En
la antigüedad un iniciado, un buscador, o una persona necesitada de
consejo, acudía a los ancianos. Los ancianos eran habitualmente seis y
se sentaban en el Norte. Los ancianos eran sabios, no solamente porque
habían vivido una larga vida, sino porque conocían los secretos
interiores. Veían el rastro del lobo en la mente, guardaban experiencias
de muchas visiones poderosas y poseían sus poderes y dones.
Imagínate,
si puedes, el fuego del consejo crepitando y seis ancianos sentados al
Norte bajo una luna nueva creciente. La forma de la luna creciente está
dibujada en la Tierra con polen de maíz. Tres ancianos están sentados a
la izquierda, si te acercas desde el Sur, y tres ancianas sentadas a la
derecha. En la oscuridad los ancianos aparecen veteados por el fuego.
Te sientas delante del hombre del centro. Sus intensos ojos parecidos a
los de un pájaro te sujetan como un torno. Extiende una bolsa o zurrón
cubierto de símbolos y dibujos alusivos al poder con flecos en el fondo.
El
hombre del centro te indica que introduzcas la mano. Lo haces.
Extraes, quizás, un diente de lobo o una garra de oso. Te pide que
sitúes el objeto entre los dos en un punto concreto del suelo. Lo
haces. Luego sacas otros objetos de la bolsa y los pones junto al
primero. Cada posición o dirección tiene un significado y cada objeto
es una lección o un talento.
La
mujer del centro mira los objetos que has seleccionado y la
configuración en la que los has dispuesto. Comienza a hablarte con una
voz tranquilizadora. Parece que lo sabe todo sobre ti. Parece que se
introduzca dentro de tu alma. Es una guía y una consejera sabia. Puede
decirte si, y cómo, te has apartado de tu sendero. Puede revelarte si
una persona o fuerza maliciosa te ha engañado y cómo lo ha hecho. Te
puede aconsejar sobre cualquier problema de salud que puedas padecer.
Puede guiar tu desarrollo espiritual. Te hace ver en tu interior como
nunca antes lo habías hecho, y descubrirás la armonía con toda la
creación. Te puede aconsejar sobre cualquier cuestión. Cuando abandonas
el consejo de ancianos, te sientes lleno de fuerza y capaz de
enfrentarte a cualquier situación. Te sientes pleno
La
necesidad de este tipo de consejos aún existe hoy en día. Vivimos unos
tiempos que se han aislado de la naturaleza y de la magia.
Según
la tradición nativa de los Lakota cada ser humano tiene nueva animales
totémicos, que simbolizan los poderes que lleva consigo en su jornada en
la Tierra, y que le confieren los poderes necesarios para que este
pueda cumplir con el camino elegido de su alma, o su sueño esencial.
Cada uno de estos animales, metáforas del instinto humano natural y
esencial, tiene un don determinado, despierta algún talento en especial,
o aun nos coloca frente a frente con algún desafío.
Por
ejemplo, si una persona está conectada con el Lobo como el animal de
poder, esa persona es un maestro nato, guía, innovador y emprendedor.
Esto no quiere decir necesariamente que la persona sea consciente de
estos dones, o que los esté utilizando al máximo. Puede significar que
el Lobo está para hacerle entender los talentos que necesita
desarrollar. Si la persona ignora esos talentos se puede decir que el
Lobo está mal aspectado.
Según
la tradición y la cosmovisión Lakota, cuando nosotros encarnamos en la
Tierra, Ina Maka, traemos con nosotros las siete direcciones que forman
parte de nuestros cuerpos sutiles, espirituales, y que precisan ser
incorporadas en forma de sabiduría en cada existencia, para un rol,
especifico, que cada uno trae, el sueño de Wakan Tanka, El Gran
Espíritu, para cada uno de nosotros.
Al inicio de este camino por la Tierra, hay siete direcciones que rodean al cuerpo físico:
Este,
Sur, Oeste, Norte, Arriba, Abajo, Adentro. La dirección llamada
“Adentro” existe en el interior de cada ser, mas también alrededor de
todos, pues para la cosmovisión Lakota, es la Quinta Esencia de la Vida,
y es la que une a todas las demás, Tunkashila, el soplo de la vida,
pero también es el abuelo Universo, el Todo Alrededor.
Cada
dirección por su vez, tiene una lección a enseñar, es uno de los
caminos de la Maestría o Iluminación, y cada persona, posee un animal
tótem en cada una de ellas, trayendo la revelación de cual es la esencia
del aprendizaje contenido en ese camino de cura, para llegar a la
Maestría personal, o la Iluminación.
Los
otros dos animales que hacen que el número de tus tótems sea nueve,
son los que te acompañan a ambos lados en todo momento, y pueden haberte
visitado en sueños durante años. Si no te han visitado en sueños,
pueden ser animales por los que te sientas atraído pero que no han
aparecido entre los siete previamente seleccionados. Puede ocurrir que
esos dos animales se te aparezcan más tarde, o según vayas aprendiendo
las cualidades de los animales sencillamente «conectes» con los dos que
caminan a tu lado. Pueden pertenecer a cualquier especie del reino
animal de nuestra Madre Tierra.
El Significado de los Nueve Animales Totémicos:
Este:
El animal del Este nos conduce en la dirección de los grandes desafíos
espirituales y protege nuestro camino en la búsqueda de la iluminación.
Sur:
El animal del Sur protege el niño interior que existe adentro de todos
nosotros, y nos alerta para el momento en que debemos ser sumisos y
confiar, a fin de que el lado inocente e infantil permanezca en
equilibrio con la personalidad.
Oeste:
El animal del Oeste condice a todos nosotros en dirección a nuestra
verdad interior y las respuestas contenidas en nuestro propio ser. El
también indica los caminos que conducen a nuestros objetivos del alma, o
la cumplimentación del sueño original y esencial.
Norte:
El animal del Norte da buenos consejos y orientación para saber cuando
debemos hablar y cuando callar para poder escuchar. El también nos
alerta para la necesidad de agradecer todas las bendiciones que tenemos y
recibimos todos los días de nuestras vidas.
Arriba:
El animal de esta dirección nos enseña a honrar la Gran Nación de las
Estrellas, recordándonos que de ella vinimos y para ella retornaremos un
día. Este también es el guardián de la Dimensión de de los Sueños, el
facilitador del acceso a las otras dimensiones.
Abajo:
el animal de esta dirección nos da lecciones acerca de la Tierra
Interior, y nos ayuda a mantener los pies en la tierra y a perseverar
siempre en el Camino.
Adentro:
Este animal nos ayuda a mantener el corazón alegre y a permanecer fiel a
nuestras verdades personales. El también es el protector de nuestro
espacio sagrado, aquél que debe pertenecernos personalmente y no debe
ser invadido por nadie, a no ser que nosotros invitemos a alguien a
compartirlo.
Lado
Derecho: Protege nuestra parte masculina, Yang, y nos enseña que,
ocurra lo que ocurra, este será siempre nuestro padre protector, también
vela por el Coraje y por el Espíritu Guerrero.
Lado
Izquierdo: Protege nuestra parte Femenina, Yin, enseñándonos a aceptar
la abundancia y a saber sostener y alimentarnos a nosotros mismos y a
los demás. A este animal también debe darnos las enseñanzas acerca de
los instintos maternales y de las relaciones con los demás seres
humanos.
Los
animales pueden aparecer en formas arquetípicas, en sueños, en Juegos
de Cartas Chamánicas, en la naturaleza y en estado de meditación. Para
poder encontrarlos y establecer contacto con ellos, debemos tener pureza
de intenciones, estar abiertos a escuchar, y determinados a traer la
energía vital presente a nuestros cuerpos, emociones, mentes y
espíritus.
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