Los
reptiles son una de las más antiguas formas de vida, pero son también
los más adaptables, lo cual les ha permitido sobrevivir a través de
millones de años de evolución.
Existen
más de 6.000 especies de reptiles en todo el mundo, presentes en todo
tipo de hábitats, salvo en los entornos extremadamente fríos; y son
cuatro los principales grupos de reptiles que han sobrevivido desde la
época de los dinosaurios:
- Serpientes y lagartos.
- Cocodrilos y caimanes.
- Tortugas.
- Los tuátaras, presentes exclusivamente en Nueva Zelanda.
De
estos cuatro grupos, las tortugas y los cocodrilos sobrevivieron a la
gran extinción que acabó con los dinosaurios, y no han cambiado mucho
desde entonces, motivo por el cual son protagonistas de mitos y cuentos
en todas las partes del mundo.
Los
reptiles tienen unas características básicas que los diferencian de
todas las demás formas de vida animal. En primer lugar y por encima de
todo, son animales de sangre fría; es decir, su temperatura corporal
cambia con la temperatura del aire y del entorno en el que viven
inmersos.
En
tanto que los mamíferos tienen un termostato interno que mantiene su
temperatura corporal constante, los reptiles tienen que buscar un
entorno con una temperatura que les permita sobrevivir. Este es el
motivo por el que se suele ver a serpientes y lagartos tomando el sol,
porque necesitan calor para sobrevivir, y tienen que recurrir a una
fuente externa para subir o bajar su temperatura corporal.
Este
hecho alberga un profundo simbolismo para las personas que tienen a un
reptil como tótem, pues indica que son personas muy sensibles al entorno
al que se ven expuestas. Por otra parte, no resulta nada extraño que
las personas que tienen un reptil como tótem exhiban cambios radicales
de humor en función del ambiente en el que se hallan, pues suelen
adoptar el tono y la temperatura del entorno. Si están en un grupo que
acostumbra a organizar fiestas desenfrenadas, no les costará nada
adaptarse a sus costumbres. Si están en un grupo estudioso, se harán
estudiosos también. Y si están en un grupo alegre y afectuoso se
comportarán de modo desenfadado y cariñoso también.
Por este motivo los padres de niños con tótems reptiles deberían asegurarse de que sus hijos frecuentan buenas compañías y
participan en actividades constructivas. Además, una parte importante
de su formación debería consistir en enseñarles a gestionar bien la
presión de sus pares, del grupo. Los reptiles nos enseñan a ser
selectivos en cuanto a los ambientes a los que nos vemos expuestos, por
lo que aprender a controlar el aura humana y su interacción con otros
campos de energía será sumamente beneficioso para las personas que
tienen estos tótems.
Y
esto se acentúa más por el hecho de que los reptiles tienen la piel
cubierta de duras escamas, que es la segunda característica que
distingue a los reptiles del resto de animales.
Las escamas no
solo cumplen un papel de protección, sino que, además, en el caso de
algunos reptiles, facilitan el movimiento; hecho que sugiere a las
personas con tótems reptiles la conveniencia de ofrecer al exterior su
parte más dura. Esta puede ser una lección difícil de aprender para
muchas personas, dado que se nos educa para que seamos abiertos y
afables con todo el mundo; pero, por desgracia, siempre hay gente que se
aprovecha de eso.
Habrá
personas reptiles que pongan objeciones a la sugerencia de que exhiban
su lado más duro; pero si estas personas observan de cerca la escamosa
piel de un reptil, verán que su aspecto es suave, incluso brillante en
algunos casos, como en las serpientes. Yo intento hacerles ver a estas
personas que pueden mostrarse fuertes y, al mismo tiempo, delicadas;
aunque admito que encontrar el equilibrio puede ser difícil, si bien
puede formar parte de las lecciones vitales que tienen que aprender las
personas reptiles. Ser duro no significa que tengas que ir por ahí
poniendo cara de chico malo, pues puedes ser tan fuerte como sea
necesario y, al mismo tiempo, seguir siendo una persona "brillante" a
los ojos de aquellos con los que te muestras duro.
Los reptiles
respiran aire, y la mayoría de ellos tiene al menos un pulmón. Además la
mayor parte de los reptiles ponen huevos, de cuyo simbolismo general
hablamos en las aves tótems. Sin embargo, los huevos de los reptiles se
diferencian de los de las aves en que los primeros tienen una cáscara
correosa. Además, muchos reptiles ponen sus huevos, los entierran y los
abandonan, lo cual explica en parte por qué tienen una corteza tan dura.
Solo unas pocas especies de reptiles cuidan de los huevos y de sus
crías, siendo el cocodrilo el ejemplo más conocido. En la mayoría de los
casos, cuando los huevos eclosionan, los reptiles recién nacidos tienen
que sobrevivir por sus propios medios.
Los niños pequeños con
tótems reptiles aprenden a cuidar de sí mismos a una edad bastante
temprana, llegando a alcanzar un alto grado de independencia y
autosuficiencia.
Hay niños con tótems reptiles que vienen al
mundo con una mentalidad decidida y una fuerte determinación, en tanto
que otros tienen que desarrollar estas cualidades por sus propios
medios; de ahí que no resulte extraño que estas personas tengan una
infancia difícil y plagada de duras lecciones.
Sin embargo, hay
otras personas que adquieren un tótem reptil cuando alcanzan la madurez,
0 bien tras pasar por determinados trances en su vida, sucesos que
pueden haber sido dramáticos, verdaderos procesos de muerte y
renacimiento o, que pueden haber supuesto la aceptación no traumática de
nuevas oportunidades. Cuando el reptil entra en tu vida, busca
oportunidades a través de las cuales te reafirmes y desarrolles la
independencia en algún aspecto.
La
dieta de los reptiles varía en gran medida pues comen casi cualquier
cosa, desde plantas hasta animales de gran tamaño, todo depende del
reptil en cuestión. Las culebras listonadas comen lombrices de tierra en
tanto que la víbora ratonera come, como su propio nombre indica, ratas y
ratones. Algunos lagartos se alimentan solo de plantas y/o insectos,
mientras que las tortugas son omnívoras, y comen tanto plantas como
animales. Todo esto indica que las personas con un tótem reptil en una
posición poderosa en su vida pueden encontrarse con que determinadas
restricciones dietéticas quizás no les funcionen.
Al
igual que con cualquier otro tótem, el estudio de la fuente de
alimentos más habitual o la presa más común de tu reptil puede
proporcionarte valiosa información. Si se trata de un animal o un
insecto, aprende lo que puedas sobre él. Si es una planta, estúdiala
también, pues hasta las plantas tienen determinadas características que
pueden ofrecerte correspondencias. No olvides que una de las formas más
antiguas de adivinación recurría a las interpretaciones simbólicas de
árboles y flores.
Aquí, vamos a incluir a los anfibios entre
los reptiles, si bien, como podrás comprobar, no pertenecen a la misma
familia de animales. Mucha gente cree que las ranas, los sapos y las
salamandras forman parte de la familia de los reptiles, pero no es así.
Quizás tengan características adaptativas similares, pero son tan
diferentes de los reptiles como las arañas lo son de los insectos. De
todos modos, la herpetología incluye tanto el estudio de los reptiles
como de los anfibios.
Los anfibios tienen una doble vida, hecho
que resulta muy significativo y sobre el que deberían meditar las
personas que tienen un tótem anfibio. La palabra anfibio proviene de dos
palabras: anfi, que significa doble, y bios, que significa «vida»; y
ello porque los anfibios dividen su existencia entre la tierra y el
agua, siendo la segunda mitad de su vida la que pasan en tierra, al
menos en parte.
Desde un punto de vista simbólico, este hecho
estaría reflejando una buena parte de lo que afirma la sabiduría popular
acerca de los anfibios, a los que se les ha representado siempre como
los guardianes de los sueños (el elemento agua). Su facultad para vivir
tanto en el agua como en la tierra podría anunciar la posibilidad de
tener sueños lúcidos. Por otra parte, muchos piensan que los anfibios
son los guardianes del conocimiento de la proyección astral, y desde una
perspectiva psicológica podrían reflejar la necesidad de aprender a
utilizar las energías emocionales (el agua) de una forma más
constructiva (la tierra).
Los
anfibios mas conocidos son, qué duda cabe, las ranas, los sapos y las
salamandras, aunque la mayoría de las personas cree que las salamandras
están más relacionadas con los lagartos y los reptiles que con los
anfibios. Pero, a pesar de su aspecto, la salamandra está más vinculada
con la rana, pues, entre otras cosas, no puede alejarse de las zonas
húmedas y tiene una piel viscosa que los lagartos no tienen. Una
salamandra jamás podría sobrevivir en los ambientes soleados y calurosos
donde viven los lagartos.
Así
pues, ¿cómo podemos diferenciar un anfibio de un reptil? Un anfibio es
un animal vertebrado, pero no tiene plumas, pelaje ni escamas;
normalmente tiene dedos, pero no garras. Los anfibios son de sangre
fría, al igual que los reptiles, por lo que necesitan de las posibles
fuentes de calor que les proporcione el entorno, dado que su temperatura
fluctúa con la temperatura ambiente. Así pues, las personas que tienen
un anfibio como tótem serán también muy sensibles a los cambios del
entorno.
Los anfibios, al igual que algunos reptiles, mudan
también de piel; si bien, en su caso, no se desprenden de ella y la
abandonan, sino que se la comen. Sin duda, la muda de la piel es símbolo
de transformación, resurrección y renacimiento, por lo que un tótem
anfibio estará anunciando que algún tipo de renacimiento está a punto de
tener lugar en tu vida.
Los anfibios no beben agua, sino que la
absorben directamente a través de la piel; de ahí que las personas con
una fuerte energía anfibia sientan la necesidad de estar permanentemente
cerca del agua y que dediquen un tiempo considerable al baño o la
ducha, dado que el agua es esencial para su salud y su bienestar
general.
Los anfibios también pasan por distintas fases de
metamorfosis, siendo su ejemplo más obvio el de la rana, que pasa de la
fase de huevo a la de renacuajo, para finalmente convertirse en una rana
adulta. De ahí que las personas con tótems de anfibios puedan
identificar con precisión los períodos concretos de su vida en los que
tuvieron lugar o se pusieron en marcha importantes transiciones, pues
conforman fases muy definidas.
Si un tótem anfibio aparece en tu
vida, convendrá que te preguntes en qué fase de desarrollo o de
metamorfosis te encuentras actualmente.
Al igual que los
reptiles, los anfibios ponen huevos; pero, mientras las ranas y los
sapos fertilizan los huevos fuera del cuerpo, las salamandras disponen
de un sistema de fertilización interno; y, como sucede con la mayoría de
los anfibios, los preparativos para la reproducción se inician en el
otoño previo a la primavera, en la que tiene lugar el verdadero proceso
de reproducción; motivo por el cual estas dos fases del año pueden ser
las más fructíferas para las personas que tienen a un anfibio por tótem,
pues en ellas pondrán en marcha nuevas ideas, proyectos, etc.
Por
último, te aconsejo que estudies los alimentos que ingiere
habitualmente tu tótem anfibio, pues te pueden proporcionar una gran
cantidad de información. Muchos anfibios se alimentan de insectos, sobre
todo en su etapa adulta; de modo que profundiza en sus características y
en sus costumbres, pues te proporcionarán señales sobre el patrón de
energía que está a punto de manifestarse o ha comenzado a manifestarse
ya en tu vida. En cualquier caso, con su doble vida, el anfibio te puede
ayudar tanto en el sueño como en la vigilia.
En sucesivas entradas, iremos viendo uno por uno los tótems de reptiles y anfibios.
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