sábado, 4 de octubre de 2014

SABIDURÍA - BUDA.




No aceptéis lo que digo
simplemente por el respeto que me tenéis;
del mismo modo que el oro es puesto
a prueba en el fuego,
poned mis palabras a prueba
en el fuego de vuestra experiencia espiritual. 


Todo fluye, todo cambia,
todo nace y muere,
nada permanece,
todo se diluye;
lo que tiene principio tiene fin,
lo nacido muere,
y lo compuesto se descompone.



Sé tu propio refugio.
¿Qué otro refugio puede haber?

 

 Así como una sólida roca
no se mueve con el viento,
así el sabio permanece imperturbable
ante la calumnia y el halago.

 
Los seres son dueños de sus actos,
herederos de sus actos,
hijos de sus actos;
están sujetos a sus actos,
dependen de sus actos;
todo acto que cometan,
sea bueno, sea malo,
de aquel acto heredarán.

Los maestros enseñan el camino,
pero eres tú el que tienes que recorrerlo.



 
Hay un apego sumamente peligroso:
el apego a las opiniones.
Enciende tu propia lámpara.
 

 La verdad es aquello
que produce resultados.
 

 
En este mundo, hasta la fecha,

el odio nunca ha disipado el odio.
Solo el amor disipa el odio.
 


¡Qué fácil es ver las faltas de los demás,
pero qué difícil es ver las propias!
Exhibes las faltas ajenas
como quien halla un pelo en la sopa,
y escondes en cambio las tuyas,
como quien hace trampa en el juego.

Tu peor enemigo no te puede dañar
tanto como tus propios pensamientos.



 

La enseñanza es como una balsa.
Sirve para hacer una travesía,
pero no hay que atarse a ella.
 


El dolor es inevitable,
pero el sufrimiento es opcional.

El pasado es un sueño.
El futuro, un espejismo.
El presente, una nube que pasa.
 

 
Todo lo que somos es

fruto de lo que pensamos. 

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