El diálogo interno de
muchas personas es sumamente agresivo, lleno de ira, culpa, miedo, tristeza,
resentimiento o desprecio por sí mismo y por los demás. No es de extrañar que
la salud de estas personas sea frágil o que, incluso, puedan llegar a sufrir
ataques cardiacos a temprana edad o a desarrollar enfermedades agresivas como
el cáncer.
Con esta reflexión comenzó su charla el médico indio Deepak Chopra, que
el sábado 5 de septiembre en la tarde dictó una conferencia de dos horas en el
Centro de Eventos Valle del Pacífico, en el marco de la feria Exposer, de
Coomeva.
El autor de más de 50 best sellers de sanación y espiritualidad explicó
cómo nuestro sistema inmunológico es susceptible a esa conversación o diálogo
interior que nos acompaña en todo momento.
“Si nuestros pensamientos son caóticos, el cuerpo reaccionará de igual
manera; si los pensamientos son de alegría y armonía, el cuerpo responderá en
consecuencia y el sistema inmunológico estará mejor preparado contra la
enfermedad”, dijo.
Chopra, un médico endocrinólogo que desde hace más de 30 años está
dedicado a estrechar los lazos entre la medicina occidental y la sabiduría
oriental que entiende al ser humano como un todo: mente-alma-cuerpo, y no como una
máquina que hay qué reparar, explicó su visión del cuerpo:
“Durante siglos hemos creído que la mente está localizada en el cerebro.
Sin embargo, lo que la ciencia moderna está demostrando es que la mente está
presente en todas las células del cuerpo”, dijo.
El cuerpo físico -añadió- está atravesado por todas nuestras creencias y
realidades interiores, por todo lo que comemos, leemos, pensamos, sentimos,
imaginamos, etc.
“Esto quiere decir que los pensamientos no sólo están en el cerebro sino
que constantemente están afectando cada célula de nuestro cuerpo”, dijo.
A estrenar cuerpo
Cuando observamos un río, parece que fuera siempre el mismo, pero en
realidad es siempre distinto. Lo mismo ocurre con nuestro cuerpo según Deepak
Chopra.
“Creemos que habitamos el mismo cuerpo siempre, pero la realidad es que
nuestras células son como un río que fluye, que está en constante renovación.
El cuerpo en que vivimos hoy no es el mismo de hace una semana, de hace un mes
o hace un año, porque las células viejas mueren y son reemplazadas por nuevas”.
El 98% de los átomos de nuestro cuerpo –explica Chopra- se renuevan.
Tenemos nueva piel cada mes. Tenemos nuevos átomos en nuestra estructura ósea
cada tres meses. Y los átomos de nuestro ADN (carbono, hidrógeno...) cambian
cada seis semanas. Así pues, en sólo 1 año hemos cambiado prácticamente todo
nuestro cuerpo.
Para Chopra, incluso nuestra genética puede cambiar. No estamos
condenados a desarrollar enfermedades hereditarias, éstas son como
interruptores que podemos encender o podemos mantener apagados para que no
afecten de forma negativa nuestra vida.
Tenemos voz y voto
sobre nuestro bienestar total: “Está en nuestras manos transformar el contenido de nuestros
pensamientos, podemos alimentarnos mejor, relacionarnos mejor con los demás,
hacer felices a otras personas y tener hábitos de vida más sanos para que
nuestras nuevas células tengan nueva y mejorada información”, expresó Chopra.
Concluye que podemos vivir en un nuevo y mejorado cuerpo si así lo decidimos.
Somos energía
Cuando vamos al cine, en la pantalla vemos imágenes que parecen muy
reales porque nuestro cerebro experimenta la continuidad. Pero, en realidad,
esas imágenes son sólo fragmentos de luz en movimiento.
Lo mismo ocurre con nuestro cuerpo: lo percibimos como un hecho físico,
pero en realidad está compuesto por moléculas, las cuales están conformadas por
átomos, y éstos a su vez están hechos de partículas sub atómicas que vibran a
diferentes velocidades. Y si seguimos adentrándonos en las profundidades, lo
que encontraremos es energía.
Así pues, lo que creemos “material” no es físico, sino energía que
percibimos de determinada forma por la configuración de nuestro cerebro.
Chopra da otro ejemplo para explicar este fenómeno: “Si tomo una foto
con mi celular y la envío a una persona que está en la China, lo que estoy
enviando es energía e información, esa es la base de toda la tecnología de
nuestra época: la constatación de que la energía y la información son reales,
aunque no las veamos”.
¿Y esto cómo nos afecta? La mente consciente (a la que llegamos a través
de la meditación) tiene acceso a la infinita energía creadora del cosmos. Si
dirigimos nuestra intención hacia la paz, la salud, la abundancia, la
generosidad, la compasión y la armonía, podremos transformar nuestras
realidades físicas y espirituales, asegura el médico indio.
La fórmula de la felicidad
Creemos que cuando
tengamos salud, éxito, dinero y amor, seremos felices. “Todo lo contrario: si
somos felices, tomaremos buenas decisiones que nos conducirán al éxito;
forjaremos excelentes relaciones interpersonales y seremos más saludables...”,
dice Chopra.
Por eso repitió la fórmula de la felicidad que le oyó un día al Dalai
Lama:
H=S+C+V. Donde H representa la felicidad, y es igual a S (puntos fijos) + C (condiciones de vida) + V (buenas elecciones). Vamos por partes:
H=S+C+V. Donde H representa la felicidad, y es igual a S (puntos fijos) + C (condiciones de vida) + V (buenas elecciones). Vamos por partes:
1. Puntos fijos: Desde que somos niños, nuestros padres entrenan nuestro cerebro para
ver problemas u oportunidades.
Sin embargo, podemos
cambiar nuestra programación mental, podemos aprender a pensar diferente con
ayuda de la meditación (cuando meditamos la química del cerebro cambia) y con
un cambio en nuestras creencias.
Si nos repetimos “nunca seré exitoso”, “nunca voy a encontrar a alguien
que me ame”, esos pensamientos limitantes
se volverán realidad tarde o temprano, pero podemos cambiarlos. Lograrlo representa el 15%
de la felicidad.
2. Condiciones de vida: tener buenas condiciones de vida materiales sólo incide el 10% en la
felicidad. Por ejemplo, la gente de Colombia es más feliz que la de Estados
Unidos, aunque este último tenga mejores condiciones de vida.
3. Buenas elecciones: el restante 75% de la felicidad tiene qué ver con las decisiones que tomamos. Si actuamos en sintonía con nuestra expresión creativa, si nuestras acciones tienen propósito, significado, y hacen a otros felices, caminaremos hacia la felicidad.
3. Buenas elecciones: el restante 75% de la felicidad tiene qué ver con las decisiones que tomamos. Si actuamos en sintonía con nuestra expresión creativa, si nuestras acciones tienen propósito, significado, y hacen a otros felices, caminaremos hacia la felicidad.
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