sábado, 17 de mayo de 2014

EL CAMINO DEL BRUJO O CAMINO TOLTECA

EL CAMINO DEL BRUJO O CAMINO TOLTECA




El Camino Tolteca no es sino uno de los senderos que lleva a la eternidad. Como el budismo Zen, el sufismo, el taoísmo y otros sistemas, seguirlo con seriedad requiere que hagas de él tu camino principal. Esto no significa que no puedas participar de otras filo­sofías, sino que debes atravesar sus pasadizos para conocerlo ple­namente y después poder dejarlo atrás. Para recibir su impulso, debes utilizarlo. Dentro de los laberintos toltecas, la actitud de «en primer lugar somos seres humanos» equilibra las prioridades. Nos aleja del dogma y nos lleva a la experiencia real. Nos permite entrar en contacto con nuevas fuentes de información en lugar de encerrarnos en el auto-reflejo o en la validación repetitiva de nues­tros pensamientos. Un sistema puede hacer estas tareas, pero no puede, por sí mismo, llevarnos a la libertad total. El conocimiento obtenido siempre reflejaría los puntos de vista del sistema, una forma más elaborada de autorreflejo. Si un sistema tiende a quitar importancia a la capacidades psíquicas, por ejemplo, sus adheren­tes trabajarán en ello. A medida que el manejo de las habilidades psíquicas se atrofie, el sistema puede muy bien decretar que todo funcionamiento psíquico es fraudulento. Uno de los rasgos más atractivos del Camino Tolteca es que requiere de sus practicantes que lleven las cosas más lejos, que amplíen y profundicen. El Camino Tolteca simplemente no está dentro del status quo.

Si alguien te ofreciera una vía mejor que la que recorres en la actualidad, ¿la reconocerías? Seas un tolteca, un científico o un camionero, el desafío no consiste en escapar a un mundo de dog­mas aparentemente seguros sino en buscar el conocimiento. Y parte de este proceso reside en comprender que el conocimiento a menudo encaja dentro de los parámetros del método utilizado para obtenerlo. Quizá sea esto lo que llevó a Sam Keen a afirmar en su libro Fire in the Belly que debemos liberarnos del pensa­miento habitual y definirnos por nuestra propia experiencia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario