lunes, 12 de octubre de 2015

VESTIMENTA, TOILS, AMAGAYATS, PROTECCIONES PARA LA CABEZA Y LOS PIES DEL CHAMÁN



La descripción siguiente de un chamán buryat forma parte de un relato escrito en el siglo XVIII por un explorador alemán, Peter Pallas.

  "Una mujer chamán, acompañada por su marido y otros dos buryat, cada uno de ellos sosteniendo un tambor mágico. Ella sostenía en su mano dos palillos, ornamentados en el extremo superior con una cabeza de caballo rodeada de pequeñas campanas. Por detrás de sus hombros, hasta el suelo, colgaban unas treinta serpientes hechas de piel blanca y negra, de tal modo que las serpientes parecían estar hechas de anillos blancos y negros. Una de las serpientes estaba dividida en tres en el extremo... su gorro estaba cubierto por un casco de hierro con tres ramas de cornamentas que se proyectaban hacia ambos lados como las de los ciervos".

 
Shamanism in Siberia,
M.A. CZAPLICKA, 1914
 
Buena parte del arte del chamán guarda relación con la actuación sagrada, con la imitación de los movimientos de los pájaros 0 animales, la representación de sus luchas con poderosos seres internos, 0 la descripción, mediante la danza, de sus complejos viajes por los numerosos mundos. Por tanto, no puede sorprendernos que, especialmente en las partes del mundo donde se sigue practicando el chamanismo, como Siberia y Corea, los trajes muy elaborados sean parte importante de la ropa de gala del chamán.
 
El traje chamánico tiene profundas raíces tradicionales y a menudo incorpora rasgos, objetos y decoraciones que reflejan la cosmología del otro mundo o los viajes y experiencias personales de los practicantes.
 
Algunos de estos trajes son muy antiguos y pueden heredarse durante varias generaciones. Tienen como objetivo ayudar al chamán a asumir el poder que necesita cuando emprende el viaje interno. Llevar puesto uno de estos trajes mágicos puede producir un estado de consciencia alterada, y también sugerir visualmente el trabajo interno que está realizando. A menudo el cosmos interno del chamán se inscribe pictóricamente sobre el traje, mostrando (por ejemplo) los espíritus con los que se ha encontrado, los árboles gigantes que unen los mundos y una variedad de ayudantes con formas animales, como en el traje del chamán siberiano de la tribu goldi, que tiene su origen en la región tungusca de la antigua república soviética.
 
Prácticamente todos los chamanes, incluyendo los que ya han abandonado buena parte de sus trajes ceremoniales, llevan un cinturón de cuero del que cuelgan espejos.
 
En la región Altai de Siberia, los chamanes llevan nueve espejos, llamados toil. El delantal tiene nombres curiosos, como «la nube azul de abejas» o «el monte del chamán».
 
Muchos chamanes cosen discos de metal o espejos a la parte externa de sus túnicas de manera que, cuando danzan, producen una a sinfonía de sonidos destinados a alejar los espíritus negativos y a atraer los positivos. Los espejos son para desviar la magia oscura y permitir que el chamán atraviese los reinos internos sin sufrir daño. Los chamanes kitan de Mongolia cosen flechas a sus trajes y tratan de atemorizar y alejar a los demonios con chillidos agudos y el sonido de campanas. Se dice que el sonido que hacen las flechas al golpear entre ellas es particularmente eficaz.

Los espejos son importantes por una serie de razones. En China, muchos murales hallados en tumbas del primer periodo muestran a hombres sosteniendo espejos para atemorizar a los malos espíritus. El espejo del chamán o melanglo refleja todo, dentro y fuera, incluyendo los pensamientos más secretos. Un chamán dijo que dentro de su
espejo vivía el espíritu de un caballo, y que se manifestaba cuando él le llamaba. Pero, tradicionalmente, la función más importante del espejo era alejar los poderes malignos.
 
Los modernos espejos chamánicos de China son copias de los espejos de bronce de la Dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.), y antiguamente se comerciaba con ellos en toda Asia Central. Por un lado son lisos y están pulidos para dar mucho brillo, y en el reverso están ornamentados con zarcillos de flores, pájaros y figuras mitológicas.
 
Las piezas para cubrirse la cabeza también son importantes, pues durante mucho tiempo esta parte del cuerpo se ha considerado como el punto de entrada y de salida del alma.

Los chamanes buryat llevan gorros rojos en la cabeza y los chamanes mongoles a veces llevan cascos con cuernos. Los chamanes del Mongolia Oriental llevan piezas de seda en la cabeza, generalmente rojas, el color de la sangre y de la tierra.

En el sur de Siberia, los chamanes tofalar y soyot decoraban sus trajes con cientos de serpientes de tela y lazos, de nuevo diseñados para atraer a los espíritus amables y desviar a los peor dispuestos. Los chamanes de Evenki, Dolgan y Altai añadían cuentas, chapas de hierro y fragmentos de hueso. Al final, el traje del chamán podía pesar hasta 10 kilos, y el más pesado que se conoce pesaba 40 kilos.
 
Entre los chamanes yakut de Siberia, un objeto central que debía incluirse en todos los trajes chamánicos era una chapa de metal (generalmente de cobre) del tamaño aproximado del dedo índice y que tenía de anchura la mitad de una palma. En ella se inscribe la imagen de un hombre con pies, manos, cabeza y cara, en la que se puede ver claramente su nariz, boca, ojos y orejas; en otras palabras, todos los órganos de los sentidos.
 
A esta pieza se le llama amagayat, aunque la palabra se refiere más al espíritu que la habita. El amagayat habita en el disco de metal y, por tanto, siempre está presente cuando el
chamán desea llamarlo.
 
El amagayat representa tanto al espíritu protector del chamán como a su ancestro más poderoso, ambos habitan en el metal. Al incluir esta imagen en sus vestiduras externas, el chamán no solo se acuerda de ellos, sino que es capaz de invocar directamente su poder. Cuando el chamán muere, el amagayat puede ayudarle a transformarse en un ser superior, aunque, si es enterrado con él, después de algún tiempo el amagayat puede abrirse camino hasta la superficie e intentar transferir su poder a otro miembro de la tribu. Esto se considera un indicador de capacidad chamánica latente, y puede desempeñar una parte importante en la elección del sustituto del chamán fallecido.

No obstante, un amagayat solo puede ser hecho por un herrero que tenga nueve generaciones detrás. Con el declinar gradual de este oficio, cada vez se hacen menos adornos.
 
Por tanto, un amagayat puede transmitirse durante varias generaciones, ganando más fuerza como talismán con cada una de ellas.
 
En Mongolia los chamanes visten otro objeto similar al que llaman amagaldzi. Se diferencia de los que usan los buryat y los yakut porque invoca específicamente al poder de un espíritu del hogar. Su nombre se deriva de la palabra abuela, y se le considera un vínculo con los antepasados.
 
Los adornos místicos no acaban con el abrigo. Los chamanes siberianos también llevan gorros y botas decorados como representación simbólica de espíritus y ayudantes. Los gorros pueden estar hechos de una variedad de materiales como cuero de reno o de cabra, o piel de lince. En la tribu teluet, algunos se fabrican con piel de búho, y a veces conservan las plumas, y en algunos casos también la cabeza del pájaro. Antiguamente los chamanes altai cosían placas de metal a sus botas para que les ayudaran a transitar de una dimensión a otra.
 
En Corea, los trajes chamánicos pueden ser al mismo tiempo extraños y elaborados. Es probable que los practicantes se presenten a la sesión chamánica con una maleta de ropas cubiertas con lentejuelas y oropeles. Estas ropas se compran en un emporio chamánico que se mantiene a la espera mientras el chamán trabaja para permitirle comprar artículos alternativos, que se piden por teléfono y se sirven en cuestión de minutos cuando los requiere uno de los espíritus.
 
Todos estos adornos tienen la intención de potenciar la capacidad del chamán de interactuar con los espíritus. En muchos casos, los propios espíritus entran y se quedan dentro del objeto cosido a las vestiduras externas del chamán. Parecen hacer esto voluntariamente, y no porque el portador del vestido los obligue.

"Cuando no se usan, las vestimentas se almacenan cuidadosamente para protegerlas del daño y del robo, aunque pocos se atreverían siquiera a tocar la indumentaria ritual del chamán. Los chamanes olkhon buryat poseen una caja conocida como shire, en la que guardan sus tambores, fustas y otros objetos rituales. La caja misma se considera un objeto sagrado, posiblemente el hogar de los espíritus. Una descripción dice que el shire tiene tres pies y medio de largo por uno de profundidad, y se alza sobre cuatro patas, cada una de dos pies de altura. En la caja hay lazos, campanas, tiras de piel, y en uno de los lados largos se ven distintas figuras talladas o pintadas de rojo. Generalmente, en el lado derecho se representa al Sol y a la izquierda la Luna. El Sol se representa como una rueda, y en medio de la Luna se encuentra una figura humana sosteniendo un árbol en una mano. En medio del lado largo hay tres imágenes de dioses secundarios, una mujer y dos hombres, en cuyo honor se rocía vino varias veces al año.

También hay imágenes de instrumentos de guerra: arco, aljaba y espada, y debajo de cada figura humana hay un caballo."
 
Materialsfor the Study  oh Shamanism in Siberia-
N. N. AGAPITOFF y N. M. KHANGALOPF, 1853

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