CÓMO
ABRIR EL ESPACIO SAGRADO.
Utilice la
invocación EL ESPACIO SAGRADO. Puede hacer una purificación inicial sahumando
el espacio con una varita de salvia o asperjando un poco de agua perfumada si
lo desea.
Los Chamanes de todas las Américas acompañan oraciones sus sahumando salvia o
incienso con una pluma en
la dirección apropiada, esparciendo unas cuantas gotas de agua perfumada
en la dirección en la que se dirigen, o elevando la mano hacia el cielo y
rindiendo homenaje a cada uno de los puntos cardinales. Usted tendrá que
determinar los puntos; lo ideal es que lo haga con una brújula, pero una buena
aproximación, basada en su conocimiento del paisaje, puede estar bien.
Comience
orientándose hacía el sur. Sahúme o asperje el agua perfumada hacía el sur y,
luego, levante la mano, con la palma hacía arriba. Recite el primer
verso, invocando a la serpiente. Recorra cada una de las direcciones, por turnos,
mientras repite el proceso. Toque la tierra y mire hacía los cielos cuando
dirija sus plegarías hacía allí. El espacio sagrado se cierra dándole las gracias a la serpiente, al
jaguar, al colibrí, y al águila. Para conectar con la energía de una de
las direcciones, no cierre esa dirección. En vez de eso, invoque a ese
arquetipo para que entre en usted y lo acompañe en su sendero.( Yo hago esto
volviéndome al este, por ejemplo, y, en lugar de cerrar esa dirección, soplo el
espíritu de ese arquetipo en el chakra corona de mi cliente. Imagino que el
espíritu del águila entra en él y da forma a su vida.) Luego, dé las gracias a
la Madre Tierra y al Padre Cielo.
ORACIÓN PARA
CREAR EL ESPACIO SAGRADO
INVOCACIÓN
A los
vientos del Sur,
Gran serpiente, envuélvenos con
tus espirales de luz, enséñanos a despojarnos del pasado, del mismo modo que te
despojas de tu piel, para caminar suavemente sobre la Tierra. Enséñanos el
camino de la Belleza.
A los
vientos del Oeste,
Madre jaguar, protege nuestro
espacio medicinal. Enséñanos el camino de la paz, para vivir impecablemente. Muéstranos
el camino más allá de la muerte.
A los
vientos del Norte.
Colibrí, abuelas y abuelos,
antepasados, Venid a calentaros las manos en nuestro fuego. Habladnos en
susurros con el viento.
Os honramos a vosotros, que
habéis venido antes que nosotros, y a vosotros, que vendréis después que
nosotros, hijos de nuestros hijos.
A los
vientos del Este.
Gran águila, cóndor, Venid a
nosotros desde el lugar del Sol naciente.
Guardadnos bajo vuestra ala.
Mostradnos las montañas con las que sólo osamos soñar.
Enseñadnos a volar, ala con
ala, con el Gran Espíritu.
Madre
Tierra.
Nos hemos reunido para la
sanación de todos tus hijos. El pueblo de las Piedras, el pueblo de las Plantas.
Los de cuatro patas, los de dos patas, los que se arrastran por el suelo. Los
que tienen aletas, los que tienen pelaje y los que tienen alas.
Todos nuestros parientes.
PADRE
SOL…
Padre Sol, Abuela Luna, a las
Naciones de Estrellas.
Gran Espíritu, tú que eres
conocido por mil nombres, y tú que eres el Innombrable.
Gracias por habernos reunido y
por permitirnos entonar el Canto de la Vida.
ORACIÓN PARA CREAR EL ESPACIO SAGRADO
Alberto Villoldo, Ph.
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