferras al yo, permaneces en el yo, y vas profundizando, y profundizando, y profundizando dentro de ti mismo, permaneciendo en el yo-consciencia. Mientras haces esto todos los días, cada vez que aparece un problema, pronto llegará finalmente el día en que trasciendes tu sentido del yo. Lo trasciendes totalmente. El sentido del yo desaparece y te convertirás en la consciencia pura. Eso es todo.



Robert Adams, 11 octubre 1990 

viernes, 9 de junio de 2017

Para qué Sirve la física cuántica.


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Para qué es la física cuántica:

Y vino la física cuántica y estropeó todo:



Doscientos años más tarde, Einstein (No solo él) lo cambió todo con sus descubrimientos sobre la relatividad y la física cuántica. Descubrió que el espacio/tiempo son uno y forman un todo de cuatro dimensiones. Que todo es luz y lo que vemos son las sombras y que la luz curva el espacio. En la nueva física todo se mueve con respecto a todo, menos la luz, de la que no se puede ir más rápido.

Como el único valor absoluto es la luz, si fuésemos a la misma velocidad que ella no envejeceríamos. De hecho un agujero negro es un objeto de una masa tan concentrada que cae espacio/tiempo y provoca un agujero donde no pude ni entrar la luz. ¡Es realmente fascinante! Y por si no fuera suficiente, con su famosa fórmula E=mc2 demostró que la energía y la materia están tan estrechamente ligadas… ¡que son lo mismo!. El átomo clásico que estudiamos muchos en el colegio con bolas y palitos dejó paso al átomo actual, que se compone de un núcleo pequeño y de energía o partículas subatómicas como los electrones, girando alrededor del núcleo (más claro: un tornado ó vórtice de enegía).
Eso quiere decir que todo lo que nos rodea no se compone de materia, sino de campos energéticos. Es curioso saber que si por ejemplo un átomo tiene 5 protones positivos, entonces se compensa y coge la misma cantidad de electrones negativos de su entorno, se neutralizan y aparecen los neutrones que no tienen signo, equilibrándose así el núcleo del átomo.
El mundo es un baile de partículas subatómicas dirigido por las fuerzas nucleares, la fuerza de gravedad y el electromagnetismo, que actúan entre sólo 12 partículas fundamentales como protones, neutrones, electrones, quarks…para dar lugar a la tabla periódica de elementos que se conocen en el universo como el hidrógeno, oxígeno, sodio, etc.
Einstein y Schrodinger ( También Heisenberg y otros descubrieron la cuántica, para pesadilla de Einstein) comprobaron que, en los experimentos, las partículas subatómicas unas a veces se comportaban como energía (onda) y otras como partículas (materia), algo que no se puede predecir: depende del observador. En el mundo cuántico todo es posible y todo está intercomunicado. La descripción de la realidad nunca está completa y depende del observador(Esto es echarle agua al asado a punto de comer).
Todo este fascinante mundo cuántico abre una enorme y misteriosa puerta al mundo espiritual. Somos como grandes antenas electromagnéticas. Dependiendo de nuestra energía vamos a atraer a unas posibilidades o a otras, de las infinitas que nos ofrece el universo.
Y la pregunta es: ¿qué señal estás tu transmitiendo al universo? Porque puede depender de ella lo que recibas (Nosotros creamos nuestra realidad, hacéte cargo hermano). Siendo conscientes de esto tenemos la capacidad de cambiar nuestra energía, para ello primero tenemos que cambiar el pensamiento, salir de nuestra rutina, de nuestro tiempo y de nuestro cuerpo. Imaginar situaciones deseadas es una forma muy sencilla de hacerlo ya que al imaginar nuevas situaciones, como el cerebro no tiene ojos, no sabe si lo que pensamos, soñamos o imaginamos, está pasando de verdad o no (El cerebro no distingue si imaginas o haces, que sorpresa no?).

De esa forma nos adelantamos a lo que queremos, las funciones celulares de la felicidad se ponen en marcha: serotonina, endorfinas, dopamina… Y co-creamos con el universo.

Puedes crear tu propio mundo.Si el pensamiento que transmites sobre lo que quieres es bien claro y definido, lo atraerás. Podemos relajarnos, confiar en la vida, co-crear con el universo y disfrutar de nuestra existencia.

Compartir e interactuar con las personas es lo que de verdad nos va a hacer felices.
Somos seres espirituales y además de necesitar cosas necesitamos nutrirnos de amor, compartir y sentir paz y serenidad .

Fuente:

-Lourdes P. Bouton