jueves, 23 de julio de 2015

Conectando con nuestra Intuición.

Conectando con nuestra Intuición

Cuando estás totalmente despierto, se produce un cambio: la energía se desplaza del lado izquierdo al lado derecho del cerebro. Cuando estás atento, te vuelves inmediatamente intuitivo. Te vienen ideas, imágenes de lo desconocido, sin razón alguna. Puede ser que no las sigas, pero perderás mucho por ello.

De hecho, todos los grandes descubrimientos de la ciencia provienen también del hemisferio derecho, no del izquierdo.

 

Probablemente hayas oído hablar de Madam Curie, la única mujer que ha obtenido el Premio Nobel. Trabajó exhaustivamente durante tres años para solucionar un problema matemático pero no consiguió encontrar la solución. Trabajó muy duro para encontrar una respuesta, lo estudió desde todos los ángulos, pero no había manera. Una noche, cansada, agotada, se quedó dormida y mientras dormía su mente continuaba dando vueltas al problema. Por la noche se despertó, se levantó, escribió la solución en un papel, volvió a la cama y se durmió de nuevo.

Por la mañana encontró la respuesta encima de la mesa y no podía creer quién lo había escrito. ¿De dónde había llegado esta respuesta? No podía haber sido del hemisferio izquierdo del cerebro, este lado había estado trabajando duro para solucionarlo los últimos tres años. Además no había ningún tipo de proceso en el papel, sólo estaba escrita la solución. Si hubiera venido del lado izquierdo, el proceso estaría también escrito. Pero esta respuesta era como un flechazo. El hemisferio izquierdo cansado, agotado, incapaz, buscó ayuda en el hemisferio derecho.

Cuando te encuentres acorralado con un problema que no puedas resolver lógicamente, no te desesperes, no pierdas la esperanza. Estos momentos pueden traer grandes bendiciones a tu vida: son los momentos en los que el lado izquierdo permite al lado derecho expresarse. Entonces, el lado femenino, la parte receptiva, te da una idea. Si la sigues, se abrirán muchas puertas. Pero también es posible que la ignores, que digas ‘¡qué tontería!’.

El arte consiste en cómo funcionar desde el lado femenino de la mente, porque la parte femenina está unida al todo y la masculina no lo está.

 

El lado masculino es agresivo, vive en continua lucha; el lado femenino vive en el abandono, en total confianza. Por eso el cuerpo femenino es tan bello, tan curvo. Hay una profunda confianza en él, una armonía profunda con la naturaleza.

La mujer vive totalmente entregada; el hombre está en continua lucha, enfadado, haciendo esto y lo otro, intentando probar algo, intentando llegar a algún lugar. La mujer es feliz sin llegar a ninguna parte. Pregunta a una mujer si le gustaría llegar a la luna. Se quedará atónita… ¿Para qué? ¿Qué sentido tiene? ¿Para qué molestarse? Su casa es perfecta. A la mujer no le importa qué está ocurriendo en Vietnam, ni qué ocurre en Corea, ni en Israel. A ella le interesa más qué ocurre en su vecindario, quién se ha enamorado de quién, quién se ha fugado con quién… ella está interesada en chismes no en política.

Dejas escapar muchas cosas en tu vida porque tu mente no para de hablar; no permite...

 

Y la única cualidad de la mente es que es más articulada, astuta, peligrosa, violenta. Y es por su violencia que se ha convertido en la guía de tu interior, y esta dirección interna se ha convertido en la dirección externa del hombre. El hombre ha dominado a la mujer en el mundo exterior también; la violencia se ha impuesto sobre la gracia.

La mente masculina es un fenómeno problemático; por lo tanto domina, se apodera de la situación. Pero en lo profundo, aunque logres dominar, te pierdes la vida, y en lo profundo, la mente femenina continúa.

A menos que permitas la expresión de tu lado femenino y te rindas a él, a menos que te rindas a tus resistencias y a estar luchando, no conocerás lo que es la verdadera vida y su celebración.

 

Muévete cada vez más hacia el hemisferio derecho, hazte más femenino, más amoroso, entregándote, confiando, cada vez más y más cerca del todo. No te vuelvas una isla — hazte parte del continente.


Osho, Música Ancestral en los Pinos, charla # 1.

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