Lo que molesta a las personas acerca de perder el cuerpo es que parece ser una terrible ruptura o interrupción. Esta interrupción es imaginada como entrar en el vacío; como una total extinción personal.
Sin embargo, este punto de vista, que suscita grandes temores, se limita al ego. El ego anhela continuidad; quiere sentir el hoy como una extensión de ayer. Sin ese hilo al que aferrarse, la jornada del día a día podría sentirse desconectada, según los temores del ego.
Pero, ¿cuán traumatizado te sientes teniendo una nueva imagen llegando a la mente, o un nuevo deseo? Te sumerges en el campo de las posibilidades infinitas ante cualquier nuevo pensamiento, y vuelves con una imagen específica entre billones que podrían existir. En este momento, no eres la persona que eras hace un segundo. Por lo tanto, te aferras a una ilusión de continuidad. Ríndete a este momento y cumple así la máxima de San Pablo de a morir cada día, hasta la muerte. Te darás cuenta de que has sido discontinuo todo el tiempo, en constante cambio, en constante inmersión en el océano de posibilidades para hacer surgir algo nuevo.
La muerte puede ser vista como una total ilusión porque ya estás muerto. Cuando piensas en términos de “yo” y “lo mío”, te estás refiriendo a tu pasado, un tiempo que está muerto y enterrado. Tus recuerdos son reliquias de tiempos pasados . El ego las mantiene intactas mediante la repetición de lo que ya sabe. Sin embargo, la vida nos es en realidad desconocida, y tiene que serlo, si deseas concebir nuevos pensamientos, deseos y experiencias. Optando repetir el pasado, estás impidiendo a la vida renovarse.
¿Por qué esperar? Puedes estar tan vivo como deseas a través de un proceso conocido como rendición. Este es el siguiente paso en la conquista de la muerte. Hasta ahora, la línea entre la vida y la muerte casi ha desaparecido. La entrega es el acto de borrar la línea por completo. Cuando puedes verte a ti mismo tanto muriendo en la vida como viviendo en la muerte, te has rendido - la herramienta más poderosa del místico contra el materialismo. En el umbral de la realidad, el místico renuncia a toda necesidad de límites y se sumerge directamente en la existencia. El círculo se cierra, y el místico se experimenta a sí mismo como la única realidad.
ENTREGA ES ...
Atención completa
Apreciación de la riqueza de la vida
Abrirte a lo que tienes enfrente
No juzgar
Ausencia de ego
Humildad
Ser receptivo a todas las posibilidades
Permitirte el amor
Deepak Chopra
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