LA RUEDA DEL TIEMPO
por Carlos Castaneda
Citas de Las Enseñanzas de don Juan
El poder reside en el tipo de conocimiento que uno tiene. ¿Cuál es el
sentido de conocer cosas que son inútiles? Ellas no nos preparan para
nuestro inevitable encuentro con lo desconocido.
Nada en el mundo es un regalo. Cualquier cosa que se aprende debe aprenderse del modo dificil.
Un
hombre va al conocimiento como a la guerra: totalmente despierto, con
miedo, con respeto, y con absoluta seguridad. Ir al conocimiento o a la
guerra de cualquier otra manera es un error, y quien lo cometa nunca
vivirá para lamentarlo. Cuando un hombre ha cumplido esos cuatro
requisitos -estar totalmente despierto, tener miedo, respeto y absoluta
seguridad- no hay errores por los que tenga que rendir cuentas: bajo
tales condiciones sus actos pierden la torpe cualidad de los actos de un
tonto. Si tal hombre fracasa, o sufre una derrota, habrá perdido sólo
una batalla, y no habrá penosos lamentos sobre eso.
Volcarse
en el ego demasiado produce un terrible cansancio. Un hombre en esa
posición está sordo y ciego a todo lo demás. El mismo cansancio le hace
dejar de ver las maravillas que le rodean.
Cada
vez que un hombre se pone a aprender, tiene que trabajar tan duro como
pueda, y los límites de su aprendizaje están determinados por su propia
naturaleza. Por lo tanto no vale la pena hablar sobre conocimiento. El
miedo del conocimiento es natural: todos lo experimentamos, y no hay
nada que podamos hacer. Pero por terrible que pueda ser aprender, es más
terrible pensar en un hombre sin conocimiento.
Encolerizarse
con la gente significa que uno considera sus actos importantes. Es
imperativo dejar de sentirse de ese modo. Los actos de los hombres no
pueden ser suficientemente importantes para contrarrestar nuestra única
alternativa viable: nuestro inmutable encuentro con el infinito.
Cualquier
cosa es sólo un camino entre un millón de caminos. Por lo tanto, un
guerrero debe siempre tener en mente que un camino es sólo un camino, y
si él siente que no debería seguirlo, no debe permanecer en él bajo
ninguna condición. Su decisión para mantener ese camino o abandonarlo
debe estar libre de miedo o ambición. Debe mirar a cada paso atenta y
deliberadamente.
Hay
una cuestión que un guerrero tiene que preguntarse, obligatoriamente:
¿Tiene corazón este camino? Todos los caminos son lo mismo: no llevan a
ninguna parte. Sin embargo, un camino sin corazón no es nunca
disfrutable. En cambio, un camino con corazón es fácil -no hace a un
guerrero trabajar para gustarle; conduce a un gozoso viaje; en tanto un
hombre lo siga, es uno con él.
Hay un
mundo de felicidad donde no hay diferencia entre las cosas porque no
hay nadie que pregunte por las diferencias. Pero ese no es el mundo del
hombre. Algunos hombres tienen la vanidad de creer que ellos viven en
dos mundos, pero eso es sólo su vanidad. Hay un solo mundo para
nosotros. Somos hombres, y debemos seguir el mundo de los hombres
contentamente.
Un
hombre tiene cuatro enemigos naturales: el miedo, la claridad, el poder y
la vejez. El miedo, la claridad y el poder pueden ser vencidos, pero no
la vejez. Su efecto puede ser pospuesto, pero nunca puede ser vencido
No hay voluntarios en el camino del guerrero. Un hombre tiene que ser forzado al camino del guerrero contra su voluntad.
Los
tiempos que vivimos nos exigen que seamos nuestros propios chamanes y
chamanas, unidos más que por formar parte de una misma tradición, por
compartir y mantener un nuevo intento para el ser humano
No hay comentarios:
Publicar un comentario