El científico norteamericano, que pisa por primera vez suelo español,
asegura que el cambio climático no depende de los gases de efecto
invernadero y que está llegando una nueva ciencia más honesta
El científico estadounidense Gregg Braden lleva tres décadas estudiando
e investigando cómo unir los conocimientos espirituales de las culturas
milenarias al rigor científico Gregg Braden Institute
Hay
preguntas que perduran a lo largo de los siglos: de dónde venimos o
quiénes somos. Ciencia y espiritualidad han intentado dar respuestas por
separado porque combinar ambas puede resultar un cóctel muy explosivo
que hay que manejar con gran destreza. Gregg Braden
(Missouri, Estados Unidos, 1958) es un científico estadounidense que se
ha atrevido con ello. Lleva tres décadas estudiando e investigando cómo
unir los conocimientos espirituales de las culturas milenarias al rigor
científico de nuestros días. Con ese objetivo dejó de trabajar como
ingeniero aeroespacial en Denver y como experto en geología
computacional e informática para empresas como Phillips Petroleum o Cisco Systems. Ha publicado una decena de libros que han sido traducidos a 34 idiomas. Uno de ellos Fractal Time se coló en la lista de bestsellers de The New York Times
en el 2009. Su prestigio le ha llevado a dar más de 100 conferencias al
año y no sólo al gran público, sino también charlas o presentaciones
privadas para Naciones Unidas, grandes corporaciones o el Ejército de
los Estados Unidos. Esta es la primera vez que pisa suelo español y ha
atendido a La Vanguardia justo antes de acabar de preparar las clases
maestras que imparte este viernes y sábado en el Hotel Barceló Sants.
Trae también bajo el brazo, con orgullo y emoción, su nominación para el
prestigioso premio Templeton Award 2015.
-Usted nació en una comunidad conservadora.
-Sí,
en el norte de Missouri. Era un lugar donde la gente no hablaba de
espiritualidad, hablaba de ciencia. Creía que todo el mundo pensaba como
yo y que no separaba la ciencia de la espiritualidad. Cuando estudiaba
ciencia creía que estudiaba un poder mayor, así que cuando estudiaba
biología, física, química, geología… esos eran los pequeños
compartimentos de un poder mayor.
-Pero trabajó para
grandes corporaciones. Como geólogo informático para Phillips Petroleum o
como director de operaciones para Cisco Systems. Allí nada de
espiritualidad. Y usted los dejó plantados.
-Descubrí
que mis pensamientos eran muy diferentes de los de ellos. Me dijeron que
tenía que escoger: o ciencia o espiritualidad. Mi respuesta fue: ¿y qué
pasa si no elegimos una u otra? ¿Qué pasa si unimos ambas? ¿Dónde nos
va a llevar? ¿Cómo nos va ayudar a ver el mundo de una manera diferente y
solucionar problemas? Me marché. Luego ese pensamiento se ha reflejado
en todo mi trabajo.
-La conferencia de este fin de semana, ¿en qué se va a centrar?
-Vamos
a hacer una gran fotografía del mundo para ver cómo está cambiando y
cómo nosotros podemos abrazar a ese cambio de una forma sana y
saludable. Las mejores mentes de nuestro tiempo dicen que estamos en un
tiempo de extremos. No son cosas malas o buenas, sino grandes cambios
que están ocurriendo. Y eso significa grandes cambios en nuestras vidas.
-¿A qué tipo de cambios extremos se refiere?
-Hablaremos
del cambio climático, los cambios sociales, los económicos, en el
cuidado de la salud, etc. Tenemos que encontrar una forma de encajar con
esos cambios. Son cambios que nunca hemos visto antes.
-Pero
esto no es nuevo, hace mucho que escuchamos hablar del cambio climático
o de los cambios sociales o de la crisis económica. ¿Cómo lo
asimilamos?
-Para adaptarnos, primero tenemos que
comprender. Los cambios están disparados por ciclos, así que vamos a
hablar de ciclos de cambios. Cuando los entendamos, el cambio empezará a
tener sentido.
-Por ejemplo, sobre el cambio climático,
¿qué discurso debemos asimilar el del aquellos que lo niegan o el de
quienes lo pregonan y ambos bajo premisas científicas?
-Gran
pregunta. En ambos extremos hay diferentes razones para compartir lo
que dicen. He estudiado geología y prefiero permitir a la Tierra que
cuente su propia historia. Y no que sea un político, o alguien de una
empresa o cualquiera que tenga otros intereses o planes. La historia de
la Tierra nos dice que el cambio que estamos viendo es parte de un ciclo
mucho más largo.
…
-Se nos ha dicho que
el dióxido de carbono se ha incrementado en la atmósfera. Pero la
historia de la Tierra está, por ejemplo, en el corazón del hielo de la
Antártida, en sus registros de millones de años. Lo que esos ciclos nos
dicen es que la temperatura de la Tierra se incrementa primero y después
todo lo verde crece. Eso significa que el gas no puede causar el
calentamiento global.
-¿Entonces?
-Lo que
está cambiando es la relación de la Tierra con el Sol. Lo vemos a
través de tres parámetros, como el ángulo en el que están. Eso es lo que
cambia. Ahora está sucediendo como ocurrió en el pasado. El cambio es
intenso y breve y los datos dicen que el cambio es completo. Después del
calentamiento entraremos en un ciclo de enfriamiento.
-Así que no nos debemos creer aquellos que nos dicen que no consumamos tanto porque contaminamos demasiado.
-Esa
pregunta tiene truco (ríe). Es bueno consumir menos para deducir el
consumo de combustibles fósiles y tener energía solar, eólica… Es bueno
tener energías alternativas, pero no van a cambiar el ciclo. Sólo
podemos estar preparados con aquello que proceda de nuestra honestidad.
Si no somos honestos con el cambio climático, ¿cómo podemos estar
preparados para ello? Los cambios afectan más al norte que al sur, a sus
tierras, sus gentes, a los alimentos que crecen ahí. Si no lo
entendemos, el cambio es un problema.
-Muy bien, somos honestos. ¿Cómo nos adaptamos?
-El
cambio es individual, en la familia, en la comunidad. Una de las cosas
que nos ayuda es vivir más localmente, depender más de la comida local,
de las energías locales. Cuando el clima cambia, cambia el tiempo y esto
cambia las estaciones y cuando llueve o cuando nieva. Esto afecta a
nuestra manera de vivir.
-Usted fue uno de los
abanderados de lo que suponía la fecha del 2012, sobre los presagios y
el fin del mundo. ¿Qué se suponía que tenía que pasar?
-Este
es un ejemplo de los ciclos que la gente no entiende. Esa fecha fue el
final de un ciclo de cinco mil años identificado en las tradiciones de
civilizaciones antiguas. Muchas personas creían que era un ciclo de algo
malo, pero lo que decían los ancestros era que el final de un ciclo es
el inicio de uno nuevo. ¡Y ellos ya dijeron que el clima iba a cambiar
nuestras vidas!
-Tiene profundos conocimientos de otras culturas como la egipcia o la tibetana, ¿son culturas científicas o espirituales?
-Ambas, porque es lo mismo. La ciencia describe de una manera, y la espiritualidad de otra.
-¿Cuáles son los falsos supuestos, según usted, de la ciencia en los que nuestra sociedad se basa?
-Vivimos
nuestras vidas y resolvemos nuestros problemas basados en la forma en
que nos han educado. Durante trescientos años la ciencia nos ha contado
una historia de separación: de nosotros mismos, de los demás, del mundo,
de un poder mayor y que la naturaleza está basada en un mundo de
competición, de conflicto. Es la evolución de Darwin. Pero la nueva
ciencia, la mejor ciencia del siglo ha dado un giro a todo esto. Los
nuevos descubrimientos nos dicen que estamos conectados profundamente
con nosotros mismos, unos con otros, con la Tierra y que la Naturaleza
está basada en un modelo de cooperación. Ahora estamos en un tiempo de
grandes cambios para el que las antiguas soluciones no sirven. Tenemos
un nuevo camino para pensar.
-¿Pero cuáles son estos falsos supuestos?
-Son
seis. Primero: el origen de la vida, de dónde viene. La segunda: de
dónde viene la vida humana, porque quizás procede de un lugar diferente
al de la vida dela Tierra. Después, cuál es nuestra relación con nuestro
cuerpo, con lo externo, con nuestro pasado y cuáles son las bases de
nuestra naturaleza. En la conferencia responderemos a todo esto. Vivimos
en un mundo conectado, y no estamos separados.
-Según sus teorías, pensamientos, sentimientos y emociones crean la realidad. ¿La ciencia lo niega?
-La ciencia honesta no lo niega.
-¿Dónde está ese tipo de ciencia?
-Bien.
La ciencia está diseñada para estar al día constantemente en la
información que proporciona. Para mantener la honestidad en la ciencia
tenemos que abrazar los nuevos descubrimientos. Y lo que está pasando es
que ya la ciencia está secuestrada por las corporaciones, las empresas,
los políticos y las religiones. Todos ellos hacen que la ciencia encaje
en su historia. La mejor ciencia nos dice que estamos conectados por un
campo energético. Yo lo llamo la matriz divina. Ellos lo llaman "el
campo". La ciencia lo sabe, es consciente de ello y reconoce que tenemos
la habilidad de influenciar ese campo. La pregunta en la ciencia ahora
es: ¿cuánto podemos influenciar ese campo? ¿Cómo estamos de conectados?
En ese punto estamos.
Fuente: www.lavanguardia.com
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