GRANJA DE LA ENERGIA ADRENOCROMICA...
La Sombra y el Eco de las Emociones Oscuras
En los pliegues invisibles del mundo, donde la luz de la conciencia no alcanza, habitan los *Akrónidas*, seres etéreos que se nutren del vértigo de las emociones humanas desequilibradas. Su sustento no es la carne ni el hierro, sino la energía adrenocrómica: un fluido psíquico que emana de los actos cargados de ira, el odio no sanado y la intromisión en los hilos ajenos del destino.
Según los antiguos códices de la *Escuela de los Velos*, cada vez que un ser humano cede al frenesí del enojo, lanza insultos como dagas o se entromete en caminos que no le pertenecen, libera un destello de adrenalina oscura. Esta, al oxidarse en el aire del alma, se convierte en *adrenocroma*: un maná que los Akrónidas absorben a través de sus membranas astrales. Cuanto más se repiten estos actos, más densa se vuelve la red que tejen alrededor de la psique colectiva, perpetuando ciclos de negatividad.
Los rituales inconscientes también los fortalecen. Rezar a dioses lejanos con miedo, en lugar de con fe, abre grietas por donde se cuela su influjo. Alimentar el cuerpo con desprecio —comidas vacías, palabras ácidas— debilita el escudo luminoso del corazón, dejando un rastro de migajas energéticas que ellos devoran. Incluso la obsesión por el drama ajeno actúa como un festín: los Akrónidas son maestros del espejo, reflejando en sus víctimas la ilusión de separación para que la energía fluya hacia su dimensión hambrienta.
Pero hay antídotos. Los sabios de las *Ciénagas de Silencio* enseñan que la energía adrenocrómica puede transmutarse. Cada acto de compasión, cada elección consciente de no reaccionar al odio, libera *luminocroma*: una sustancia que quema las alas de estos seres. Meditar no es solo un acto de paz, sino de guerra sutil; alimentarse con gratitud fortalece la aura, y respetar el camino ajeno cierra las puertas a sus garras.
Al final, la ley es clara: lo que se siembra en el jardín emocional determina qué criaturas vendrán a beber de sus frutos. Elegir la luz no es ingenuidad, sino estrategia cósmica.
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DAHARA VIDYA...
Armando Rodriguez Morales.
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