Dos
personas que viven juntas quizás se encuentren en la cama, pero por lo
demás llevan vidas con intereses distintos. Son como dos líneas
paralelas que nunca se encuentran. Y a esto, en lo que no existe un
verdadero sentimiento de amor, llamamos relación.
¿Cómo es que los
seres humanos con sus extraordinarias capacidades y su energía, con la
inteligencia que han demostrado en el plano tecnológico, no han sabido
resolver esta cuestión, este problema tan esencial? Ya puede uno
meditar, dedicar su vida a la búsqueda de la iluminación, seguir al
último gurú o a la última manifestación de lo que quiera que uno siga;
si uno no ha resuelto este problema, ninguno de sus logros espirituales
ni hallazgos tecnológicos le servirá de nada. Porque nuestra vida es
relación, y mientras no resolvamos esta cuestión básica de la relación
que en la actualidad nos aísla a unos de otros, ese aislamiento,
inevitablemente, engendrará toda clase de desdicha, confusión, odio e
ira. Debemos preguntarnos si es posible entablar una relación en la que
no haya ni la más leve sombra de conflicto.
Seguridad significa
permanencia, pero, ¿existe algo en la vida que sea permanente? En
nuestras relaciones, buscamos permanencia. Y lo que ocurre, presten
atención a esto, es que el concepto mismo de sentir que necesitamos esa
seguridad y permanencia se traduce en apego. ¿Se dan cuenta? Y así
hacemos a la otra persona objeto de ese intenso apego, durante un mes,
una semana o ciencuenta años, del cual nacen toda clase de conflicto:
celos, sospechas, miedo, sentimiento de adquisición y pérdida. Ya saben
ustedes a lo que me refiero, ¿no es cierto? Vamos a suponer que quien
les habla, o cualquiera de ustedes, no tiene ese deseo de seguridad y
permanencia… No digo que sea así, es simplemente una suposición. ¿Qué es
la relación entonces? ¿Entienden la pregunta? El deseo de estabilidad y
el apego, con su correspondiente dolor y placer, ansiedad y miedo, no
es amor. Cuando ese deseo y ese apego estan totalmente ausentes, el otro
es como una flor que se abre.
Uno toma la mano de la otra
persona, la abraza, camina a su lado, pero interiormente está separado
de ella. Es un hecho, afrontemoslo. Por consiguiente, hay perpetuo
conflicto entre los dos, y uno pregunta, ¿es posible vivir en relación
con otro sin que haya conflicto? ¿Se basa en la memoria nuestra
relación? Porque si nuestra relación está hecha de recuerdos, de imagen
diversas, entonces todo lo que hay es producto del pensamiento. Y, ¿que
es el “pensamiento amor”? Por favor, háganse esta pregunta a ustedes
mismos, no es a mi a quien deben responder.
¿Puede haber paz entre los seres humanos, sea cual fuere su color, raza o idioma o su así llamada cultura?
Para
lograr esa paz, primero debe haber paz entre usted y el otro, entre
usted y su esposa, entre usted y sus hijos. Luego, es posible que haya
paz, es decir, que no haya ningún conflicto.
En la ausencia total de conflicto, lo que hay es infinitamente más extraordinario que la actividad del pensamiento.
— Jiddu Krishnamurti
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