LA RECAPITULACIÓN PERSONAL
1.
Acordarse
2.
Recapitular.
3.
La Respiración.
4.
El Vuelo
Abstracto.
5.
La Práctica.
6.
Darse Uno Mismo.
7.
El Vidente.
8.
El Intento de la
Recapitulación.
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"Somos
guerreros, y los guerreros tienen una sola cosa en mente: ser
libres. Morir y ser devorado por el Águila es el destino del hombre.
Por otra parte, querer salirnos de nuestro destino, querer entrar
serenos y desprendidos a la libertad, es la audacia final. Cuando uno
está listo para el último vuelo, se le hace una ofrenda al Águila; una ofrenda que casi es como darse uno mismo. Se le da al Águila un equivalente de uno. Esta ofrenda ellos la llaman la recapitulación personal."
En principio hay que precisar que la recapitulación es un acto natural. Todos los seres humanos lo realizan antes de morir. De hecho, es el último acto que los seres vivientes realizan, justo antes de la desintegración de la individualidad que es la muerte. Recapitulación no es recordar, es más precisamente revivir. Es la recuperación corporal de toda experiencia pasada. Es nuestra capacidad de asociar y recordar lo que nos da un sentido de identidad individual y continuidad. Somos porque recordamos. Es natural que en el momento previo a dejar de ser, recordemos todo aquello que nos permitió ubicarnos como nosotros mismos, a lo largo de toda nuestra vida. Ese repaso vivencial es la recapitulación.
Victor Sanchez
"Las enseñanzas de Don Carlos" La recapitulación es un concepto importante dentro del mundo chamánico. Como es ya sabido, los chamanes, y las religiones con clara herencia chamánica, creen que esta vida no es real. Para los chamanes esta vida es Maya, que es el concepto que actualmente muchos conocen como Matrix debido a la famosa película norteamericana de carácter fantástico: vivimos dentro de una simulación, de un juego. Los chamanes estaban convencidos del sencillo paso que hay de una vida a otra, de la poca importancia de la muerte y de la continuidad del ciclo de renacimiento -muerte -nueva vida. Es a través de esta recapitulación donde el guerrero toma conciencia sobre su vida, realizando un ejercicio de distanciamiento entre su esencia y su ego. Al recapitular un guerrero sabe que él es Esencia, que es parte del Todo más allá de las circunstancias de la actual encarnación. Los seres humanos somos seres que forman parte del Todo, que se escindieron de él y que en su camino de retorno hacia este Todo, hemos decidido bajar a la Tierra y vivir en este mundo para aprender. Para ello, escogemos la vida que vamos a vivir, generamos un personaje, una vida con unas características, con unas vivencias, que le marcan el camino y las lecciones a aprender. La recapitulación es una forma especializada de acecho, se debe de emprender con un alto sentido de estrategia. Se trata de entender y poner en orden nuestras existencias, viéndolas tal y como son, sin remordimientos, reproches o felicitaciones, con desapego total y un ánimo de ligereza, incluso de humor, porque nada en nuestra historia es más importante que nada y todas las relaciones, al final, son efímeras. El hecho de recapitular consiste en realizar un acto de desapego con las circunstancias de esta vida, con esta encarnación. Al realizar la recapitulación, el chamán cuenta cada detalle de su vida, rememora cada situación padecida o gozada en esta encarnación. Muchos chamanes, para recapitular, ascendían al monte, con una ánfora o jarra vacía y allí, en el monte, se sentaban y comenzaban a comentar su vida al jarrón, hasta que la "llenaban" de sus recuerdos, de toda su vida. Contra más detalles daban, contra más eventos le contaban, más completa era la recapitulación y más completo el desapego del Espíritu con el ego, mayor la diferenciación entre la esencia real y las particularidades de esta encarnación. El objetivo es redistribuir y aumentar la energía normal con el fin de realizar con ella la percepción fuera de lo ordinario que es parte del entrenamiento en la brujería. Este entrenamiento se basa en la idea de que, una vez roto, por medio de la recapitulación, el patrón compulsivo de los hábitos, pensamientos, expectativas y sentimientos, uno se encuentra, de manera indisputable, en situación de acumular energía suficiente para vivir de acuerdo con las premisas brindadas por la tradición de la brujería, así como para probar dichas premisas mediante la percepción directa de una realidad diferente. La premisa de los chamanes es que para llenar algo, hay que crear un espacio donde ubicarlo. Si uno esta repleto de toda su vida, no hay espacio para nada nuevo. Ese espacio hay que construirlo. Los chamanes del México antiguo creían que la recapitulación de su vida creaba ese espacio. | |
Acordarse
"Para los brujos, acordarse no es lo mismo que recordar. Recordar es cuestión del pensamiento cotidiano, cuestión de la posición habitual del punto de encaje. Acordarse, en cambio, depende del movimiento del punto de encaje. La recapitulación de sus vidas, que hacen todos los brujos, es la clave para mover el punto de encaje. Los brujos inician la recapitulación pensando, recordando los actos más importantes de sus vidas. De simplemente pensar en ellos pasan a verdaderamente estar en los eventos mismos, pasan a revivirlos. Cuando logran eso, revivir los eventos mismos, han movido, en efecto, el punto de encaje al sitio preciso en el que estaba cuando ocurrió el evento que están reviviendo. Revivir totalmente un acontecimiento pasado, mediante el movimiento del punto de encaje, es lo que los brujos llaman acordarse."
"El Conocimiento Silencioso"
La recapitulación, de acuerdo con lo que Don Juan les enseñó a sus discípulos, fue una técnica descubierta por los chamanes del México antiguo y utilizada por cada chaman practicante desde aquel entonces para ver y revivir todas las experiencias de su vida, con la finalidad de alcanzar dos objetivos trascendentales: 1 - La meta abstracta de cumplir con un código universal que demanda renunciar a la conciencia en el momento de morir. 2 - Alcanzar una meta sumamente pragmática, la de adquirir fluidez perceptual. La recapitulación consiste en recordar a cada persona que se ha conocido y cada experiencia que se ha tenido. La fase inicial de la recapitulación consiste en dos cosas. La primera es la lista: se ha de escribir una lista de todas las personas que uno ha conocido a lo largo de su vida, empezando desde el presente y regresando hasta los recuerdos más remotos. Es una parte necesaria de la recapitulación, a manera de recurso mnemotécnico. La lista forma una matriz para que en ella se enganche la mente. Puede dividirse por años, por trabajos, en el orden que se quiera, pero siempre de forma secuencial. Se toma a la primera persona de la lista y se va retrocediendo en el tiempo, desde recrear en la memoria la última interacción hasta llegar a la primera experiencia con esta persona. Este acto es denominado como preparar el evento a recapitular. La segunda es armar la escena: consiste en representarse mentalmente todos los detalles relacionados con los sucesos que van a recordarse. Es necesario recordar detalladamente cada minucia ya que es el medio más adecuado de afilar la capacidad de recordar. Este acto implica obtener todos los detalles físicos, como son los alrededores del lugar en donde sucedió el evento a recordar. Una vez que se preparó el evento, uno debe entrar en el sitio como si realmente lo estuviera haciendo, y prestando atención especial a cualquier configuración física relevante. Por ejemplo, si la interacción ocurrió en una oficina, se debe recordar el piso, las puertas, las paredes, los cuadros, las ventanas, los escritorios, los objetos encima de los escritorios, todo lo que pueda haber sido visto en una ojeada y luego olvidado. La lista de nombres dentro de la recapitulación se usa como un recurso mnemotécnico que impulsa a la memoria en un viaje inconcebible. La postura de los chamanes a este respecto es que al recordar los eventos que recientemente han tenido lugar se está preparando el terreno para recordar eventos más distantes en el tiempo con la misma claridad e inmediatez. Recordar experiencias de esta manera, es revivirlas, extrayendo de estos recuerdos un ímpetu extraordinario capaz de regresar la energía que se ha dispersado de nuestros centros vitales y regresarla a ellos. | |
Recapitular
La recapitulación es el acto de recuperar la energía que ya hemos gastado en acciones pasadas y es considerada como la mejor forma de preparar al cuerpo para la redistribución total de la energía. Recapitular implica recordar a todas las personas que hemos conocido, todos los lugares que hemos visto y todos los sentimientos que hemos tenido en toda nuestra vida, empezando desde el presente y volviendo hasta los recuerdos más remotos, para luego limpiarlos, uno por uno, con una respiración especial que barre todo. La recapitulación debe iniciarse con el recuento de los eventos que acaban de suceder. De esta forma, la primacía de la experiencia tiene la prioridad. Algo que acaba de suceder es algo que se puede recordar con gran exactitud. Los brujos cuentan con el hecho de que los seres humanos son capaces de almacenar información detallada de la que no se está consciente. Lo importante es volver a experimentar los sucesos con el mayor detalle posible con el fin de "revivir" los sentimientos que uno sintió en sus entrañas, sea a la altura de la boca del estomago, en la garganta o en la zona umbilical. Hay que "alcanzarlos" y tocarlos con la respiración que los barre, para de esta manera liberar nuestra energía atrapada. "Alcanzar" y tocar estos sentimientos que pertenecen al pasado, significa observarlos sin verbalización mental. En ningún caso hay que dejarse arrastrar por estos sentimientos ni volver a involucrarse en ellos. A tal efecto, es recomendable realizar la recapitulación en silencio, sin ningún elemento que pueda afectar nuestra sensibilidad, como podría ser escuchar una pieza musical que reactive un particular estado emotivo. Es así por lo menos si uno no tiene el suficiente poder para resistirse al flujo impetuoso de recuerdos traumaticos. En caso contrarios, estos elementos -aromas, música, sabores, ...etc.- que traen de nuevo a la superficie sentimientos del pasado, pueden constituir una ayuda para recapitular, sin embargo e insisto, el objetivo es observar los sentimientos con total desapego para luego barrerlos, y no dejarse llevar por ellos. La restauración energética es un proceso natural que efectúa la totalidad del ser para recuperar la conciencia y la energía involucradas en los eventos vividos. Este portentoso proceso de sanación tiene lugar solo cuando la mente entra en un estado de silencio interno y el recuerdo mental deja lugar al recuerdo corporal reviviendo así dichos eventos de una forma total, sanando en este proceso nuestras heridas emocionales y restaurando nuestro campo de energía de los daños sufridos. Una alternativa consiste en comenzar la recapitulación enfocando nuestra atención primero en la actividad sexual que hayamos tenido en el pasado. Ahí es donde está atrapada la mayor parte de nuestra energía. Por eso debemos liberar esos recuerdos primero. Al recapitular, trata de sentir unas largas fibras elásticas que se extienden desde tu región abdominal. Luego alínea el movimiento giratorio de la cabeza con el movimiento de esas escurridizas fibras. Son los conductos que recuperarán la energía dejada atrás por ti. A fin de recuperar nuestra fuerza y unidad, debemos liberar la energía que dejamos atrapada en el mundo y atraerla otra vez a nosotros. Al recapitular, extendemos esas fibras elásticas de energía a través del espacio y el tiempo hasta las personas, los lugares y los sucesos que estamos examinando. El resultado es que podemos volver a cada momento de nuestras vidas y actuar como si de hecho estuviéramos ahí. En un nivel más mundano, la recapitulación otorga a los practicantes la capacidad de examinar la repetición en sus vidas. La recapitulación los puede convencer, sin sombra de duda, de que todos nosotros estamos a merced de fuerzas que finalmente no tienen sentido, aunque a primera vista parezcan perfectamente razonables. Lo que los brujos del México antiguo buscaban ávidamente en la recapitulación era la memoria de la interacción, ya que en la interacción yacen los profundos efectos de la socialización o domesticación la cual se esforzaban por superar por todos los medios posibles. Si cualquier cambio en la conducta ha de realizarse, tiene que ser a través de la recapitulación, ya que este es el único vehículo que puede acrecentar la conciencia al liberarla de las calladas exigencias de la socialización que son tan automáticas, tan dadas por sentado que ni siquiera se notan bajo circunstancias normales, y mucho menos se las examina.
"Pases Mágicos"
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"La recapitulación no debe
confundirse con el psicoanálisis. Es un acto mágico en que el intento y
la respiración desempeñan papeles indispensables."
"No confundas el ejercicio con una
cuestión psicológica. Si lo que necesitas son interpretaciones,
¡consulta al psiquiatra! El te dirá qué hacer para seguir siendo el
idiota que eres. Tampoco debes andar detrás de una lección. Las
historias con moraleja sólo existen en los cuentos de niños. Debes tener la actitud correcta. "
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"Respirar reúne energía y la hace
circular. Luego es guiada por el intento preestablecido de la
recapitulación, el cual es liberarnos de nuestros lazos biológicos y
sociales."
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La respiración
En la práctica de la recapitulación de eventos, una vez que se tenga todos los elementos en su lugar: la lista y los detalles relacionados con los sucesos, se usa la respiración que barre. Es necesario respirar profundamente, abanicando la cabeza, por así decirlo, lenta y suavemente de un lado a otro. Este movimiento de la cabeza es como un abanico que remueve todo en esa escena, se realiza tantas veces como sea necesario mientras se recuerdan todos los detalles accesibles . Si estás recordando una habitación, por ejemplo, inhala las paredes, el techo, los muebles y a la gente que ves. Y no te detengas hasta que hayas absorbido hasta el último tris de energía que dejaste ahí. Tu cuerpo te dirá cuándo ha sido suficiente. Recuerda: trata de inhalar la energía que dejaste en la escena que estás recapitulando, y dirige tu intento a exhalar la energía ajena introducida en ti por otros. Los brujos hablan acerca de este acto, como el acto de inhalar todos los sentimientos que se vivieron en el evento que se está reviviendo, y se exhalan todos los estados de ánimo no deseados y los sentimientos ajenos que se quedaron en nosotros. 1 - Inhalar por la nariz mientras se voltea la cabeza hacia la izquierda, en un arco de ciento ochenta grados. 2 - Exhalar cuando se voltea la cabeza hacia la derecha. 3 - Voltear la cabeza hacia la izquierda y la derecha en un solo movimiento, sin respirar. Las inhalaciones y las exhalaciones deben ser naturales; si son demasiado rápidas, uno podría entrar en algo que se llama respiraciones fatigantes: respiraciones que requerirán respiraciones más lentas después, para calmar los músculos.Se realiza esta respiración y estos movimientos conjuntamente tantas veces como sea necesario mientras se recuerda todos los eventos y todos los detalles asociados a la lista de personas que hemos conocido. Esta es una forma misteriosa de respirar y la clave de la recapitulación, puesto que inhalar nos permite recuperar la energía que perdimos, en tanto que exhalar nos permite expeler la energía ajena e indeseable que se ha acumulado en nuestro interior debido a la interacción con nuestros semejantes. A fin de vivir e interactuar, necesitamos energía. Normalmente la energía gastada en vivir se nos escapa para siempre. Hoy en día, el ser humano más que nunca necesita renovarse y experimentar el vacío y la libertad. De no ser por la recapitulación, no tendríamos ninguna oportunidad para renovarnos. Recapitular nuestras vidas y limpiar nuestro pasado con esta respiración que barre de izquierda a derecha funcionan en conjunto. |
El vuelo abstracto
Durante las etapas iniciales del entrenamiento de un brujo acechador, todos los neófitos deben llevar a cabo una fase que entraña depurar las maneras habituales de pensar, actuar y sentir por medio de una empresa tradicional de la brujería llamada la recapitulación. El propósito de éste entrenamiento es perfeccionar al ser interior para que pueda trascender su forma exterior, a fin de realizar "el vuelo abstracto". "El vuelo abstracto" es la culminación de este entrenamiento y la recapitulación el medio para lograrlo. La conciencia debe desplazarse del lado izquierdo al derecho de la frente. De niños lo hacemos con facilidad, pero una vez roto el sello del cuerpo debido a los ruinosos excesos, sólo una manipulación especial de la conciencia, la forma correcta de vivir y el celibato son capaces de restaurar la energía que se ha perdido, energía requerida para efectuar éste desplazamiento. Con firmeza, todos los brujos perseguían el mismo objetivo: romper las disposiciones y los prejuicios perceptivos que nos aprisionan dentro de los límites del mundo cotidiano normal, impidiéndonos el paso a otros mundos perceptibles. Romper con dichas disposiciones perceptivas significa atravesar una barrera y saltar hacia lo inimaginable. Se refieren a ello como "el vuelo abstracto", porque entraña volar del lado de lo concreto y físico al lado de la percepción acrecentada y las formas abstractas e impersonales. "El vuelo abstracto" tiene lugar cuando aplicamos el doble a nuestras vidas diarias. Dicho de otra manera, el momento en que nuestro cuerpo físico cobra una conciencia total de su contraparte energética, hemos cruzado a lo abstracto, un reino de la conciencia completamente distinto. | |
La práctica
Florinda relató como su nueva situación fue apropiada, ya que tenía que llevar a cabo la tarea de recapitular, y para ello requería absoluta quietud y soledad. Me explicó que la recapitulación es el fuerte de los acechadores, de la misma manera como el cuerpo de ensueño es el fuerte de los ensoñadores. Por ello su benefactor le había dado la enorme caja de madera como símbolo y herramienta. Era una herramienta que le permitió aprender a concentrarse. Y era un símbolo de los estrechos linderos de nuestra persona. Su benefactor le dijo que cuando hubiera terminado la recapitulación debía romper la caja para simbolizar que ya no estaba sujeta a las limitaciones de su persona. Me dijo que los acechadores usan cajas o ataúdes de tierra para encerrarse adentro de ellos en tanto reviven, pues no se trata sólo de recordar cada momento de sus vidas. La razón por la que los acechadores deben recapitular sus vidas de forma tan meticulosa es que el Don del Águila al hombre incluye la buena voluntad de aceptar un sustituto en vez de la conciencia genuina, si tal sustituto en verdad es una réplica perfecta. Florinda me explicó que ya que la conciencia es el alimento del Águila, ésta puede quedar satisfecha con una recapitulación perfecta en lugar de la conciencia misma. Florinda me dio entonces los aspectos fundamentales de la recapitulación. Dijo que la primera etapa consiste en un breve cómputo de todos los incidentes de nuestras vidas que de una manera patente se prestan a nuestro escrutinio. La segunda fase es un cómputo más detallado, que empieza en un punto que podría ser el momento previo a que el acechador tome asiento en la caja, y sistemáticamente se extiende, al menos en teoría, hasta el mismo momento del nacimiento. Me aseguró que una recapitulación perfecta podía cambiar a un guerrero aún más que el control total del cuerpo de ensueño. En este aspecto, ensoñar y acechar conducen al mismo fin: el ingreso en la tercera atención. Sin embargo, para un guerrero era importante conocer y practicar ambos. Florinda me explicó que el elemento clave al recapitular era la respiración. El aliento, para ella, era mágico, porque se trataba de una función que da la vida. Dijo que recordar se vuelve fácil si uno puede reducir el área de estimación en torno al cuerpo. Por eso se debe usar la caja; después, la respiración misma fomenta recuerdos cada vez más profundos. En teoría, los acechadores tienen que recordar cada sentimiento que han tenido en sus vidas, y este proceso se inicia con una respiración profunda. Florinda me contó que su benefactor empezó haciéndola compilar una lista de los eventos por revivir. Le dijo que el procedimiento comienza con una respiración inicial. Los acechadores empiezan cada sesión con la barbilla en el hombro derecho y lentamente inhalan en tanto mueven la cabeza en un arco de ciento ochenta grados. La respiración concluye sobre el hombro izquierdo. Una vez que la inhalación termina, la cabeza regresa a la posición frontal y exhalan mirando hacia delante. Los acechadores entonces toman el evento que se halla a la cabeza de la lista y se quedan allí hasta que han sido recontados todos los sentimientos invertidos en él. A medida que recuerdan inhalan lentamente moviendo la cabeza del hombro derecho al izquierdo. Esta respiración cumple la función de restaurar la energía. Florinda sostenía que el cuerpo luminoso constantemente crea filamentos que semejan telarañas, y que éstos son propulsados por fuera de la masa luminosa por emociones de cualquier tipo. Por tanto, cada situación en la que hay acción social, o cada situación en que participan los sentimientos es potencialmente agotadora para el cuerpo luminoso. Al respirar de derecha a izquierda, cuando se recuerda un acontecimiento los acechadores, a través de la magia de la respiración, recogen los filamentos que dejaron atrás. La siguiente inmediata respiración es de izquierda a derecha, y es una exhalación. Con ella, los acechadores expulsan los filamentos que otros cuerpos luminosos, que tuvieron que ver en el acontecimiento que se recuerda, dejaron en ellos. Florinda afirmó que éstos eran los preliminares obligatorios del acecho, por lo que todos los miembros de su grupo tuvieron que pasar como introducción a los ejercicios más exigentes de ese arte. A no ser que los acechadores hayan pasado por estos preliminares a fin de recobrar los filamentos que dejaron en el mundo, y particularmente a fin de descartar aquellos que otros seres luminosos dejaron en ellos, no hay posibilidad de manejar el desatino controlado. Esos filamentos ajenos son la base de nuestra ilimitada capacidad de sentirnos importantes. Florinda mantenía que para practicar el desatino controlado, puesto qué no está hecho para engañar a la gente, uno tiene que ser capaz de reírse de sí mismo. Florinda me dijo que uno de los resultados de la recapitulación detallada es la capacidad de estallar en risa genuina cuando uno se encuentra cara a cara con las aburridas repeticiones que el yo personal hace acerca de su importancia. Florinda subrayaba que la regla definía el acecho y el ensueño como artes, por tanto, eran algo que uno pone en obra, algo que uno lleva a cabo. Decía que la naturaleza intrínseca del aliento es dar vida, y que eso es lo que le da capacidad de limpiar el cuerpo luminoso. Esta capacidad es la que convierte a la recapitulación en una cuestión práctica. Florinda me dijo que su benefactor consideraba las tres técnicas básicas del acecho cómo las tres tareas más importantes que un guerrero puede llevar a cabo. Estas son:
- la caja,
- la lista de eventos a recapitular,
- y la respiración del acechador;
Su
benefactor estaba convencido de que una recapitulación profunda es el
medio más expedito para perder la forma humana. De allí que les es más
fácil a los acechadores, después de recapitular sus vidas, hacer uso de
todos los no-haceres del yo personal, como son borrar la historia
personal, perder la importancia en uno mismo, romper las rutinas,
...etc.
"El Don del Águila"
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Darse uno mismo
La base fundamental de la recapitulación es la convicción que tienen los brujos de que existe en el universo una inconcebible fuerza disolvente, la cual da vida a los organismos prestándoles conciencia. Esa misma fuerza también hace que mueran, para poder disolverlos y extraerles la conciencia que les prestó, la cual ha sido acrecentada a través de las experiencias de la vida. .. Teniendo en cuenta que esa fuerza anda detrás de tales experiencias, algo de suprema importancia es que se la pueda satisfacer con un facsímil de ellas: la recapitulación. Al obtener lo que busca, la fuerza disolvente deja a las personas libres para que expandan su capacidad de percibir y alcancen con ella los confines del espacio y del tiempo. "El único modo de escapar a la voracidad del Águila, es salirse de puntillas y conteniendo el aliento... Cuando uno está listo para el último vuelo, se le hace una ofrenda al Águila; una ofrenda que casi es como darse uno mismo. Se le da al Águila un equivalente de uno. Esta ofrenda ellos la llaman la recapitulación personal. Don Juan me dijo que la muerte comienza con esta recapitulación personal. Sólo entonces, vale decir, cuando la muerte es irrefutable e ineludible, la acción comienza. En primer lugar hay que hacer una lista de todas las personas que uno ha conocido a lo largo de la vida; una lista de todos aquellos que de una u otra manera nos han forzado a poner el ego -ese centro del orgullo personal. La recapitulación tiene que ser total; va de la Z a la A, hacia atrás. Se comienza en el momento presente y se va hacia la temprana infancia, hasta los dos o tres años y aún antes si fuera posible. Desde que nacemos, todo va quedando grabado en nuestro cuerpo. La recapitulación es y requiere un gran entrenamiento de la memoria. Ahora bien, ¿cómo se hace esta recapitulación? Se van trayendo cuidadosamente las imágenes y se las van fijando frente a uno; luego, con un movimiento de cabeza de derecha a izquierda, se sopla cada una de las imágenes como si las barriésemos de nuestra visión... El aliento es mágico. Con el fin de la recapitulación se acabaron también todos los trucos, los juegos y los autoengaños. Parece que al final sabemos todos nuestros trucos y no hay manera de poner el ego sobre la mesa sin que inmediatamente nos demos cuenta de lo que con eso pretendemos. Con la recapitulación personal uno se despoja de todo. Entonces. sólo queda la tarea; la tarea en toda su simpleza, pureza y crudeza. La recapitulación es posible para todos los hombres, pero se tiene que tener una voluntad inflexible. Si uno fluctúa o titubea, está perdido porque el Águila se lo devora. En este terreno la duda no tiene cabida. No sé bien cómo explicar todo esto, pero en el cumplimiento y dedicación a la tarea se tiene que ser compulsivo sin de verdad serlo porque el tolteca es un ser libre. La tarea pide todo de uno y, sin embargo, se es libre. ¿Comprenden? Si esto es difícil de entender es porque, en el fondo, se trata de una paradoja. Pero a esta recapitulación hay que ponerle salsa." | |
El vidente
El intento de la recapitulación es un obsequio concedido a nosotros por los antiguos videntes que concibieron este método y lo transmitieron a sus descendientes. Cada persona que lo ejecuta debe aunarle su propio intento, pero este intento es tan sólo el deseo o la necesidad de efectuar la recapitulación. El intento de su resultado final, que es la libertad total, fue establecido por aquellos videntes de la antigüedad. Puesto que fue fijado en forma independiente de nosotros, constituye un obsequio invaluable. La recapitulación nos revela una faceta crucial de nuestro ser: el hecho de que por un instante, justo antes de clavarnos en cualquier acto, somos capaces de determinar acertadamente su resultado, nuestras posibilidades, motivos y expectativas. Este conocimiento nunca coincide con lo que consideramos conveniente o satisfactorio, de modo que lo anulamos instantáneamente. Ese momento del conocimiento directo fue llamado "el vidente" por las personas que primero formularon la recapitulación, porque durante ese momento podemos ver de manera directa las cosas, con los ojos despejados. Sin embargo, a pesar de la claridad y precisión de las evaluaciones del vidente, nunca le prestamos atención ni le damos al vidente la oportunidad de hacerse escuchar. Por medio de esta continua supresión sofocamos su crecimiento e impedimos que desarrolle su pleno potencial. Al final, el vidente en nuestro interior se llena de amargura y odio. Los antiguos sabios que inventaron la recapitulación creían que, puesto que no dejamos nunca de reprimir al vidente, finalmente éste nos destruye. Pero también nos aseguraron que por medio de la recapitulación podemos lograr que el vidente crezca y se desarrolle, como era su propósito. Con la recapitulación concedemos al vidente la libertad de ver y de ser. Al darle espacio podemos convertir al vidente deliberadamente en una fuerza misteriosa y eficaz al mismo tiempo, en una fuerza que con el tiempo nos guiará hacia la libertad, en lugar de matarnos. Así debemos traer al vidente a la superficie para darle oportunidad de hablar y comunicar lo que ve. | |
El intento de la recapitulación
"Lo
importante es empezar, pues la energía que recuperamos desde el primer
intento nos dará fuerzas para seguir recapitulando aspectos más y más
intrincados de nuestras vidas. Primero, hay que ir por la inversión más
fuerte, que son los sentimientos más desgarradores. Después, vamos por
aquellas memorias tan profundas que ya creíamos olvidadas, pero que ahí
están."
En el momento en que ustedes se dispongan a deshilvanar voluntariamente la trama de sus historias personales, estarán dando un paso decisivo. Al principio, el recapitular puede darnos algún trabajo, porque nuestra mente no está acostumbrada a la disciplina. Pero, después de cerrar las heridas más dolorosas, la energía se reconoce a sí misma y nos vamos volviendo adictos al ejercicio. A partir de ese momento, cada partícula de luz que recuperemos nos ayuda a ganar más. Quien decida emprender el camino de recapitulación de forma autónoma, debe concentrarse en el intento de generaciones y generaciones de videntes que dejaron trazado el camino para este trabajo. Los antiguos videntes dejaron como obsequio el intento de la recapitulación. Esto significa que al recapitular, estamos siendo apoyados por generaciones de videntes que han puesto su intento en este arte, y a la vez estamos aunando nuestro propio intento con la acción de ellos. El intento de la recapitulación es el de la libertad total. Una forma muy rentable del ejercicio, accesible a todos nosotros, es la recapitulación fortuita. Si se dan cuenta, constantemente estamos recapitulando. Todos los recuerdos que conforman nuestro diálogo interno pueden ser catalogados como tal. Sin embargo, los evocamos en forma involuntaria. En lugar de observarlos en silencio, los juzgamos, interactuamos con ellos visceralmente. Eso es lastimoso. Un guerrero aprovecha la oportunidad, porque esos recuerdos, aparentemente al azar, son avisos de nuestro lado silencioso. Para recapitular no hacen falta condiciones especiales. Se puede intentar el ejercicio en cualquier momento y lugar en que uno se sienta animado a hacerlo. Los guerreros recapitulan cuando van por el camino, en el baño, al trabajar o al comer, ¡cuando sea posible! Lo importante es hacerlo. No hay una postura definida. El único requisito es estar cómodos, para que el cuerpo físico no demande atención ni interfiera con los recuerdos. Sin embargo, los brujos toman muy en serio el ejercicio. Algunos usan para ese efecto cajas de madera, tapancos, armarios, o cuevas. Otros se fabrican un asiento en las ramas más altas de los árboles grandes o excavan un hueco en la tierra y lo cubren con ramas. Una buena práctica es recapitular sentados en la cama, en la penumbra, antes de acostarnos a dormir. Cualquier medio que nos aísle del entorno sirve para recapitular formalmente. Una vez que hemos localizado un evento y recreado cada una de sus partes, hay que inhalar para recuperar la energía que dejamos atrás y exhalar las fibras que los demás depositaron en nosotros. La respiración es mágica, porque es una función que da la vida. Este tipo de respiración debe estar acompañado de un movimiento lateral de la cabeza al que los brujos llaman "ventilar el evento". No importa si se respira de derecha a izquierda o visceversa. Es un trabajo energético, no hay un patrón fijo. Lo que vale es el intento. Aspiren cuando busquen recuperar algo y soplen de regreso todo lo que no sea de ustedes. Si hacen eso con la totalidad de su historia, dejarán de vivir atados a una cadena de recuerdos y se enfocarán en el presente. Los videntes describen ese efecto como enfrentarse a los hechos tal como son o ver el tiempo objetivamente.
Armando Torres
"Encuentros con el Nahual"
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CHAMANISMO SENDA DAHARA VIDYA. El Corazón es el centro del Ser y el Ser es el centro entre los centros. El Corazón no es algo físico. El Corazón es el Ser. Date cuenta de ello y ya verás por ti mismo. No hay necesidad de saber dónde está y qué es el Corazón. Hará su trabajo si te dedicas a expresar tu Ser.” Los místicos cristianos también lo llaman traer la mente hasta el Corazón.
jueves, 5 de junio de 2014
LA RECAPITULACIÓN PERSONAL
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