Desde
el primer contacto de los blancos con los pueblos nativos de América
del Norte, nada ha intrigado a nuestras mentes occidentales que el gran
misterio de chamán nativo americano (Medicine Man). Mientras que el
chamanismo ha existido en diversas formas en casi todas las culturas a
lo largo de la historia, lo cierto es que aún sabemos muy poco acerca de
los notables poderes de los chamanes. Lo que está claro, es que se origina en lo profundo de la psique humana.
Se
trata de la capacidad de entrar "a voluntad" en un estado alterado de
conciencia con el fin de obtener el apoyo de entidades espirituales.
Estos, así como su asistencia, manifiestan de maneras misteriosas.
El
chamanismo norteamericano es único, ya que sólo ha sido mínimamente
afectada por las grandes religiones del mundo, que no es el caso del
chamanismo Europeo, Asia y África, que son a menudo de connotaciones
taoísta, cristianos o budistas. El chamanismo de América del Norte, por
su parte, se mantuvo básicamente el mismo desde hace milenios. Esta
práctica ancestral es quizás una de las más puras y más potente
existente en la actualidad. Apenas sobrevivió al ataque de la
civilización y persecuciones de la Iglesia y el Estado. Pero hay muy
pocos chamanes verdaderos, y la mayoría de ellos viven aislados,
dispersos a lo largo de las carreteras en las reservas. No se ven
afectados por el mundo exterior, y discretamente alivian con la mayor
humildad a quienes los consultan.
El
tamaño mismo del continente y la variedad de grupos culturales hace
imposible abordar tantos aspectos del chamanísmo o de las enseñanzas
sobre la medicina como existen aquí. Aunque todos los pueblos indígenas
de las Américas descienden de ancestros comunes que atravesaron el
estrecho cuando el continente estaba unido a Asia, las múltiples y
diferentes culturas poseen sus tradiciones diferenciadas.
Comentaremos
en primer lugar las prácticas de tres tribus: una situada a la orilla
del mar en el noroeste, otra perteneciente a las culturas de las Grandes
Llanuras, y otra de los profundos bosques del noreste. Para muchos
occidentales, la medicina nativa americana es sinónimo de chamanísmo.
Términos como la búsqueda de la visión, el ritual del Inipi o, de la
cabaña para sudar, y la danza del Sol circulan libremente. No obstante,
una de las primeras cosas que se han de decir sobre el chamanísmo
norteamericano es que el uso de la palabra chamán puede ser
inapropiado, especialmente entre los miembros de las tribus de las
primeras naciones.
Los
llamados primeros pueblos poseen un conjunto de creencias y prácticas
muy diversas, muchas de las cuales pueden denominarse chamánicas, aunque
quienes las practican nunca usarían esta palabra. En
cambio títulos como guardianes de la tradición, gente medicina,
cantores del espíritu y curanderos tradicionales pueden encontrarse en
la mayoría de las unidades tribales.
Aunque
hay una amplia variedad de prácticas individuales diseminadas por el
continente, las bases no son muy diferentes, de modo que si bien
perdemos algo al no tener la oportunidad de estudiar cada unidad tribal
con detalle, el cuadro general es fiel a la comprensión más amplia de
esta rica herencia.
La
gente medicina de Norteamérica a menudo se junta en grupos conocidos
como Sociedades Medicina. Los chamanes individuales practican por su
cuenta, pero la mayoría de ellos pertenecen a alguno de estos grupos,
que ofrecen apoyo mutuo y organizan los múltiples y complejos rituales
que gobiernan las vidas diarias de la gente. Está claro que las leyes
éticas y las prácticas de las Cinco Naciones fueron estudiadas cuando se
redactó la Constitución de los Estados Unidos, y parte de su filosofía
se incorporó a ella. En
muchos casos, estas sociedades están diseñadas para permitir
especializaciones. Por ejemplo, los Seneca, que forman parte de la
nación Iroquesa y por tanto una de las cinco naciones originales que
viven en la región noreste de Estados Unidos, tienen una sociedad
general de medicina animal que mantiene estrechos vínculos entre los
humanos y los animales, tanto físicos como espirituales. También tienen
grupos especializados como la Sociedad Águila, una de las más poderosas,
que trabaja para devolver la vida a los que están al borde de la
muerte, y realizan poderosas y complicadas danzas con trajes emplumados.
También
está la Sociedad 0so, que trata de curar enfermedades específicas; la
Sociedad Nutria, que se centra en la magia de las mujeres y trabaja
principalmente con el agua, y la Sociedad Bisonte, que danza, canta y
prepara un plato curativo hecho con carne de bisonte. La
misma tribu también posee una Cantadora para los Muertos, que siempre
es una mujer y trabaja al servicio de quienes tienen sueños inquietantes
enviados por sus antepasados difuntos. Además, también existe la
Sociedad del Falso Rostro, que trabaja por medio de elaboradas máscaras
divididas en cuatro grupos:
Máscaras de portero o de doctor, máscaras de baile, máscaras de mendigo y máscaras secretas.
Las
máscaras de doctor se usan durante los rituales de curación, las de
mendigo en ceremonias para solicitar la curación a los espíritus, y las
máscaras de danza para las ceremonias de baile. Las máscaras secretas
solo se usan en ceremonias privadas que no están abiertas al público y
se consideran las más poderosas.
La
mayoría de estas sociedades son extremadamente jerárquicas, y se juzga a
cada uno de sus miembros por sus habilidades y especialidades. Los
ojibwa, por ejemplo, reconocen cuatro tipos de disciplina curativos: el
tcísaki, o adivino masculino; el nanandawi, o doctor tribal; el wabeno, u
«Hombre del Cielo del Amanecer», que manipula el fuego a fin de
interpretar sueños, guiar novicios y curar a los enfermos, y el meda, o
curandero de familia.
RITUALES, JERARQUÍA E INICIACIÓN
Los
rituales para afiliarse son rigurosos e intensos, y están diseñados
para que cada candidato manifieste su máximo poder. En la Sociedad
Midewiwin de los ojíbwa, quienes muestran aptitudes para curar con
plantas o tienen otros dones curativos, son sometidos a los espíritus
(Manitou) para que los pongan a prueba. Si pasan la prueba —generalmente
recibiendo un sueño de los espíritus—, son admitidos al nivel más bajo
de la sociedad, y tiene que ir ascendiendo ocho niveles, cada uno de
ellos más poderoso y secreto. En
las últimas etapas del proceso, el iniciado se tumba en el suelo y se
le colocan una variedad de conchas sobre el cuerpo, que tienen la
finalidad de enfocar el poder de Manitou en el chamán y ofrecerle
protección ante los ataques de los espíritus malignos. Mientras el
candidato está tumbado en el suelo, los profesores le disparan
simbólicamente en las áreas del cuerpo donde ha sido invocada esa
protección. Si el iniciado muestra señales de estar herido, ha fracasado
en la prueba; pero si permanece inmóvil y continúa su viaje por el
mundo de los espíritus, al final será considerado un chamán plenamente
capacitado.
LA CABAÑA PARA SUDAR O TEMAZCAL
(RITUAL DEL BAÑO DE VAPOR)
La
práctica de meterse en un espacio cerrado a sudar es común a muchos
pueblos del mundo, y en la mayoría de las sociedades tradicionales esto
se convierte en una disciplina espiritual. La cabaña o lugar cerrado,
que a menudo es una estructura temporal hecha con palos curvos, se
calienta introduciendo en ella rocas calentadas en un fuego que se hace
fuera. Estas rocas se ponen en el centro de la cabaña, y las personas
que van a sudar se sientan alrededor. En algunas culturas se fabrica una
estructura permanente de piedra, como el "teach an allaís" de los
irlandeses, que todavía se usaba a comienzos del siglo XIX. las cabañas
se calientan dejando caer las piedras al rojo vivo en un cuenco de agua
para producir vapor.
En
Norteamérica, en el típico ritual, el intenso calor hace que la piel
exude sudor, y esto tiene el efecto de limpiar el cuerpo de impurezas, y
alivia el dolor reumático u otras enfermedades; pero su efecto sagrado
es la humildad que produce en quien suda, que se dedica a rezar durante
la ceremonia. En la mayoría de las sociedades tradicionales americanas
este baño de vapor es una herramienta para la disciplina espiritual. La
mayoría de los usuarios entran en una actitud de oración, sabiendo que
todos están sentados en el mismo estado de humanidad básica y que están
frente a una fuerza espiritual más grande que cualquiera de ellos.
Incluso en la evolución moderna de la cabaña a la sauna de los países
escandinavos, este aspecto sagrado del sudor no se olvida, y existen
protocolos que marcan la conducta adecuada a fin de que los espíritus de
la cabaña para sudar no se sientan insultados.
Los
primeros observadores de esta práctica en algunos lugares de
Norteamérica comentaron sus propiedades curativas y purificantes, pero,
como ninguno de estos exploradores la experimentaron por sí mismos,
pocos comprendieron la importancia sagrada de su función.
Cuando
quienes querían controlar a los pueblos de las Cinco Naciones
entendieron esto, prohibieron la cabaña para sudar, e incluso la policía
india prohibió a la tribu sioux entrar en ella. En 1979, cuando la
religión nativa americana fue reinstaurada oficialmente como una vía
espiritual legítima, este ritual quedó plenamente integrado en la vida
de las reservas, y se está extendiendo por todo el mundo como medio de
preparación espiritual, curación y comunión. Los que entran en la
cabaña, entran para rezar por los antepasados o por familiares que están
pasando dificultades, por las situaciones del mundo, por el alivio de
las enfermedades y así sucesivamente. Quienes han estado en prisión o
han vuelto de la guerra entran para purificarse de la violencia que han
visto. Los asistentes cantan rondas de oración mientras soportan el
calor. Sufriendo por otros los que sudan esperan que sus oraciones sean
escuchadas y que se despejen los obstáculos.
LA BÚSQUEDA DE LA VISIÓN
Entre
los pueblos de las llanuras del centro de Norteamérica, las tradiciones
y técnicas del chamanismo cambian un poco. Algunos comentaristas llegan
a preguntarse si estos pueblos poseen realmente una tradición
chamánica. No obstante, a pesar de las diferencias, existen suficientes
pruebas que apoyan el hecho de que, en la mayor parte del continente
norteamericano, las tribus participan en actividades chamánicas. A
diferencia de las prácticas clásicas de Siberia y el Círculo Ártico, los
chamanes y la gente medicina de las llanuras, como los Lakota o los
Pies Negros, buscan la iniciación por el aislamiento, el ayuno y la
meditación. Y la versión más claramente delineada de estas prácticas es
la búsqueda de la visión.
La
búsqueda de la visión es casi tan familiar para la terminología
chamánica occidental como el viaje chamánico o los animales de poder.
También se practicaba en otras culturas distintas de las nativas
americanas.
Los
pueblos Inuit emprendían rigurosas búsquedas de la visión, retirándose a
las áridas extensiones árticas durante semanas seguidas, mientras que
en Nepal los que buscaban la sabiduría
podían quedarse durante días en una plataforma elevada entre los
árboles. Este tipo de pruebas no siempre están relacionadas con
convertirse en curandero, y pueden usarse, bajo supervisión, para
permitir a los espíritus llevar curación allí donde se necesite.
El
propósito de la búsqueda de la visión es permitirse contactar con los
espíritus y recibir su guía, limpiar y armonizar el cuerpo, y descubrir
una dirección personal o destino.
Frecuentemente,
quienes emprenden un rito de tránsito tan poderoso y transformador se
preparan para él durante meses. La mayoría de las búsquedas de la visión
requieren hasta cuatro días para completarse, aunque algunas pueden ser
más largas. En el caso típico tienen lugar en la naturaleza. La persona
que la emprende elige un lugar para hacer su viaje, o bien el hombre o
mujer medicina le dice dónde hacerlo y sus preparaciones.
A
menudo esta misma persona dirige al buscador en todos los aspectos de
la ceremonia, y provee apoyo y guía espiritual en el viaje.
El
buscador se purifica en el ritual del sudor y luego es llevado al lugar
designado para realizar su búsqueda. Allí permanecerá sin comer ni
beber ni dormir durante entre una y cuatro noches, renunciando a todas
las cosas que normalmente le sustentan y confiando enteramente en su
fuerza espiritual interna. Durante este tiempo el buscador se centra en
la guía que está buscando. Debe superar los deseos terrenales,
afrontando su naturaleza humana para recibir la visión. Una vez
completada la búsqueda de la visión, el viajero relata su experiencia al
hombre o mujer medicina, que le ayudará a entender cualquier mensaje
que haya recibido. Los efectos de la búsqueda de la visión casi siempre
son extremos. Los chamanes hablan de cambios en el cuerpo y en el alma
que son para siempre.
Ciervo Cojo, de la tribu Sioux Lakota, describió así su visión:
"Oí el grito de un águila, alto y claro
Por encima de las voces de muchos otros pájaros".
Parecía decir: «Hemos estado esperándote.
Sabíamos que vendrías... Siempre
tendrás un fantasma contigo, otro yo».
Lame Deer: Seeker of Visions,
Jhon (Fire) Lame Deer
y Richard Enooss, 1972.
LOS ESPÍRITUS DEL TABACO
En
buena parte de las Américas al tabaco se le considera una de las
sustancias más potentes y poderosas. Se dice que el espíritu del tabaco
toma la forma de pájaros o bestias, y los chamanes que trabajan de cerca
con este espíritu tienen que aprender canciones, danzas y cantos
curativos específicos.
Dependiendo
del área, la planta se fuma, se masca, se esnifa, se toma en jarabe o
se usa como un enema. Entre los indios de las llanuras y otros lugares
se hacen ofrendas de tabaco a los espíritus en forma de tiras de tela de
algodón, generalmente rojo, atado a los matorrales. Estas ofrendas se
hacen en tiempos de dificultades o para solicitar la curación o la ayuda
de los espíritus.
Estas
experiencias pueden reconocerse fácilmente como chamánicas, y
encontraremos muchos otros casos de fantasmas o seres espirituales que
solo son visibles o audibles para el chamán en otras sociedades del
mundo.
La riqueza y variedad de las tradiciones chamánicas de los pueblos de las primeras naciones los sitúa entre los más importantes
para entender cómo funciona el chamanismo en la práctica. Estas
tradiciones informan prácticamente de todos los aspectos de la vida
diaria de los pueblos que han mantenido su identidad tradicional, y
buena parte de esto se ha transmitido, a menudo sin notoriedad, a la
visión del mundo de Estados Unidos.
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