En las primeras fases de la evolución de la humanidad, antes de que quedáramos estrechamente enclaustrados en la forma física, los seres humanos podíamos moldear nuestra forma, ya que disponiendo de un cuerpo con menor densidad, podíamos metamorfosearnos en cualquier otra forma.
En
la actualidad, nuestro cuerpo es muy denso, pero podemos recurrir a la
imaginación. El cambio de forma es algo consustancial a la humanidad, e
implica mucho mas que transformarse en un animal; pues, de un modo u
otro, todos cambiamos nuestras energías a diario con el fin de afrontar
las pruebas, las responsabilidades y las obligaciones cotidianas.
Aprendemos pronto en la vida cuando
tenemos que sonreir, cuando estar serios, que aspecto adoptar al pedir
disculpas o de que modo expresar una amplia variedad de imágenes en
función de las necesidades. El cambio de forma no es solo transformarse
en un animal, como vemos en los mitos y los cuentos de la antigüedad,
dado que hay que tener en cuenta que la mayoría de los relatos sobre
cambios de forma eran o bien simbólicos, o bien reflejaban una época de
la evolución humana en que aún no habíamos arraigado completamente en la
forma física.
El cambio de forma estriba en
controlar y transformar las propias energías con el fin de que se
adapten a las necesidades del momento, pudiendo así recurrir a aquellas
cualidades y energías que podamos necesitar. Cualquier persona que sea
capaz de seguir una disciplina para alcanzar un objetivo es una persona
capaz de cambiar de forma.
Si puedes adaptarte al cambio, te
guste o no, entonces eres una persona capaz de cambiar de forma. Si
puedes pasar de un humor de perros a otro apacible, entonces eres una
persona capaz de cambiar de forma. Si puedes adaptar tu manera de
comportarte con el fin de relacionarte con una variedad más amplia de
personas y ambientes, entonces eres una persona capaz de cambiar de
forma. Este es el tipo de cambio de forma que todos podemos desarrollar
hasta cierto punto, pues podemos ajustar nuestras energías a las de un
tótem animal concreto y expresarlas de forma ventajosa en nuestra vida.
Y, cuando lo haces, te das cuenta de que el mundo es ciertamente mágico.
Actualmente, la magia se desarrolla principalmente en la mente, aunque en un nivel diferente de percepción; pero eso no la hace menos real ni menos útil en la vida exterior.
Si somos capaces de aceptar esto, entonces estaremos en camino de convertirnos en verdaderos magos. Con la practica, podrás potenciar tu imaginación y podrás aprender a controlarla y a darle otra forma conscientemente en la línea que mas te convenga; y cuando eres capaz de cambiar tus imaginaciones, eres capaz de cambiar el mundo. De hecho, podemos cambiar de forma la imaginación de tal modo que, a todos los efectos, nos convertimos en esa forma. Y esto es lo que vas a aprender con este ejercicio.
Es solo el principio, por lo que no
vas a convertirte en un maestro del cambio de forma solo con esto, pero
le dará fuerza y elasticidad a tu facultad imaginativa, permitiéndote
sintonizar y manifestar las energías y cualidades que tú deseas de tu
tótem. Para adquirir destreza en el cambio de forma tienes que dominar
el arte de la observación. Tú no puedes adoptar la forma corporal de un
pájaro —ni siquiera mentalmente— si no sabes como se desenvuelve el
pájaro en su cuerpo; de modo que empieza por observar dos o tres formas o
posturas básicas de tu animal.
Ve al zoológico, observa como se
comporta el animal y toma notas, imita sus movimientos y sus sonidos, e
inicia el proceso poniéndote en su piel; es decir, piensa en como te
sentirías si fueras ese animal. Puedes facilitar el trabajo de
transformación mediante la incorporación de una danza y/o un atuendo del
animal.
1. Para hacer este ejercicio, es imprescindible la privacidad. Nada de teléfonos ni de interrupciones.
2. Comienza el ejercicio delimitando
con la danza el espacio sagrado, tal como ya tratamos en otra entrada de
este blog; y, a continuación, danza en espiral hasta el centro, donde
deberás haber puesto previamente una silla o un cojín para sentarte.
3. Cuando llegues al centro, detente.
Siente e imagina la energía sin forma del espíritu animal a tu alrededor
y, a continuación, realiza los movimientos y las posturas de tu tótem.
Siente cómo su energía se intensifica dentro y fuera de ti a medida que
adoptas su actitud y te mueves dentro del circulo central.
4. Después, siéntate y construye en tu
interior la imagen del animal. Imagina como se forma y crece su imagen a
la altura del plexo solar, y observa con el ojo de tu mente como
adquiere solidez delante de ti, a la altura del plexo solar.
5. Cuando lo veas con toda claridad
delante de ti, imagina que lo absorbes dentro de tu cuerpo a traves del
centro del plexo solar. Absorbe plenamente su esencia en tu interior a
través de ese chakra.
6. A continuación, lleva tu atención a
los pies o las manos, y siente cómo empiezan a cambiar. Imagina y
siente cómo se forman las garras o zarpas; e imagina que lo que antes
era piel se transforma en pelaje o plumas. Deja que la transformación se
produzca lentamente conforme avanza por tu cuerpo, pero recuerda que la
última parte de tu cuerpo en transformarse debe ser la cabeza, pues así
te resultará mas fácil mantener el control del proceso.
7. Mientras se desarrolla la transformación, visualiza también que aparece una puerta delante de ti, una puerta en la que esta grabada la imagen del animal en el que te estás convirtiendo. Es la puerta al mundo interior, dado que es más fácil mantener la forma en los niveles interiores que en los exteriores. Así pues, imagina que la puerta se abre y que tu pasas a través de ella con tu forma animal.
8. Al principio, imaginarás todo lo
que desees experimentar como animal, pero poco a poco, la experiencia
cobrará vida por si misma y adoptará la cualidad de un sueño muy
intenso, pues no estarás observándote a ti mismo haciendo esto o
aquello, sino que lo estarás viviendo.
9. Mientras te hallas al otro lado de
la puerta, quizás te apetezca explorar el entorno del animal, o bien
puedes viajar en los niveles interiores con la forma del animal, quizás
para hacer una visita a alguien, por ejemplo, aunque también puedes
viajar al pasado o el futuro. Tu eres el animal.
10. Cuando sientas que ha llegado el
momento de volver, imagina que regresas hasta la puerta y la atraviesas,
y que la puerta se cierra herméticamente tras de ti. A continuación, el
cuerpo comenzará a transformarse de nuevo, lentamente, comenzando por
la cabeza. El pelaje, o las plumas, se convierten de nuevo en piel. No
tengas prisa con la transformación.
Y, una vez que tu cuerpo vuelva a ser
tu cuerpo humano, deja que la imagen del animal salga de tu interior;
también ahora, a través del plexo solar. Imagina la imagen del animal
totalmente fuera de tu cuerpo de nuevo y, a continuación, deja que se
desvanezca lentamente hasta que no sea mas que una energía sin forma que
te rodea en el centro del circulo.
11. Abre los ojos poco a poco y ponte
de pie. Imita de nuevo los movimientos del animal para honrar su
espíritu y darle las gracias, y luego reinicia la danza en espiral, esta
vez en dirección contraria a las manecillas del reloj, hasta llegar al
perímetro del circulo, mientras visualizas como se desvanece la energía a
medida que te alejas del centro.
12. Disipa el espacio sagrado,
visualizándote en pleno contacto con la tierra y totalmente equilibrado,
mientras danzas a lo largo del circulo exterior en dirección contraria a
las manecillas del reloj. No olvides recorrer el circulo tantas veces
como lo hiciste cuando creaste el espacio sagrado.
Existen ciertas precauciones y consideraciones de importancia que deberías tener en cuenta con respecto a este ejercicio o cualquier otro que se le parezca. Si sientes que tu mente se dispersa o que cambia demasiado en los días siguientes a la realización del ejercicio, no vuelvas a hacerlo.
Existen ciertas precauciones y consideraciones de importancia que deberías tener en cuenta con respecto a este ejercicio o cualquier otro que se le parezca. Si sientes que tu mente se dispersa o que cambia demasiado en los días siguientes a la realización del ejercicio, no vuelvas a hacerlo.
Si observas cambios en tu
personalidad, o si los observan las personas que te rodean, deja de
hacer el ejercicio de inmediato. Por otra parte, este tipo de ejercicios
no deberían realizarse con demasiada frecuencia. Hay personas que nunca
han meditado ni han hecho esfuerzo alguno por controlar sus energías y
que, sin embargo, están dispuestos a lanzarse de cabeza con tal de
aprender a «cambiar de forma»; y esto puede generar problemas. Si te
descubres de pronto con que vuelves con prisa a casa para hacer el
ejercicio de cambio de forma, o si ves que desatiendes otros aspectos
importantes de tu vida por causa de esto, déjalo de inmediato, pues te
está generando un desequilibrio.
Por otro lado, se flexible con los
pasos que se han especificado anteriormente, adáptalos a ti y
experimenta con ellos, pues la danza y el cambio de forma son procesos
creativos y, para que sean verdaderamente mágicos, deberás emplear tu
intuición y tu imaginación creativa.
Como podrás descubrir, los efectos de
cualquier ritual de danza rara vez son sutiles, de modo que no te
sorprendas si en algún momento tuvieras intensas respuestas físicas
Puedes incluso considerar la posibilidad de asumir los aspectos de tu
tótem bajo la dirección de alguien experimentado y entendido en estados
alterados profundos.
Si no es así, ve muy despacio. Aunque
para un observador externo no haya ningún cambio físico apreciable,
puede suceder que la persona que cambia de forma sufra en su interior
una profunda transformación, hasta el punto de creer que el cambio ha
tenido lugar también en el plano físico. Estas situaciones no hay que
tomárselas a broma ni restarles importancia, pues hará falta tiempo y
cuidados para asimilar y equilibrar las energías invocadas mediante el
cambio de forma.
Si eres un principiante, lo mejor será
que trabajes con movimientos y posturas sencillas; y que utilices
siempre la puerta. De este modo, si en algún momento te perdieras
durante la transformación, tu mente estaría programada para utilizar la
puerta y desencadenar el proceso de inversión.
Algunas personas me han preguntado si
podían utilizar la danza extática para apoyar la transformación; no
obstante, mi sugerencia es que, si no tienes la absoluta certeza de que
vas a poder controlar la transformación, será mejor que no utilices la
danza extática. En ninguna danza ni cambio de forma se debería ir nunca
tan lejos como para tener una, pues esto podría suponer un grave
perjuicio para la totalidad del sistema energético de la persona.
En multitud de técnicas chamánicas se
utilizan tambores para inducir estados alterados de consciencia y
facilitar el cambio de forma; de modo que, si sois varias las personas
que trabajáis el cambio de forma, podéis utilizar un tambor para traer
de vuelta a la realidad a la persona que haya cambiado de forma. Hay una
técnica de tambor que se inicia con un ritmo lento, similar al del
latido del corazón, pero que luego incrementa su cadencia y su
intensidad para ayudar a que se libere la consciencia y facilitar la
transición.
Esta misma técnica, pero invertida,
partiendo de un ritmo frenético para terminar en un ritmo cardíaco
regular, es capaz de traer la consciencia de vuelta al estado normal y,
por otra parte, resulta especialmente aconsejable, porque permite a la
persona pasar sin grandes saltos desde un estado alterado profundo hasta
la consciencia normal. También se puede traer a la persona de vuelta a
la tierra, a la realidad, tomándola de las manos y respirando
profundamente con ella, o bien masajeándole los pies para abrir y
activar los chakras que la conectan con la tierra.
También puede ser útil sentarla o
tenderla boca abajo, sobre todo si se le quitan los fetiches o el
atuendo que pueda haber utilizado para facilitar la transformación.
Otra técnica eficaz consiste en
pasarle la mano a la persona a lo largo de la columna vertebral, hacia
abajo, comenzando por la coronilla, pues de este modo se estabilizan los
chakras, con lo que se trae a la consciencia de vuelta a la realidad
presente.
Recuerda que el objetivo es siempre
conectar con las energías y desarrollar el control consciente de dichas
energías en todo momento.
Publicado por Begoña Rojo en :chamanesdelmundo.
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