jueves, 15 de mayo de 2014

EL AGUA DE MAR FUENTE DE VIDA Y SALUD, RENE QUINTON.




"Descubrió el agua del mar como elemento indispensable para la vida y la salud"



René Quinton nació el 15 de diciembre de 1866 en Chaumes, Brie (Francia). Hijo de un médico y alcalde de la ciudad, Quinton no recibió formación científica particular alguna, sin embargo como muchos grandes hombres de la historia, fue un autodidacta sumamente culto que estaba al tanto de los principales avances y descubrimientos científicos de su época. Después de estudiar letras y hacer algunos cursos en el Museo de Historia Natural, comenzó su peculiar y genial carrera en el ámbito científico que revolucionó los paradigmas de la época. La academia de ciencias francesa no dudó en decir que después de Darwin, nadie sino Quinton había hecho aportes tan relevantes en el campo de la biología. Sin embargo sin ánimo de entablar batalla contra nadie, demostró al mismo Chard Darwin que “la vida no se somete al medio, sino al contrario, es el medio el que se somete a la vida, a la célula”.

Enfermó de tuberculosis, pero el haberse trasladado una temporada a vivir junto al mar y curarse, descubrió que la composición química del agua del mar es muy semejante a la de la sangre de los vertebrados, retomando así los trabajos del célebre fisiólogo Claude Bernard. De esta forma nació el célebre “Plasma de Quinton”, utilizado en los dispensarios marinos que él mismo creó para salvar miles de vidas en diversas ciudades francesas y extranjeras.

En 1975, en el Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la laguna (Santa Cruz de Tenerife), se llevaron a cabo experimentos con varios perros similares a los de Quinton, bajo los Protocolos de La Comunidad Europea, con agua isotónica. Los resultados fueron satisfactorios y los perros se recuperaron perfectamente. Con ello se demostró que el agua del mar que contiene los 118 elementos de la tabla periódica, es más eficaz que el suero artificial. Durante la Primera Guerra Mundial, el ejército francés empleó agua de mar para compensar la pérdida de sangre de los heridos en combate.
En diciembre del 2003, en la misma Universidad de La Laguna, se practicaron el desangrado de diez perras y se les trasplantó esta vez agua hipertónica como plasma sanguíneo, es decir, recogida directamente del Océano Atlántico, recuperándose todas perfectamente y sin ningún problema.
En 1904 Quinton publicó el libro “El agua de mar, medio orgánico”, el cual despertó un gran interés en todo el mundo. Pronto empezó abrir sus dispensarios marinos en París, Molnpellier, Lyon, Londres y Egipto y hubo hospitales que se adhirieron al método marino. El éxito fue fulminante. Las inyecciones de agua de mar isotónica aplicadas a los lactantes en los dispensarios marinos, se contaban por miles. Los médicos prescribían las inyecciones y Quinton alcanzó enseguida la fama. Los problemas de salud de los bebés y los niños eran mucho más abundantes que hoy día. La mayoría de ellos relacionados con la desnutrición. Utilizando las virtudes del agua del mar, Quinton contribuyó de forma decisiva a reducir la mortalidad infantil, salvando a miles de niños de una muerte segura. También trataba a los adultos muchos de ellos desahuciados por los médicos a los que lograba curar simplemente con un tratamiento de agua del mar. Los principales casos eran tifus, cólera y diarrea, la tuberculosis, los niños prematuros, la anorexia, enfermedades de la piel y malnutriciones graves. La mayoría de ellos Quinton los curaba.
Están documentados casos gravísimos a los que el tratamiento del mar los curó de forma fulminante.

Las conclusiones de Quinton nos llevan a comprender que los organismos propios de la vida animal son verdaderos acuarios marinos en las que las células que lo constituyen, continúan viviendo en las mismas condiciones en las que se encontraba la célula primitiva. Para comprobarlo, Quinton realiza una serie de experimentos que, entre otras cosas, demuestran que los glóbulos blancos sobreviven perfectamente en el agua del mar, lo cual hasta la fecha, no se ha podido lograr en ningún otro tipo de medio, incluyendo el suero, que básicamente está compuesto de agua y cloruro de sodio.
Quinton formuló una serie de Leyes denominadas de la Constancia:

Ley de la Constancia Térmica: Frente al enfriamento del globo, la vida animal, aparecida en estado de célula a una temperartura determinada, para su elevado funcionamiento celular, en los organismos indefinidamente suscitados a este efecto, tiende a mantener esta temperatura de los orígenes.

Ley de la Constancia Marina: La vida animal, aparecida en estado de célula en los mares, tiende a mantener las células constitutivas de los organismos para su funcionamiento celular elevado, a través de las series zoológicas, en el medio marino de los orígenes.

Ley de la Constancia Osmótica: la vida animal, aparecida en estado de célula en mares de una concentración salina determinada, ha tendido a mantener, para su funcionamiento celular elevado, a través de la serie zoológica, esta concentración de los orígenes.

Ley de la Constancia General: Frente a las variaciones de todo orden que pueden sufrir en el curso de las eras, los diferentes hábitats de la vida animal, aparecida celularmente en condiciones físicas y químicas determinadas, ésta tiende a mantener, para su funcionamiento celular elevado, a través de la serie zoológica, estas condiciones de los orígenes.

Básicamente postuló que la vida se originó en el mar, y que cada cuerpo humano es como un pequeño océano en el que flotan las células. Si este océano interior mantiene sus condiciones físicas (es decir, su ph, salinidad, temperatura, etc.) similares a las primigenias, el conjunto del cuerpo se mantiene en un estado de equilibrio natural, que es lo que llamamos salud. Y al contrario, si se presenta una carencia o un desequilibrio en estos factores, se dificulta (o llega a impedirse) el funcionamiento normal del conjunto del organismo, que es el estado al que llamamos enfermedad.
En sucesivas entregas, iremos descubriendo el poder del agua del mar y como siendo un elemento abundante y gratuito, puede combatir las enfermedades, la desnutrición, acabar con el hambre en el mundo e incluso regando tierras desérticas para la explotación de la agricultura.

 Todos los seres vivos procedemos del mar. El ciclo de la vida y el clima en el planeta, nace en el mar. El mar tiene la solución a todos nuestros problemas, es un plasma de energía inmenso, gratuito y no valorado por los intereses egoístas de las multinacionales que todo lo quieren patentar, sin importarles la vida en la Tierra. La savia del mar nos hace respirar y vivir con intensidad.

Pedro Pozas Terrados . Director Ejecutivo Proyecto Gran Simio

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