Al yuxtaponer la engañosa perspectiva científica moderna del corazón como mera bomba de sangre, con la versión histórica del corazón como símbolo del amor y centro de sabiduría innata y carácter humano, es fácil darse cuenta que clichés como “te amo con todo mi corazón” o “mi corazón reboza de alegría” son sabias referencias poéticas de verdades ancestrales que el paradigma cuántico holográfico de la energía está desvelando y ya ha comprobado científicamente. A un grado tal que la relevancia del corazón como el órgano más importante del cuerpo está siendo reivindicado, incluso, por sobre el cerebro humano.
El corazón: órgano de la verdad humana
Mucha gente piensa que el corazón es sólo una bomba de sangre, pero nada está más alejado de la realidad. Para los antiguos egipcios el corazón era un órgano de la verdad. El corazón es capaz de decir la verdad sobre cómo nos sentimos o si lo que pensamos es cierto o equívoco. Cuando mentimos, por ejemplo, nuestro corazón se acelera. De hecho, el corazón humano tiene neuronas, similares a las del cerebro, y el corazón y el cerebro están interconectados, creando un todo emocional simbiótico. El cerebro humano no es la única fuente de emociones. El corazón y el cerebro trabajan juntos en la producción de emociones.
El corazón humano está adquiriendo cada vez mayor relevancia en el ámbito del conocimiento. El revolucionario Instituto HeartMath, que trabaja desde los años 1980’s, realizó experimentos sumamente relevantes hace dos o tres años. Fue así como el corazón empezó a tomar relevancia como el órgano más importante del cuerpo humano, incluso superando al cerebro.
De acuerdo a las investigaciones del Instituto HeartMath, el campo electromagnético que proyecta el corazón humano hacia fuera puede llegar hasta una distancia de cinco metros. El cerebro también tiene un campo electromagnético, pero es mucho más pequeño. Esto es muy importante porque la información y la energía se transmiten a través de esos campos electromagnéticos toroidales. Esas es la forma que tiene el corazón de enviar información primero al ADN humano y después a todos los sistemas del cuerpo (endocrino, linfático, circulatorio, digestivo, etc.). El corazón también transmite información al lóbulo frontal del cerebro, y lo más curioso es que el envía información con una anticipación de 4.5 segundos. El corazón puede anticiparse a lo que va a pasar, antes que el cerebro. Y del corazón depende toda la salud física y psicológica del ser humano.
La coherencia cardíaca
Todo ser humano debería buscar lo que el Instituto HeartMath llama “la coherencia cardíaca.” De ella depende que la información que el corazón transmite a través de su campo electromagnético sea una información coherente. La coherencia cardíaca se logra gracias a las emociones coherentes (que no es necesariamente lo mismo que emociones negativas o positivas). Cuando el corazón recibe emociones coherentes transmite información coherente a través de su campo electromagnético. Al transmitir información coherente, los sistemas del cuerpo funcionan de manera coherente; si se transmite información incoherente, los sistemas del cuerpo se vuelven incoherentes y el organismo puede enfermase tanto físicamente como mentalmente. El ser humano no puede darse el lujo de tener emociones caóticas e incoherentes.
“El corazón debe experimentar emociones coherentes, pues sus campos electromagnéticos afectan de manera directa el ADN y todas las células de todos los sistemas fisiológicos. Por ello es necesario abandonar el ego y sus negatividades o exaltaciones caóticas y vibrar con emociones coherentes buscando la coherencia cardíaca (o resonancia) para poder comunicarnos de manera eficiente.” (Carlos Delfino en Libre Conciencia)
El campo magnético del corazón está acoplado a campos de información que no están limitados a las clásicas barreras de tiempo y espacio. Estas evidencias vienen de rigurosos estudios experimentales que investigan la hipótesis de que el cuerpo recibe y procesa información acerca de eventos futuros antes que estos realmente sucedan. Los resultados de dichos estudios proveen sorprendentes datos que muestran que tanto el corazón como el cerebro reciben y responden a pre-estímulos de información acerca de eventos futuros. Además, hay indicaciones de que el corazón recibe información intuitiva antes que el cerebro y que el corazón envía diferentes patrones y señales al cerebro, y así lo determina.
La coherencia cardíaca y el universo interconectado
De todas las teorías científicas del universo que emergieron del siglo XX, la más relevante —y útil al ser humano— es la que dice que todo el universo está interconectado y en coherencia. Coherencia implica orden, estructura, armonía y alineación con y entre sistemas, ya sean átomos, organismos vivos, grupos sociales, planetas o galaxias.
La mayoría de las personas saben lo que es sentirse en estado de armonía o en un estado alterado. Cuando nuestro corazón, mente y cuerpo se encuentran en un sentimiento de unidad, logramos ingresar en un estado donde nos sentimos conectados no sólo con lo más profundo de nosotros mismos sino con los demás, incluso con la Tierra. Llamamos a este estado de conectividad interna y externa: coherencia.
Coherencia se refiere a la totalidad, donde el todo es más que la suma de las partes individuales. Para que un sistema funcione debe tener la propiedad de coherencia global, en este caso nuestros sistemas físico, mental, emocional y social. Sin embargo, la eficiencia de la energía y el grado de coordinación en las acciones de cualquier sistema puede variar ampliamente, saliendo del estado de coherencia.
Esto es justamente lo que el premio Nobel de química, Ilya Prigogine, llamó “sistemas alejados del equilibrio” estableciendo las leyes particulares de los mismos. Los seres humanos vivimos en uno de esos sistemas, también conocido como “la matrix” o “la cárcel del alma.” La buena noticia es que se puede escapar de este sistema y también se pueden lograr cosas tan maravillosas e inconcebibles para el paradigma materialista-mecanicista, que eso sería un peligro para la élite global que controla este sistema.
¿Por qué la medicina occidental aún no reconoce el conocimiento de la emoción coherente del corazón?
La medicina tradicional occiental no acepta este conocimiento por encontrarse anclada al paradigma mecanicista-materialista en que la ciencia tradicional se fundamenta. Esto lo saben bien los biofísicos experimentales que trabajan en el nuevo paradigma científico cuántico-holográfico, que es un paradigma que concluye —de manera científica— que la materia no existe en sí, sino que es energía de baja densidad. Para la ciencia cuántica, todo es energía, y debe abordarse como tal. Y el hecho que todavía sigamos anclados en la inercia del viejo paradigma mecanicista de la materia se debe a que las élites que controlan el planeta lo siguen promoviendo como vehículo para impedir que el ser humano pueda dar el salto cuántico que permita la ascención de la conciencia.
Al yuxtaponer la engañosa perspectiva científica moderna del corazón como mera bomba de sangre, con la versión histórica del corazón como símbolo del amor y centro de sabiduría innata y carácter humano, es fácil darse cuenta que clichés como “te amo con todo mi corazón” o “mi corazón reboza de alegría” son sabias referencias poéticas de verdades ancestrales que el paradigma cuántico holográfico de la energía está desvelando y ya ha comprobado científicamente. A un grado tal que la relevancia del corazón como el órgano más importante del cuerpo está siendo reivindicado, incluso, por sobre el cerebro humano.
El corazón: órgano de la verdad humana
Mucha gente piensa que el corazón es sólo una bomba de sangre, pero nada está más alejado de la realidad. Para los antiguos egipcios el corazón era un órgano de la verdad. El corazón es capaz de decir la verdad sobre cómo nos sentimos o si lo que pensamos es cierto o equívoco. Cuando mentimos, por ejemplo, nuestro corazón se acelera. De hecho, el corazón humano tiene neuronas, similares a las del cerebro, y el corazón y el cerebro están interconectados, creando un todo emocional simbiótico. El cerebro humano no es la única fuente de emociones. El corazón y el cerebro trabajan juntos en la producción de emociones.
El corazón humano está adquiriendo cada vez mayor relevancia en el ámbito del conocimiento. El revolucionario Instituto HeartMath, que trabaja desde los años 1980’s, realizó experimentos sumamente relevantes hace dos o tres años. Fue así como el corazón empezó a tomar relevancia como el órgano más importante del cuerpo humano, incluso superando al cerebro.
De acuerdo a las investigaciones del Instituto HeartMath, el campo electromagnético que proyecta el corazón humano hacia fuera puede llegar hasta una distancia de cinco metros. El cerebro también tiene un campo electromagnético, pero es mucho más pequeño. Esto es muy importante porque la información y la energía se transmiten a través de esos campos electromagnéticos toroidales. Esas es la forma que tiene el corazón de enviar información primero al ADN humano y después a todos los sistemas del cuerpo (endocrino, linfático, circulatorio, digestivo, etc.). El corazón también transmite información al lóbulo frontal del cerebro, y lo más curioso es que el envía información con una anticipación de 4.5 segundos. El corazón puede anticiparse a lo que va a pasar, antes que el cerebro. Y del corazón depende toda la salud física y psicológica del ser humano.
La coherencia cardíaca
Todo ser humano debería buscar lo que el Instituto HeartMath llama “la coherencia cardíaca.” De ella depende que la información que el corazón transmite a través de su campo electromagnético sea una información coherente. La coherencia cardíaca se logra gracias a las emociones coherentes (que no es necesariamente lo mismo que emociones negativas o positivas). Cuando el corazón recibe emociones coherentes transmite información coherente a través de su campo electromagnético. Al transmitir información coherente, los sistemas del cuerpo funcionan de manera coherente; si se transmite información incoherente, los sistemas del cuerpo se vuelven incoherentes y el organismo puede enfermase tanto físicamente como mentalmente. El ser humano no puede darse el lujo de tener emociones caóticas e incoherentes.
“El corazón debe experimentar emociones coherentes, pues sus campos electromagnéticos afectan de manera directa el ADN y todas las células de todos los sistemas fisiológicos. Por ello es necesario abandonar el ego y sus negatividades o exaltaciones caóticas y vibrar con emociones coherentes buscando la coherencia cardíaca (o resonancia) para poder comunicarnos de manera eficiente.” (Carlos Delfino en Libre Conciencia)
El campo magnético del corazón está acoplado a campos de información que no están limitados a las clásicas barreras de tiempo y espacio. Estas evidencias vienen de rigurosos estudios experimentales que investigan la hipótesis de que el cuerpo recibe y procesa información acerca de eventos futuros antes que estos realmente sucedan. Los resultados de dichos estudios proveen sorprendentes datos que muestran que tanto el corazón como el cerebro reciben y responden a pre-estímulos de información acerca de eventos futuros. Además, hay indicaciones de que el corazón recibe información intuitiva antes que el cerebro y que el corazón envía diferentes patrones y señales al cerebro, y así lo determina.
La coherencia cardíaca y el universo interconectado
De todas las teorías científicas del universo que emergieron del siglo XX, la más relevante —y útil al ser humano— es la que dice que todo el universo está interconectado y en coherencia. Coherencia implica orden, estructura, armonía y alineación con y entre sistemas, ya sean átomos, organismos vivos, grupos sociales, planetas o galaxias.
La mayoría de las personas saben lo que es sentirse en estado de armonía o en un estado alterado. Cuando nuestro corazón, mente y cuerpo se encuentran en un sentimiento de unidad, logramos ingresar en un estado donde nos sentimos conectados no sólo con lo más profundo de nosotros mismos sino con los demás, incluso con la Tierra. Llamamos a este estado de conectividad interna y externa: coherencia.
Coherencia se refiere a la totalidad, donde el todo es más que la suma de las partes individuales. Para que un sistema funcione debe tener la propiedad de coherencia global, en este caso nuestros sistemas físico, mental, emocional y social. Sin embargo, la eficiencia de la energía y el grado de coordinación en las acciones de cualquier sistema puede variar ampliamente, saliendo del estado de coherencia.
Esto es justamente lo que el premio Nobel de química, Ilya Prigogine, llamó “sistemas alejados del equilibrio” estableciendo las leyes particulares de los mismos. Los seres humanos vivimos en uno de esos sistemas, también conocido como “la matrix” o “la cárcel del alma.” La buena noticia es que se puede escapar de este sistema y también se pueden lograr cosas tan maravillosas e inconcebibles para el paradigma materialista-mecanicista, que eso sería un peligro para la élite global que controla este sistema.
¿Por qué la medicina occidental aún no reconoce el conocimiento de la emoción coherente del corazón?
La medicina tradicional occiental no acepta este conocimiento por encontrarse anclada al paradigma mecanicista-materialista en que la ciencia tradicional se fundamenta. Esto lo saben bien los biofísicos experimentales que trabajan en el nuevo paradigma científico cuántico-holográfico, que es un paradigma que concluye —de manera científica— que la materia no existe en sí, sino que es energía de baja densidad. Para la ciencia cuántica, todo es energía, y debe abordarse como tal. Y el hecho que todavía sigamos anclados en la inercia del viejo paradigma mecanicista de la materia se debe a que las élites que controlan el planeta lo siguen promoviendo como vehículo para impedir que el ser humano pueda dar el salto cuántico que permita la ascención de la conciencia.
El nuevo paradigma científico
Para el nuevo paradigma cuántico-holográfico, también conocido como paradigma de la energía, el ADN humano no sólo produce proteínas. Pjotr Garjajev, un científico ruso que estudió la la totalidad del genoma humano, afirma que el ADN es un sistema cuántico macroscópico que se regenera. De acuerdo a esto, el reconocido físico Sir Roger Penrose y el médico Hameroff establecen que la conciencia no surge de la complejidad neuronal, sino que la conciencia es todo lo que hay, y se asienta en todas las células del cuerpo.
“Penrose y Hameroff trabajaron juntos y descubrieron que en cada una de nuestras células, y no solamente en las neuronas, sino también en el citoesqueleto que son los microtúbulos de polímeros que están en cada una de nuestras células, allí se asienta la conciencia de forma cuántica. Así que todas las células de nuestro cuerpo piensan, y también las que están en el campo bioenergético. El alma está en todo el cuerpo, está en el campo bioenergético, y a su vez el campo bioenergético está entrelazado con el vacío cuántico, es decir, con la conciencia absoluta. Ese es el paradigma que estamos tratando de difundir.” (Carlos Delfino en Vida Coherente).
Gracias a estos fundamentos de la nueva ciencia cuántica de Penrose y Hameroff, el catedrático ruso Dr. Konstantin Korotkov pudo desarrollar el método Korotkov VDG para ver la conciencia. Para ello, inventó una cámara llamada “Cámara Kirlian” que es capaz de fotografiar energía solamente, a la cual agregó un método de visualización por descarga de gas (VDG). Es decir que descargando un gas y tomando la foto con esa cámara logró fotografiar el alma (término religioso) o la conciencia (término científico) humana al salir del cuerpo.
Al yuxtaponer la engañosa perspectiva científica moderna del corazón como mera bomba de sangre, con la versión histórica del corazón como símbolo del amor y centro de sabiduría innata y carácter humano, es fácil darse cuenta que clichés como “te amo con todo mi corazón” o “mi corazón reboza de alegría” son sabias referencias poéticas de verdades ancestrales que el paradigma cuántico holográfico de la energía está desvelando y ya ha comprobado científicamente. A un grado tal que la relevancia del corazón como el órgano más importante del cuerpo está siendo reivindicado, incluso, por sobre el cerebro humano.
El corazón: órgano de la verdad humana
Mucha gente piensa que el corazón es sólo una bomba de sangre, pero nada está más alejado de la realidad. Para los antiguos egipcios el corazón era un órgano de la verdad. El corazón es capaz de decir la verdad sobre cómo nos sentimos o si lo que pensamos es cierto o equívoco. Cuando mentimos, por ejemplo, nuestro corazón se acelera. De hecho, el corazón humano tiene neuronas, similares a las del cerebro, y el corazón y el cerebro están interconectados, creando un todo emocional simbiótico. El cerebro humano no es la única fuente de emociones. El corazón y el cerebro trabajan juntos en la producción de emociones.
El corazón humano está adquiriendo cada vez mayor relevancia en el ámbito del conocimiento. El revolucionario Instituto HeartMath, que trabaja desde los años 1980’s, realizó experimentos sumamente relevantes hace dos o tres años. Fue así como el corazón empezó a tomar relevancia como el órgano más importante del cuerpo humano, incluso superando al cerebro.
De acuerdo a las investigaciones del Instituto HeartMath, el campo electromagnético que proyecta el corazón humano hacia fuera puede llegar hasta una distancia de cinco metros. El cerebro también tiene un campo electromagnético, pero es mucho más pequeño. Esto es muy importante porque la información y la energía se transmiten a través de esos campos electromagnéticos toroidales. Esas es la forma que tiene el corazón de enviar información primero al ADN humano y después a todos los sistemas del cuerpo (endocrino, linfático, circulatorio, digestivo, etc.). El corazón también transmite información al lóbulo frontal del cerebro, y lo más curioso es que el envía información con una anticipación de 4.5 segundos. El corazón puede anticiparse a lo que va a pasar, antes que el cerebro. Y del corazón depende toda la salud física y psicológica del ser humano.
La coherencia cardíaca
Todo ser humano debería buscar lo que el Instituto HeartMath llama “la coherencia cardíaca.” De ella depende que la información que el corazón transmite a través de su campo electromagnético sea una información coherente. La coherencia cardíaca se logra gracias a las emociones coherentes (que no es necesariamente lo mismo que emociones negativas o positivas). Cuando el corazón recibe emociones coherentes transmite información coherente a través de su campo electromagnético. Al transmitir información coherente, los sistemas del cuerpo funcionan de manera coherente; si se transmite información incoherente, los sistemas del cuerpo se vuelven incoherentes y el organismo puede enfermase tanto físicamente como mentalmente. El ser humano no puede darse el lujo de tener emociones caóticas e incoherentes.
“El corazón debe experimentar emociones coherentes, pues sus campos electromagnéticos afectan de manera directa el ADN y todas las células de todos los sistemas fisiológicos. Por ello es necesario abandonar el ego y sus negatividades o exaltaciones caóticas y vibrar con emociones coherentes buscando la coherencia cardíaca (o resonancia) para poder comunicarnos de manera eficiente.” (Carlos Delfino en Libre Conciencia)
El campo magnético del corazón está acoplado a campos de información que no están limitados a las clásicas barreras de tiempo y espacio. Estas evidencias vienen de rigurosos estudios experimentales que investigan la hipótesis de que el cuerpo recibe y procesa información acerca de eventos futuros antes que estos realmente sucedan. Los resultados de dichos estudios proveen sorprendentes datos que muestran que tanto el corazón como el cerebro reciben y responden a pre-estímulos de información acerca de eventos futuros. Además, hay indicaciones de que el corazón recibe información intuitiva antes que el cerebro y que el corazón envía diferentes patrones y señales al cerebro, y así lo determina.
La coherencia cardíaca y el universo interconectado
De todas las teorías científicas del universo que emergieron del siglo XX, la más relevante —y útil al ser humano— es la que dice que todo el universo está interconectado y en coherencia. Coherencia implica orden, estructura, armonía y alineación con y entre sistemas, ya sean átomos, organismos vivos, grupos sociales, planetas o galaxias.
La mayoría de las personas saben lo que es sentirse en estado de armonía o en un estado alterado. Cuando nuestro corazón, mente y cuerpo se encuentran en un sentimiento de unidad, logramos ingresar en un estado donde nos sentimos conectados no sólo con lo más profundo de nosotros mismos sino con los demás, incluso con la Tierra. Llamamos a este estado de conectividad interna y externa: coherencia.
Coherencia se refiere a la totalidad, donde el todo es más que la suma de las partes individuales. Para que un sistema funcione debe tener la propiedad de coherencia global, en este caso nuestros sistemas físico, mental, emocional y social. Sin embargo, la eficiencia de la energía y el grado de coordinación en las acciones de cualquier sistema puede variar ampliamente, saliendo del estado de coherencia.
Esto es justamente lo que el premio Nobel de química, Ilya Prigogine, llamó “sistemas alejados del equilibrio” estableciendo las leyes particulares de los mismos. Los seres humanos vivimos en uno de esos sistemas, también conocido como “la matrix” o “la cárcel del alma.” La buena noticia es que se puede escapar de este sistema y también se pueden lograr cosas tan maravillosas e inconcebibles para el paradigma materialista-mecanicista, que eso sería un peligro para la élite global que controla este sistema.
¿Por qué la medicina occidental aún no reconoce el conocimiento de la emoción coherente del corazón?
La medicina tradicional occiental no acepta este conocimiento por encontrarse anclada al paradigma mecanicista-materialista en que la ciencia tradicional se fundamenta. Esto lo saben bien los biofísicos experimentales que trabajan en el nuevo paradigma científico cuántico-holográfico, que es un paradigma que concluye —de manera científica— que la materia no existe en sí, sino que es energía de baja densidad. Para la ciencia cuántica, todo es energía, y debe abordarse como tal. Y el hecho que todavía sigamos anclados en la inercia del viejo paradigma mecanicista de la materia se debe a que las élites que controlan el planeta lo siguen promoviendo como vehículo para impedir que el ser humano pueda dar el salto cuántico que permita la ascención de la conciencia.
El nuevo paradigma científico
Para el nuevo paradigma cuántico-holográfico, también conocido como paradigma de la energía, el ADN humano no sólo produce proteínas. Pjotr Garjajev, un científico ruso que estudió la la totalidad del genoma humano, afirma que el ADN es un sistema cuántico macroscópico que se regenera. De acuerdo a esto, el reconocido físico Sir Roger Penrose y el médico Hameroff establecen que la conciencia no surge de la complejidad neuronal, sino que la conciencia es todo lo que hay, y se asienta en todas las células del cuerpo.
“Penrose y Hameroff trabajaron juntos y descubrieron que en cada una de nuestras células, y no solamente en las neuronas, sino también en el citoesqueleto que son los microtúbulos de polímeros que están en cada una de nuestras células, allí se asienta la conciencia de forma cuántica. Así que todas las células de nuestro cuerpo piensan, y también las que están en el campo bioenergético. El alma está en todo el cuerpo, está en el campo bioenergético, y a su vez el campo bioenergético está entrelazado con el vacío cuántico, es decir, con la conciencia absoluta. Ese es el paradigma que estamos tratando de difundir.” (Carlos Delfino en Vida Coherente).
Gracias a estos fundamentos de la nueva ciencia cuántica de Penrose y Hameroff, el catedrático ruso Dr. Konstantin Korotkov pudo desarrollar el método Korotkov VDG para ver la conciencia. Para ello, inventó una cámara llamada “Cámara Kirlian” que es capaz de fotografiar energía solamente, a la cual agregó un método de visualización por descarga de gas (VDG). Es decir que descargando un gas y tomando la foto con esa cámara logró fotografiar el alma (término religioso) o la conciencia (término científico) humana al salir del cuerpo.
Emociones negativas intensas son un riesgo para la salud
La relación entre el cerebro y el corazón puede verificarse al observar cómo la perspectiva mental y emocional determina la salud —especialmente la salud del corazón. La ira intensa, por ejemplo, eleva cinco veces el riesgo de ataque al corazón, y tres veces el riesgo de derrame cerebral.
El dolor intenso después de la pérdida de un ser querido incrementa el riesgo de tener un ataque al corazón. El día siguiente a la pérdida el riesgo es 21 veces mayor, y se mantiene seis veces más alto que lo normal por algunas semanas (1).
Estudios también muestran que la gente expuesta a experiencias traumáticas, por ejemplo, veteranos de guerra, damnificados por desastres naturales o financieros, registran tazas más altas de problemas cardíacos que la población general (2).
Una actitud positiva puede reducir el riesgo ataque al corazón
Así como las emociones negativas tienen el potencial de dañar el corazón, las emociones positivas pueden sanarlo. En un estudio (3), de cerca de 1,500 personas con alto riesgo de padecimiento de arteria coronaria, aquellos que reportaron ser alegres, relajados, satisfechos con la vida, llenos de energía, redujeron en un tercio eventos coronarios como ataques de corazón. Aquellos con el riesgo más alto de eventos coronarios registraron una reducción de cerca del 50% de riesgo.
Otros estudios han reportado que:
• El bienestar psicológico está asociado con la reducción consistente de riesgo de padecimiento coronario del corazón (4).
• La vitalidad emocional puede proteger a hombres y mujeres de riesgo de padecimiento coronario del corazón (5).
• Pacientes alegres con padecimientos cardíacos viven más que los pacientes pesimistas con padecimientos cardíacos (6).
• Personas muy optimistas tienen riesgo menor de morir por cualquier causa, así como riesgo menor de morir por un ataque al corazón en comparación con personas negativas (7).
Terapéutica de la coherencia cardíaca
Las investigaciones del Instituto HeartMath han demostrado que los cambios en el ritmo cardíaco, llamados también variabilidad de ritmo cardíaco (VRC), reflejan el estado emocional del ser humano. De acuerdo a esta lógica, todo ser humano debe alcanzar lo que se conoce como la coherencia cardíaca:
Encontrar el propio patrón de ritmo (la estructura en los cambios de pulsos en períodos de tiempo y no el pulso cardíaco en un momento específico), sin racionalizarlo y tener una técnica para volver la VRC a la normalidad. Esto se puede lograr mediante los ejercicios que promueve el propio Instituto HeartMath, y también con terapia de sonido, con música, cantos, solfeggios, sonidos ancestrales y la frecuencia 432 Hz.
Debemos buscar la coherencia cardíaca para proteger la salud, ya que todo el ADN está en resonancia con las ‘ondas de sonido’ del corazón. El corazón debe también experimentar emociones coherentes para que el campo electromagnético toroidal pueda entrelazarse con el Vacío Cuántico, y con la totalidad del universo, para facilitar así el proceso del despertar de la conciencia y salir definitivamente de la mátrix materialista-mecanicista en que vivimos
Fuentes:
1. Circulation. 2012 Jan 24;125(3):491-6.
2. NBC News March 10, 2013.
3. Am J Cardiol. 2013 Oct 15;112(8):1120-5.
4. Health Psychol. 2011 May; 30(3): 259–267.
5. Arch Gen Psychiatry. 2007 Dec;64(12):1393-401.
6. Proc Natl Acad Sci U S A. 2011 November 8; 108(45): 18244–18248.
7. Arch Gen Psychiatry. 2004;61(11):1126-1135. Arch Gen Psychiatry. 2004;61(11):1126-1135.
8. Libre Conciencia. Sobre el universo y el hombre – El corazón del ser humano I y III.
9. Wake-Up World.
2. NBC News March 10, 2013.
3. Am J Cardiol. 2013 Oct 15;112(8):1120-5.
4. Health Psychol. 2011 May; 30(3): 259–267.
5. Arch Gen Psychiatry. 2007 Dec;64(12):1393-401.
6. Proc Natl Acad Sci U S A. 2011 November 8; 108(45): 18244–18248.
7. Arch Gen Psychiatry. 2004;61(11):1126-1135. Arch Gen Psychiatry. 2004;61(11):1126-1135.
8. Libre Conciencia. Sobre el universo y el hombre – El corazón del ser humano I y III.
9. Wake-Up World.
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