Nunca me siento en paz en mi interior. Hay aún un poco de ira dentro de mí que no logro entender. Algo me dice que me calle y me tranquilice, pero me es muy difícil escuchar esa voz interior que me pide que esté tranquilo. Le tengo miedo.
Simplemente no reprimas más la ira. Se tiene que sacar todo lo que hay, porque es la única manera de estar realmente tranquilo.
Tú puedes forzar la calma pero la tranquilidad es y será perturbada tarde o temprano, porque simplemente por debajo de ella está la ira hirviendo y esperando su momento y oportunidad. Entonces uno sigue sentado en un volcán. Todo parece tranquilo cuando el volcán no está en erupción, no es activo, pero se está preparando interiormente. Una cierta ira ha salido, algo de ella todavía está ahí; y la ira que ha salido era superficial. Sacar la ira que necesita salir es más profundo; por eso es que es difícil entenderlo.
Una parte de la ira es comprensible porque se relaciona con la gente, con las situaciones. Tú puedes entender por qué estás enojado; el por qué está claro. Pero cuando esta capa, esta capa superficial de cólera se saca, entonces tú llegas repentínamente a una fuente de ira que no se relaciona con el exterior en absoluto, que es simplemente parte de ti. Nadie te ha insultado, de hecho no hay excusa para estar enojado y entonces está allí. Llega a ser muy difícil entenderlo porque no puedes echarle la responsabilidad a cualquiera. Ahora es algo que está dentro de ti, que te pertenece.
Nos han enseñado que la ira viene solamente en cierta situación de tensión. Eso no es verdad.
Nacemos con ira; es parte de nosotros.
En ciertas situaciones aparece; en otras situaciones está inactiva, pero está allí. Así que uno primero tiene que sacar la ira que está relacionada, y luego ir al origen más profundo de la ira, que no está relacionado con alguien más; aquella con la que naces. Es impersonal, y por eso es un problema entenderla. Pero no hay necesidad de entenderla. Simplemente sácala, no contra alguien, sino sobre una almohada, con el cielo, con Dios, ¡conmigo! Simplemente sacarla es el punto.
Y porque no está relacionada tiene que ser absurda. Tú no sabes dónde sacarla, cómo sacarla, en quién verterla. Si tú la descargas en alguien te sentirás muy culpable, porque el otro no lo ha merecido en absoluto. Ése es su misterio, y le hace sentir a uno mismo muy perturbado.
Esto va a suceder con cada emoción. Hay una parte del amor que se relaciona con alguien. Entonces si tú vas más profundamente, un día llegarás a la fuente del amor que es impersonal. No se está dirigiendo hacia alguien; está simplemente allí, allí dentro. Y lo mismo es verdad con todo lo que sientes. Cada cosa tiene dos lados.
Uno, el inconsciente, el lado más profundo, está simplemente contigo, y lo superficial es el funcionar de esta capa más profunda en una relación. La gente que sigue siendo superficial siempre se olvida totalmente de sus propios tesoros internos. Cuando tú sacas fuera la ira interna, te encuentras cara a cara con el amor interno, la compasión interna. Los desperdicios se tienen que sacar de modo que tú puedas llegar al oro más puro de tu interior.
Así que haz de ello una indicación ; no intentes entenderlo.
Ése es uno de los problemas básicos que enfrenta en todo Occidente la mente moderna: Intentamos entenderlo todo y la vida es básicamente un misterio. Tú puedes vivirla, pero no puedes entenderla. Y si insistes en que tienes que entender, entonces seguirás siendo superficial.
El intelecto está solamente en la superficie, sólo hasta cierto punto, entonces no puede ir más profundamente. La profundidad no es la dimensión del intelecto; la longitud es la dimensión del intelecto. Así que si quieres conocer detalles, el intelecto te puede dar muchos, muchos y muchos, pero no puede ir a lo profundo; no puede ahondar en ningún hecho en la dimensión de lo profundo, verticalmente. Así que olvídate de ello. No hay necesidad de entenderlo.
La ira está allí; es suficiente saber eso. Y se tiene que sacar, porque si permanece en ti, nunca sentirás tranquilidad y quietud; seguirá ardiendo interiormente como fuego. Seguirá encontrando excusas fuera, y si no la sacas sin excusa, la sacarás con alguna excusa y entonces el problema es más complicado. Tú la sacarás con la esposa, los niños, el amigo, con alguien. Entonces te estás creando más complejidad porque no has captado el punto. Ésta es por tanto una buena revelación. Ahora utilízala.
Osho, Above All, Don’t Wobble, charla #22
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