Insistir sobre la dimensión espiritual del Amor puede resultar molesto a
quienes se contentan con una relación por la felicidad y seguridad que ofrece.
Por lo tanto vale la pena preguntarse cómo se logra realmente la felicidad, y
si es posible alcanzar la seguridad sin embarcarse en el viaje espiritual.
La felicidad es tal fluida como el amor mismo, e igualmente elusiva. Las condiciones exteriores no tienen efecto previsible en ninguno de los dos. A largo plazo, depender de un estímulo externo es una trampa.
La palabra “felicidad” significa, con demasiada frecuencia, “respuesta placentera”. Toda respuesta depende del estímulo, así como el placer sexual depende de que se nos excite y estimule. Este hecho innegable hace que incontables personas caigan en pánico al desvaneceré su fuente de placer.
La solución consiste en hallar una fuente de felicidad más allá del placer, puesto que la búsqueda de placer no puede ser independiente del estímulo exterior. Mientras el amor sea placer, su final es previsible: un triste debilitamiento hacia la indiferencia y la inercia.
Es importantísimo hallar nuestra felicidad sobre una base que no cambie. Comparado con el placer, el Amor es abstracto. Si prescindiéramos de las sensaciones agradables que se asocian a él, casi todos nos encontraríamos en dificultades para definir la experiencia de amar. Pero el Amor tiene el poder de curar, de revelar la esencia divina, de restaurar la fe en el propio Ser, de poner armonía en todos los planos de la existencia…y todos éstos efectos van mucho más allá de las sensaciones. Son resultados tangibles, basados en el Espíritu.
Por suerte, pese a lo abstracto del amor, la investigación científica confirma que es tan dramático y potente como un medicamento, tanto cuando está presente, como cuando se lo retira.
El amor ayuda a la recuperación, fomenta el crecimiento en los niños, y proporciona equilibrio homeostático…y aunque no se haya demostrado cuantitativamente, sentirse amado puede hacer que disminuya la presión arterial, que se evite el cáncer y las dolencias cardíacas…y por el contrario, las condiciones asociadas a la falta de amor, como la ira crónica o la depresión, provocan un riesgo mayor de contraer enfermedades de cualquier tipo.
“Curación” es un término muy amplio; espiritualmente se lo puede definir como el regreso al estado de Unidad. El amor no existe separado de las otras cosas de la Vida; no se divide en momentos de amor, en niveles de amor, en ausencia de amor. Estos son nuestros términos relativos, nuestros meros vistazos a una fuerza que se mantiene intacta y entera. En el sendero espiritual, la experiencia del Amor brinda una curación que no se dirige a una enfermedad en particular, sino al estado de la persona íntegra; por lo tanto, cada uno de nosotros experimentará sus efectos de modo diferente.
Pero podemos observar algunas características en quienes pueden vivir una historia de verdadero amor:
1 – Han aprendido a separar sus actos de la convicción de que merecen Amor…aunque cuesta cuando niños, desechan necesitar merecerlo.
2 – Pueden dar, a todo nivel. Sin ese flujo el amor se estanca. Quienes aman sin aferrarse aprenden hasta a dar espacio, lo que no es fácil. Se debe permitir al otro expresar libremente ideas, sentimientos, reacciones y voluntad. El dar así es un ingrediente crítico de su historia de Amor.
3- No esperan recibir nada a cambio de ser buenos- No otorgan amor solo cuando alguien se porta bien ni lo exigen. Por el contrario, al amor se torna una parte constante de sus vidas.
4 – No juzgan, ni viven temiendo ser juzgados. Jamás se sienten mejor consigo mismos haciendo que otros se vean peor. Sacan la culpa y la vergüenza a la luz para desactivarla y ya no teniéndolas dentro de sí no ven mal en los demás.
5- No pretenden que el prójimo les haga sentirse Amados. Desarrollan una relación a toda prueba consigo mismos, sabiendo que el Yo es la fuente de Amor, por eso no exigen sentirse amados.
EN AUSENCIA DE AMOR
La ausencia de amor es tan devastadora como benéfica su presencia.
He aquí las características más comunes de quienes no viven una vida de amor verdadero:
1-Se sienten entumecidos y traumatizados-Las formas imperfectas de amor son muy vulnerables. El efecto del rechazo, del fracaso, de la humillación y de otros traumas es entumecer los sentimientos. El amor requiere sensibilidad, necesita apertura.Si algo te ha entumecido, es mucho más difícil sentir Amor.
2 – No se sienten apreciados por lo que son, sino por lo que hacen- Reconocer tu propio valor es amarte a ti mismo. De allí surge el amor hacia otros, no de los valores y logros, que son limitados. Si nos apreciamos por los éxitos y la aceptación social, el alcance de nuestro amor queda limitado.
3 - Viven según creencias distorsionadas-El amor que tienes en tu vida es tan valioso como tú lo percibes, la clave de la percepción es tu creencia. No existen encuentros neutros. Siempre vemos a los otros a la luz de nuestras creencias; siempre nos sentimos vistos a la luz de nuestras creencias. Cualquier creencia que ataque tu capacidad de apreciarte, es una distorsión. En esencia, el Yo es de elevadísimo valor; merece amor sin excepción. Hay quienes albergan creencias distorsionadas que no les permiten amarse ni amar.
4 – Han fracasado en el amor y se sienten fatigados como para intentarlo de nuevo. A algunas personas se les ha agotado la energía que teníamos en la juventud para reintentar cualquier cosa. Dicen no tener tiempo para el Amor, creen no necesitarlo en su vida. Lo que experimentan es la falta de energía que sigue a reiterados fracasos. Pero la energía es autorrenovable. Hay que buscar el modo de renovarla con pasión.
No todos estos factores se aplican a una misma persona. A algunos se le presentan en algún grado, a otros no. Pero podemos percibir algunas causas subyacentes comunes: se ignora el camino hacia el Amor, cómo entrar en él, cómo recorrerlo y hasta qué es.
Nuestra visión materialista del mundo ha reducido al amor a un aleatorio flujo de hormonas, sumado a fantasías psicológicas.
La verdad espiritual es muy diferente. Una vez que caen los muros, descubrimos que nuestro verdadero problema no es que falte amor a nuestro alrededor, sino que bebemos de a pequeños sorbos de este océano Infinito.
Cada vez que a alguien se le seca el corazón, puede parecer que se ha secado el amor…más de hecho esa persona ha levantado un cerco para dejar fuera una fuerza que está siempre en marea alta.
Existir dentro del poder pleno y desatado del amor es aterrorizante, al menos que hayas recorrido el camino hacia el amor con total devoción, hasta su mismo final.
Del libro ”El Camino Hacia el Amor” de Deepak Chopra-
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