domingo, 12 de julio de 2015

LOS 9 ANIMALES TOTÉMICOS Y LAS 9 DIRECCIONES DE LA RUEDA MEDICINAL

En la antigüedad un iniciado, un buscador, o una persona necesitada de consejo, acudía a los ancianos. Los ancianos eran habitualmente seis y se sentaban en el Norte. Los ancianos eran sabios, no solamente porque ha­bían vivido una larga vida, sino porque conocían los secretos interiores. Veían el rastro del lobo en la mente, guardaban experiencias de muchas vi­siones poderosas y poseían sus poderes y dones.

Imagínate, si puedes, el fuego del consejo crepitando y seis ancianos sentados al Norte bajo una luna nueva creciente. La forma de la luna cre­ciente está dibujada en la Tierra con polen de maíz. Tres ancianos están sen­tados a la izquierda, si te acercas desde el Sur, y tres ancianas sentadas a la derecha. En la oscuridad los ancianos aparecen veteados por el fuego. Te sientas delante del hombre del centro. Sus intensos ojos parecidos a los de un pájaro te sujetan como un torno. Extiende una bolsa o zurrón cubierto de símbolos y dibujos alusivos al poder con flecos en el fondo.


El hombre del centro te indica que introduzcas la mano. Lo haces. Ex­traes, quizás, un diente de lobo o una garra de oso. Te pide que sitúes el ob­jeto entre los dos en un punto concreto del suelo. Lo haces. Luego sacas otros objetos de la bolsa y los pones junto al primero. Cada posición o di­rección tiene un significado y cada objeto es una lección o un talento.


La mujer del centro mira los objetos que has seleccionado y la configu­ración en la que los has dispuesto. Comienza a hablarte con una voz tran­quilizadora. Parece que lo sabe todo sobre ti. Parece que se introduzca dentro de tu alma. Es una guía y una consejera sabia. Puede decirte si, y cómo, te has apartado de tu sendero. Puede revelarte si una persona o fuer­za maliciosa te ha engañado y cómo lo ha hecho. Te puede aconsejar sobre cualquier problema de salud que puedas padecer. Puede guiar tu desarrollo espiritual. Te hace ver en tu interior como nunca antes lo habías hecho, y descubrirás la armonía con toda la creación. Te puede aconsejar sobre cual­quier cuestión. Cuando abandonas el consejo de ancianos, te sientes lleno de fuerza y capaz de enfrentarte a cualquier situación. Te sientes pleno


La necesidad de este tipo de consejos aún existe hoy en día. Vivimos unos tiempos que se han ais­lado de la naturaleza y de la magia.


Según la tradición nativa de los Lakota cada ser humano tiene nueva animales totémicos, que simbolizan los poderes que lleva consigo en su jornada en la Tierra, y que le confieren los poderes necesarios para que este pueda cumplir con el camino elegido de su alma, o su sueño esencial. Cada uno de estos animales, metáforas del instinto humano natural y esencial, tiene un don determinado, despierta algún talento en especial, o aun nos coloca frente a frente con algún desafío.

 

Por ejemplo, si una persona está conectada con el Lobo como el animal de poder, esa persona es un maestro nato, guía, innovador y emprendedor. Esto no quiere decir necesariamente que la persona sea consciente de estos dones, o que los esté utilizando al máximo. Puede significar que el Lobo está para hacerle entender los talentos que necesita desarrollar. Si la perso­na ignora esos talentos se puede decir que el Lobo está mal aspectado.


Según la tradición y la cosmovisión Lakota, cuando nosotros encarnamos en la Tierra, Ina Maka, traemos con nosotros las siete direcciones que forman parte de nuestros cuerpos sutiles, espirituales, y que precisan ser incorporadas en forma de sabiduría en cada existencia, para un rol, especifico, que cada uno trae, el sueño de Wakan Tanka, El Gran Espíritu, para cada uno de nosotros.


Al inicio de este camino por la Tierra, hay siete direcciones que rodean al cuerpo físico:


Este, Sur, Oeste, Norte, Arriba, Abajo, Adentro. La dirección llamada “Adentro” existe en el interior de cada ser, mas también alrededor de todos, pues para la cosmovisión Lakota, es la Quinta Esencia de la Vida, y es la que une a todas las demás, Tunkashila, el soplo de la vida, pero también es el abuelo Universo, el Todo Alrededor.


Cada dirección por su vez, tiene una lección a enseñar, es uno de los caminos de la Maestría o Iluminación, y cada persona, posee un animal tótem en cada una de ellas, trayendo la revelación de cual es la esencia del aprendizaje contenido en ese camino de cura, para llegar a la Maestría personal, o la Iluminación.


Los otros dos animales que hacen que el número de tus tótems sea nue­ve, son los que te acompañan a ambos lados en todo momento, y pueden haberte visitado en sueños durante años. Si no te han visitado en sueños, pueden ser animales por los que te sientas atraído pero que no han apare­cido entre los siete previamente seleccionados. Puede ocurrir que esos dos animales se te aparezcan más tarde, o según vayas aprendiendo las cualidades de los ani­males sencillamente «conectes» con los dos que caminan a tu lado. Pueden pertenecer a cualquier especie del reino animal de nuestra Madre Tierra.


El Significado de los Nueve Animales Totémicos:


Este: El animal del Este nos conduce en la dirección de los grandes desafíos espirituales y protege nuestro camino en la búsqueda de la iluminación. 


Sur: El animal del Sur protege el niño interior que existe adentro de todos nosotros, y nos alerta para el momento en que debemos ser sumisos y confiar, a fin de que el lado inocente e infantil permanezca en equilibrio con la personalidad. 


Oeste: El animal del Oeste condice a todos nosotros en dirección a nuestra verdad interior y las respuestas contenidas en nuestro propio ser. El también indica los caminos que conducen a nuestros objetivos del alma, o la cumplimentación del sueño original y esencial.


Norte: El animal del Norte da buenos consejos y orientación para saber cuando debemos hablar y cuando callar para poder escuchar. El también nos alerta para la necesidad de agradecer todas las bendiciones que tenemos y recibimos todos los días de nuestras vidas. 


Arriba: El animal de esta dirección nos enseña a honrar la Gran Nación de las Estrellas, recordándonos que de ella vinimos y para ella retornaremos un día. Este también es el guardián de la Dimensión de de los Sueños, el facilitador del acceso a las otras dimensiones.


Abajo: el animal de esta dirección nos da lecciones acerca de la Tierra Interior, y nos ayuda a mantener los pies en la tierra y a perseverar siempre en el Camino. 


Adentro: Este animal nos ayuda a mantener el corazón alegre y a permanecer fiel a nuestras verdades personales. El también es el protector de nuestro espacio sagrado, aquél que debe pertenecernos personalmente y no debe ser invadido por nadie, a no ser que nosotros invitemos a alguien a compartirlo. 


Lado Derecho: Protege nuestra parte masculina, Yang, y nos enseña que, ocurra lo que ocurra, este será siempre nuestro padre protector, también vela por el Coraje y por el Espíritu Guerrero. 


Lado Izquierdo: Protege nuestra parte Femenina, Yin, enseñándonos a aceptar la abundancia y a saber sostener y alimentarnos a nosotros mismos y a los demás. A este animal también debe darnos las enseñanzas acerca de los instintos maternales y de las relaciones con los demás seres humanos.

Los animales pueden aparecer en formas arquetípicas, en sueños, en Juegos de Cartas Chamánicas, en la naturaleza y en estado de meditación. Para poder encontrarlos y establecer contacto con ellos, debemos tener pureza de intenciones, estar abiertos a escuchar, y determinados a traer la energía vital presente a nuestros cuerpos, emociones, mentes y espíritus.

 

 

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