La
cita fue a las diez de la mañana de un lunes de enero, en una habitación
pequeña de un viejo departamento de La Reyna. Allí estaba, descalzo, Alejandro
Jahuanchi, el chamán que vino del Cuzco a
trabajar por un mes con un grupo de personas, fundamentalmente psicólogos,
interesados en aprender de su
sabiduría milenaria que le permite curar las dolencias del cuerpo y del alma. Su
figura pequeña, cubierta con una túnica blanca, llevaba lo que con mentalidad
profana se podría considerar adornos: un cintillo de plumas multicolores que
coronaba su cabeza y un collar de piedras de varias vueltas del que pendía
además un loro. “Estas ropas son nuestra protección. Nosotros actuamos en el
nivel de sacerdotes, y siempre todos los sacerdotes han tenido que tener su
túnica especial. Las plumas son para encerrar la mente, para lograr una
concentración psico mágia del chamanismo; estos collares son descargadores de
energía. Equivalen a esos tapabocas que se ponen los médicos. Si la fuerza del
paciente es negativa estos collares absorben todo lo negativo de la enfermedad.
Y el loro es mi símbolo”. Así, con una sencillez sorprendente para alguien poco
acostumbrado a la vida de las ciudades, Alejandro responde una a una las
preguntas que, torpemente intentan aprehender los secretos de su oficio.
Ignorado o subestimado por años por la cultura occidental, vuelve a estar de
moda en este reviva de fin de siglo o de milenio que encuentra al hombre sin
respuestas para sus preguntas de fondo.
Perteneciente
a la etnia huachipaeri,
vive en un poblado situado en una parte de la selva llamada Kcosñipata
Pilcopata, "Reserva de Biosfera
del Parque Nacional del Manu Cuzco - Perú"
que quiere decir tierra de los humos porque está cubierta casi siempre por la
neblina. Allí daba clases en una escuela mientras paralelamente se preparaba
estudiando la
filosofía de sus antepasados y sirviendo a su comunidad
en labores de curación chamanica. Hasta que un grupo de antropólogos
estadounidenses apareció por el lugar y reparó en su sabiduría. De ahí en
adelante comenzó a cambiar su vida y su área de acción, limitada hasta entonces
a la provincia de
Paucartambo, en el departamento del Cuzco.
Invitado
por organizaciones de chamanes, sanadores y grupos espirituales, ha recorrido
Miami, Dallas, Oregón, California. Su fama llegó hasta
la Casa Blanca, donde dos años seguidos ha dado unas conferencias a sus
trabajadores. “más que nada he estado con los que hacen el programa de
conservación ecológica, hablamos sobre cómo proteger nuestra naturaleza”, dice.
También ha recorrido parte de España dando cursos “porque todos los que están
trabajando en esto de la curación aprenden a través de la lectura de libros, no
tienen maestros naturales”. En Chile ha estado en dos oportunidades. La primera
vez en 1995, gracias también al descubrimiento que hizo de él experto en runa Eduardo Labra. Artículo
Cuál
es el objetivo de este segundo viaje suyo? - Vine para entrevistarme con la
gente y ver cómo está en este punto de encuentro, de tradiciones y visiones.
Hay mucha gente que está en una búsqueda constante, hay en todo el mundo una
fiebre por escapar de esta realidad agobiante y yo vine acá para apoyarlos en
esta búsqueda. Todos estamos enfermos por el problema psíquico y físico. Acá en
Santiago vamos a tener que instalar un Pueblo Huachipaeri para que podamos
manejar la situación.
¿Cómo
se inició en esta actividad, quien le dio el atributo de chaman? - El tiempo y
el espacio son nuestra maestría, de lo que hemos pasado sacamos experiencias.
El espacio que hemos vivido es una maestría. Dentro de eso se ha mantenido el
saber, no es una enseñanza que se reciba de la escuela ni tampoco de otro
chaman. Sino de mis antepasados. Ahí están mis raíces. Soy de la séptima
generación de mis antepasados chamanes, entre los cuales hay grandes maestros
de nuestra cultura.
En
que consiste el Chamanismo? - Cosiste en el conocimiento del misterio, en
función de las energías de la naturaleza; tierra, fuego, aire, agua que son las
fuerzas del saber. El chamán es un vidente, alguien que tiene sus visiones, que
convive con los espíritus de la naturaleza, aunque yo no entiendo mucho de esa
denominación de chaman porque no es la que usamos en nuestra lengua.
¿Cómo
se llaman entonces a los chamanes en su lengua? - en mi lengua somos
watopakeri, que significa pronosticador del tiempo o profeta. Cada cultura
tiene sus propios curanderos o sanadores. En el Perú dividimos a los curanderos
en tres grandes: el paco, que vive en las montañas y tiene conexión con los
espíritus andinos; los chamanes que son de la costa y los kuracas que están en
la selva y también son curanderos. Pero el nombre de chaman los engloba a todos
porque el termino se hizo universal.
PALABRAS
CLAVES Usted en la práctica, ¿cómo aplica su sabiduría en chamanismo? -
Primeramente tenemos que preocuparnos de nuestra formación personal como
chamanes, lo que implica seguir una disciplina y llevar una dieta especial.
Quiero decir que tenemos que vivir como chaman de una manera mejor que las
demás gentes comunes. Nosotros tenemos que tener suficiente salud, libertad y
serenidad, porque si no soy sereno, si no soy libre, si no soy sano, el saber
no me hace chaman sino el ser. El ser esta en la salud en la libertad, en estar
sereno. Esos tres poderes permiten que el chamán tenga fuerza para poder entrar
al cuerpo del enfermo y expulsar lo que tenga como enfermedad. Se requiere un
nivel de pureza espiritual para poder expulsar ese espíritu negativo que es la
enfermedad.
En el
chamanismo (hay elementos mágicos o de brujería en su actividad? - El chamán o
curandero es un brujo pero no para hacer daño sino para salvar la vida. Hay, por
supuesto, gente que práctica la magia negra, pero nosotros sabemos discriminar
el mal y el bien. Yo, especialmente no me mezclo con el mal, hago el bien, el
mal no lo fabrico yo, sino esta en los elementos y el curandero malo usa estos
elementos de acuerdo a su pensamiento negativo.
O sea
¿mezclan elementos de hechicería con elementos médicos? - Si, para las
curaciones empleamos los cuatro elementos, tierra, agua, fuego y aire y dentro
de eso están las plantas, los animales, que de alguna manera hay que meterlos
al cuerpo humano bajo la forma de una medicina, ya sea directamente o
indirectamente de las plantas. Estas se recogen en su estado natural, y ya sea
por la vía del zumo o del mate o resina se la da a la persona para que se cure.
El otro método es el tracen o método psicomágico del chamanismo a través de las
Plantas Maestras;
como la Ayahuasca, Floripondio o Datura, La Coca y el Tabaco, consiste en tomar la
energía de las plantas y tener aquí, en el centro, algo como farmacia psíquica,
mágica y espiritual. El soplo o la saliva interior hacen que esa persona se
cure. Yo también trabajo en ese nivel. A estas alturas de la conversación se
hace necesaria la intervención de su amigo Eduardo Labra, quien ha visto a
Alejandro haciendo curaciones. “Cuando él dice que la selva es mi farmacia no
deja de tener razón porque a través de esta sabiduría milenaria y de los
estados de meditación muy profunda que consigue, puede identificar el tipo de planta y la dosis justa para
darle a la persona enferma. Paralelo a eso hay todo un trabajo
físico, que tiene que ver con los masajes y trabajo corporal muy parecido a lo
que hacen los terapeutas actuales. Alejandro Jahuanchi no aplica un patrón,
sino que trata a cada persona de manera diferente de acuerdo a lo que
experimenta frente a ella. A través de oraciones y meditación provoca en la
persona una limpieza psíquica que lo ayuda notablemente en su tratamiento medicinal”.
Chamanismo Perú Cuzco
A qué
apela usted en las oraciones? - Primero tengo que profundizar en el amor y en
la verdad que son las dos fuerzas que permiten crear el poder del misterio del
gran espíritu. Nosotros creemos que existe un poder, no dominador, sino
relajador, compasivo y bondadoso. Nunca hemos creído en el poder grande que nos
va a castigar, sino que yo mismo me juzgo y me castigo de acuerdo a mi
comportamiento. Entonces trabajamos con la fuerza del misterio, que no se ve, y
con la fuerza de la naturaleza que si se ve.
Requiere
de varias sesiones para tratar a una persona? - No, no necesito más de una, la
visión que tengo de esa persona a través de la concentración me permite saber
cómo está funcionando su parte espiritual y como debo trabajar para que
funcione armónicamente con su propio cuerpo físico. Parece un poco difícil de
comprender, pero a través de este estado de relajación profunda que provoco en
los pacientes y logro sanarlos.
¿La
gente le consulta por dolencias psíquicas y física? - Por las dos cosas y las
dos son graves. La gente de las ciudades muy grandes está con úlcera, el cáncer
y a eso se suman las enfermedades psíquicas. Están desorientados abiertos a la
ansiedad, al stress, sienten que alguien los persigue por delante y por detrás
y surgen los fantasmas. La ansiedad por no alcanzar su meta los daña
psíquicamente y yo les hago ese balance y les digo que todavía no es su tiempo
de llegada, están abriendo la puerta antes de que haya alguien o algo para
entrar.
Usted
le habla a la gente o actúa solo a través de la concentración? - Yo les hablo y
enseguida les hago un examen de conciencia, les pregunto si han hecho más mal
que bien, les hago separar las dos cosas y esa es la preocupación psíquica.
Después hago mi concentración para que esa persona pueda recibir la energía de
los cuatro elementos y, finalmente, apelo a los niveles de fuerza o espaciales,
en los que intervienen los espíritus de los que están arriba sin tiempo y sin
espacio; luego le hago visualizar a la gente imágenes que a veces corresponde a
las de un animal o a ríos, rocas, árboles, ahí está la conexión con las dos
fuerzas de conexión de poder una femenina y otra masculina. La femenina
equivale a la tierra, la masculina es una fuerza de expansión y corresponde a
los astros, las estrellas.
¿Qué
es lo que más agobia al hombre en este minuto? - La parte material es los que
agobia al hombre de un país civilizado, vivir bien es su preocupación
fundamental, hay competencia por tenerlo todo, la gente está abocada al lujo
material y no al lujo espiritual.
Qué
le diría usted al hombre? Que se conformara con lo que tiene, claro que hay que
trabajar pero no más allá de sus capacidades. El hombre tiene que frenarse un
poco porque está corriendo mucho con su mente; la mente corre demasiado, el
cuerpo psicomotor corre demasiado, el cuerpo emocional corre demasiado y el
cuerpo instintivo corre demasiado. Cualquiera de los cuerpos usados fuera de su
capacidad hace que el hombre se termine antes de tiempo, antes de vivir sus
tres fases de la vida. Técnicas del
chamanismo para curar.
El Chaman Alejandro Jahuanchi, Falleció en el año 1998.
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