Su nombre real es "Disparando en el
aire" y es el líder ceremonial de la danza del sol de la nación Blackfoot
(Pies Negros) de Alberta-Canadá, uno de los pocos pueblos de Norteamérica que
mantuvo esta tradición a pesar de la prohibición del hombre blanco. Ayer el
chamán se sorprendía de las casas y edificios de 200 años: "¿Cómo es
posible, si la más antigua de Alberta tiene un siglo?" y se sentía feliz
tras seis semanas viajando por Europa "en un país que tienen montañas como
nosotros, es como estar en casa". Momentos después hablaba en Pontevedra
de tradiciones nativas, pero también de miedos comunes a todos los hombres en
una lección de sabiduría.
SUSANA REGUEIRA - PONTEVEDRA Las cosas no se ven con la mente (ese
mono siempre dispuesto a ir de pensamiento en pensamiento, a juzgar, controlar
y exigir) sino con el corazón. Y cuentan varias tradiciones, también la de los
nativos americanos, que el incienso es una vía rápida para llegar al corazón de
los dioses. Así es que Pablo Russell inició su intervención quemando hierbas
que aromatizaron el Pazo da Cultura y llevaron hasta las alturas sus plegarias
por la salud de los gallegos.
¿Qué contarles? Se preguntó antes de hablar
de los bosques en los que caza su pueblo, de las praderas, los ríos y de una
tribu que cada tres días mueve sus tipis (tiendas) para evitar dañar la hierba.
También mostró extrañeza por el afán acaparador de nuestro mundo: "¿Cómo
es posible que penséis que tenéis pertenencias, si como máximo vais a vivir
cien años? ¿Si ni quiera vuestro cuerpo es vuestro sino que habrá que
devolverlo a la tierra? En realidad lo único que tenéis es el espíritu que está
dentro de vosotros".
Pero encontrar ese espíritu, ese algo que nos
de sentido, lamentó, no resulta fácil. "Cada uno de nosotros nacemos para
hacer algo, unos sí lo encontrarán y otros no, existen pero no viven".
Existir significa para Russell ir a la
escuela, tener una carrera profesional, jubilarse a los 65, copiar el estilo
que otros visten y buscar la felicidad fuera de ti. "Así nunca eres feliz
con lo que tienes, siempre quieres más y culpas a otros de tus problemas. Así
nunca comprendes lo que significa vivir el momento y vives siempre en el
mañana, nunca en el hoy". Para a cambiar, es una buena idea empezar por
dar gracias: "Al despertar hay que apreciar el día de hoy y al ir a dormir
agradecerlo: agradecer a aquel que te hizo reír, que te hizo llorar, enfadar,
que te dio un café, dar gracias por las cosas buenas y malas, o si no las malas
nos crearán miedo dentro, nos harán construir muros, no confiaremos en nosotros
mismos".
Recordó que tuvo una visión: una mujer mayor
le contó que escoges el cuerpo y la familia en la que naces, aunque después lo
olvides. Los espíritus vagos eligen una cara hermosa y una familia rica; los
espíritus fuertes se quedan con un cuerpo no tan atractivo y una familia
desestructurada, sienten pena por ella y así pueden ayudarla. "Y los más
fuertes nacen en un cuerpo que no se puede mover para dar ejemplo y que otras
personas aprecien lo mucho que tienen", señaló.
Otra clave es aprender a quererse:
"Amarte significa crecer con tu cultura, encontrar el propósito de tu
vida, tus raíces, visitar a tus parientes... Y al despertar apreciar el día de
hoy".
"No vengo a hacer que se conviertan en
indios sino a decirles cómo encontrar sus raíces: me interesa saber qué eran
ustedes antes de los cristianos, cómo llegaron a ser el pueblo que son, cómo
hablan a los animales, les pido que me hablen de sus bosques, de sus raíces,
esas son las cosas que me interesan. Y si saben todo eso serán muy fuertes, no
lo hagan por ustedes sino por sus hijos y sus nietos, para que puedan seguir
viendo animales en las montañas".
También es necesario aquietar la mente y
encontrar un modo de vivir el momento: ya sea yoga, tai chi, artes marciales,
calceta, golf, senderismo... "Sea lo que sea que te guste hacer al menos
20 minutos cada día, un espacio corto de tiempo, no vivas en el futuro ni el
pasado, silénciate, sólo esté ahí y ayuda a la mente y al corazón a que sean
parejos". Hay que aprender también que la energía es circular:
"Cualquier cosa que hacemos regresa a nosotros" y de la naturaleza a
ser siempre libre y amar sin condiciones. Y si uno se encuentra a si mismo, su
propósito en la vida, ama incondicionalmente y vive el presente "contribuye
ala belleza del mundo", recordó el hombre medicina de los Blackfoot,
"nunca asustados, ni confusos, ni juzgando, ni sintiendo pena de uno mismo
o sin querer cambiar, porque así se contribuye a lo negativo del mundo. Ser
biológico, comer sano, es importante, pero lo imprescindible es tener un
corazón y una mente sanos".
Fuente: farodevigo.es
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