AMA TU CAMINO - Paulo Coelho
1.-Al principio del camino hay una encrucijada. Allí puedes pararte a
pensar en la dirección que vas a tomar. Pero no te quedes demasiado
tiempo, o nunca saldrás de ese lugar. Hazte la clásica pregunta de
Castaneda: ¿cuál de estos caminos tiene un corazón? Reflexiona lo
necesario sobre las opciones que tienes delante, pero una vez que des el
primer paso, olvídate definitivamente
de la encrucijada, pues en caso contrario nunca dejarás de torturarte
con la inútil pregunta: “¿El camino que elegí era el correcto?” Si
prestaste oídos a tu corazón antes de ponerte en movimiento, escogiste
sin duda el buen camino.
2.- El camino no dura para siempre. Es
una bendición recorrerlo durante algún tiempo, pero un día terminará, y
por eso debes estar siempre listo para despedirte en cualquier punto.
Por mucho que te deslumbren determinados paisajes, o te asusten ciertos
trechos donde hay que esforzarse especialmente para seguir en pie, no te
aferres a nada. Ni a los momentos de euforia, ni a los interminables
días en los que todo parece difícil, y el progreso es lento. Más tarde o
más temprano llegará un ángel, y tu jornada habrá llegado a su término.
No lo olvides.
3.- Honra tu camino. Fue tu elección, fue
decisión tuya, y en la misma medida en que tú respetas el suelo que
pisas, este mismo suelo respetará tus pies. Haz siempre lo más adecuado
para conservar y mantener tu camino, y él hará lo mismo por ti.
4.- Equípate bien. Lleva un rastrillo, una pala, una navaja. Entiende
que para las hojas secas las navajas son inútiles, y que para la hierbas
muy enraizadas los rastrillos son inútiles. Conoce siempre qué
herramienta hay que emplear en cada momento. Y cuida de ellas, porque
son tus mayores aliadas.
5.-El camino va hacia delante y hacia
atrás. A veces es necesario volver porque se perdió algo, o porque un
mensaje que debía haber sido entregado se quedó olvidado en un bolsillo.
Un camino bien cuidado permite que puedas volver atrás sin grandes
problemas.
6.-Cuida del camino antes de cuidar de lo que está a
su alrededor: atención y concentración son fundamentales. No dejes que
las hojas secas del borde del camino te distraigan, ni que la manera
como los otros cuidan sus propios caminos desvíe tu atención. Usa la
energía para cuidar y conservar el suelo que recibe tus pasos.
7.- Ten paciencia. A veces es necesario repetir las mismas tareas, como
arrancar las malas hierbas o cubrir los agujeros que surgieron tras una
lluvia inesperada. Que esto no te enfurezca, pues forma parte del viaje.
A pesar del cansancio, y a pesar de las tareas repetitivas, ten
paciencia.
8.- Los caminos se cruzan: las personas pueden
explicar el tiempo que hace. Escucha los consejos, pero toma después tus
propias decisiones. Tú eres el único responsable del camino que te fue
confiado.
9.- La naturaleza sigue sus propias reglas: por lo
tanto, tienes que estar preparado para los súbitos cambios del otoño,
para el hielo resbaladizo del invierno, para las tentaciones de las
flores en primavera, y para la sed y las lluvias del verano. En cada
estación, aprovecha lo mejor que te ofrezca, y no te quejes de sus
particularidades.
10.- Haz de tu camino un espejo de ti mismo:
no te dejes influir en absoluto por la manera como los demás cuidan de
sus caminos. Tú tienes un alma que escuchar, y los pájaros transmitirán
lo que tu alma quiere decir. Que tus historias sean bellas y agraden a
todo lo que tienes en torno. Sobre todo, que las historias que cuente tu
alma durante la jornada se reflejen en cada segundo del recorrido.
11.- Ama tu camino: sin este principio, nada tiene sentido.
Paulo Coelho
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