Esta es la tercera entrega de la serie Leyes Universales.
Seguimos con nuestra
serie descriptiva de las Leyes Universales, y hoy vamos a explicar la
Ley de la Abundancia. Esta ley nos dice que “El
universo es infinito. Todo aquello que deseas tiene el potencial de ser creado
desde tu propio interior”
El universo es pura energía. La Tierra es energía. Nosotros somos energía.
Nuestra vida y todo lo que contiene es energía, y esta energía es inagotable,
ilimitada y siempre disponible. Esta energía puede transformarse en
absolutamente todo lo que queramos, pues no es más que un gran montón de plastilina
de la cual podemos coger un trozo y moldearlo con la forma que queremos que
tenga, y encima, quedárnoslo para nuestro disfrute. Vivimos en un universo y un
mundo de abundancia, aunque la mayoría de nosotros hemos aprendido que vivimos
en un mundo de escasez, donde no hay bastante y donde efectivamente, se
manifiestan realidades en las cuales no hay bastante de nada, por no decir que
hay escasez de todo.La Ley de la Atracción nos dice que
aquella vibración que emitimos, es la que atrae a nosotros aquellas cosas y
situaciones que tenemos alrededor y que resuenan con nuestra frecuencia,
la Ley de la Creación Consciente nos dice que si
aprendemos a emitir cierto tipo de vibraciones, atraeremos exactamente aquello
que deseemos, y la Ley de la Abundancia nos confirma
que no existen limites para aquello que podemos manifestar.
Limitaciones auto-impuestas
Desde un punto de vista físico, energético, no existe ninguna limitación
en la fuente de energía que existe en todo y en todos y que podemos usar para
moldear nuestra vida a nuestro antojo. Que sepamos y podamos hacerlo es otro
tema, pues la sociedad nos impone unas creencias y limitaciones muy fuertes
sobre cuanto podemos tener, cuanto podemos desear, o cuanto
merecemos. Todos tenemos bloqueos, sentimientos de culpa, ideas pre-concebidas,
miedos, que nos impiden, consciente o inconscientemente, darnos cuenta del potencial
existente ahí fuera, o mejor dicho, en nuestro interior, para jugar y moldear
esa energía según nuestros sueños.
Eliminar esas creencias limitadoras no es trabajo de un día,
pues están bien puestas en nosotros, pero eso no significa que el universo no
sea un infinito recurso que nunca se acaba y que siempre está a nuestra
disposición.
Competir para tener más
Estamos tan centrados en la idea de la escasez, que siempre competimos por
todo para conseguir cosas antes de que los demás “terminen con ellas” o “nos quedemos
sin nuestra parte del pastel”. La competición entre las personas es el reflejo
de la mentalidad de que “no hay bastante” para todos. Imaginaros si todos
pudiéramos ser, hacer y tener absolutamente todo lo que quisiéramos. ¿En que
sana cabeza entraría la idea de pelearnos o discutir por algo si todo el mundo
puede tener todo lo que quiere? Sin embargo, puesto que la mentalidad humana y
la mente colectiva han creado una realidad común para todos, en la que la norma
es pensar que nunca hay bastante, estaremos siempre compitiendo, en cierta
forma, para no ser quien se quede sin su parte. Si cambiáramos la
forma de ver el mundo, siempre habría bastante. Si algo físico se
“agotara”, se crearía otro equivalente inmediatamente y el ciclo seria
infinito. Si se trata de algo no físico, ni siquiera tiene sentido plantearse
que vayamos a quedarnos fuera del reparto. Que queremos, ¿mas poder? ¿mas amor?
¿mas riqueza? ¿mas carisma? ¿mas amistad? ¿mas control? De todo eso hay en el
Universo, vibrando en la piscina de energía en estado potencial, todo lo que
queramos y mas. Solo es cuestión de saberlo materializar.
¿Cuando tenemos bastante?
Uno de los problemas de nuestro condicionamiento es que nunca tenemos
bastante, o creemos que no somos bastante “algo” (bastante buenos, bastante
valientes, bastante libres, bastante independientes, etc). La verdad es que
somos mas que bastante para todo. En este mismo momento, somos perfectos,
completos y enteros tal y como somos. La cuestión de desear más no es sino la
consecuencia de que nuestro ser esta siempre creciendo y expandiéndose, lo cual
trae la sensación de que debemos alcanzar más y tener más para estar completos.
Pero, en el momento en que llegamos a ese nuevo nivel en el cual tenemos lo que
ayer queríamos, estamos de nuevo creciendo, intentando llegar a otro nivel, y
ya deseamos más de nuevo. Porque seguimos evolucionando y seguimos buscando
nuevas experiencias, a nivel espiritual, y eso se transforma en la idea de que
hay que tener y querer mas. El problema es que si siempre estamos mentalmente
con la sensación de que “no es suficiente”, ¿cuando conseguiremos por fin
sentir que tenemos lo que queríamos? ¿en que momento será suficiente? ¿cuando
estaremos satisfechos? La respuesta es que nunca lo estaremos.
Si siempre miramos hacia el exterior, a las circunstancias y eventos,
esperando que se conviertan en algo que nos de “más”, jamás estaremos un
estado de aceptación de lo que somos ahora, en el presente, apreciando lo
que ya tenemos. Si continuamos buscando en el exterior, a la caza de cosas para
sentirnos llenos, jamás estaremos satisfechos, pues ahí fuera siempre hay más
por coger, por obtener y por acumular.
Cuando vives a partir del sentimiento que aquello que tienes ahora es
perfecto, que tienes lo que necesitas en este mismo instante, la vida se vive a
través de una gran paz. No se trata de conformarnos, sino de aceptar que ahora,
en este momento, somos seres completos y en evolución, y que a medida que
evolucionemos iremos adquieriendo aquello que nos sea necesario.
Agradecer lo que uno tiene en estos momentos proporciona la tranquilidad y
la alegría de saber que se pueden manifestar muchas más cosas; ese sentimiento
dará paso a una seguridad de que no es necesario competir para obtener lo que
uno quiere, para sentirse feliz, y esa vibración de felicidad será la que
atraiga a nuestra realidad situaciones y cosas que sigan perpetuándola.
Las manifestaciones más impresionantes ocurren cuando nuestro estado
interior es aquel que resuena con la satisfacción de saber que todo es perfecto
en estos momentos y que estamos en paz con nosotros mismos por ello. El amor
perfecto, el trabajo perfecto, el entorno social ideal o los recursos
materiales, todo puede ser manifestado a partir del sentimiento de que las
cosas están bien tal y como están, y el potencial para cambiarlas esta todo
dentro de nosotros, y nunca fuera.
Cuenta tus bendiciones, aquello que tienes, y verás que tu vida es mucho
mejor de lo que te habías planteado que era, y , por supuesto, sigue
evolucionando y creciendo, pero siempre sabiendo que el potencial para tener
todo lo que deseas está todo en tu interior, y que solo es necesario activarlo
para llegar a disfrutar de la abundancia del Universo.
La Ley de la Abundancia
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