Los mayas tenían prácticas sexuales distintas a los demás, éstas marcaban su identidad y hacían que pertenecieran a esta tribu. El sexo era visto como un ingrediente fundamental para la reproducción y el desarrollo del pueblo.
Entender las prácticas sexuales de diferentes pueblos es muy complicado, pues éstas forman parte del todo de la sociedad. Los mayas se centraban en el fomento a la templanza sexual; hombres y mujeres debían permanecer puros hasta el matrimonio para lograr un equilibrio corporal y mantener el balance de todas las cosas. Las prácticas sexuales eran concebidas como un obsequio de los dioses. El amor, el placer y la sexualidad eran simbólicos y estaban relacionados con el bienestar de la sociedad. Una práctica en la que dos seres humanos lograban complementarse.
Los mayas, igual que el texto hindú Kamasutra, realizaron un texto en el que se explican sus posturas sexuales, sin embargo, la práctica se distingue en una característica esencial: el lugar donde se realiza. Su libro, llamado Mayasutra, por la relación que guarda con el bien conocido Kamasutra, tiene posturas sexuales provocadoras que se basan en la espiritualidad y conexión de sus participantes realizadas en una hamaca. Se realizan en un nivel intelectual y sentimental, sin darle tanta prioridad a lo físico y basándose en el crecimiento espiritual.
Los nombres de las posturas se asocian directamente a los animales sagrados, los símbolos cósmicos y los cuatro elementos de la naturaleza en los que esta civilización creía. El trabajo, aunque no parece realizado por la antigua civilización, a la que ha sido difícil descifrar, sí hace una gran referencia a lo que ellos creían y su conexión sexual, en la que no sólo involucraban a dos personas, sino a todo el cosmos; el mundo espiritual y terrenal se encontraban en ese instante.
La muerte
De rodillas en la hamaca, él debe dejar un pie debajo para equilibrarla. Sus dos manos le ayudarán a balancearse. Mientras ella coloca sus nalgas cerca de él, el hombre podrá balancearse, con cuidado para mantener la estabilidad.
Conejo
Sosteniéndose de la hamaca, ambos de frente podrán balancearse al ritmo deseado y además, tendrán la ayuda de la hamaca para acomodarse adecuadamente y sin preocupaciones de cansarse.
Camino
Ambos recostados, uno frente al otro, pueden entrelazar las piernas y balancearse suavemente, para que él introduzca el pene en la vagina. Puede tomarla de las rodillas para lograr un mayor empuje.
Águila
Ella sobre él, con las piernas abiertas y con la planta del pie izquierdo apoyada sobre la hamaca, se balanceará para lograr que él experimente las sensaciones más placenteras. En esta posición la mujer es capaz de llevar el ritmo y él quedará estupefacto ante los nuevos movimientos que trae esta posición.
Noche
El varón se recuesta sobre la hamaca e intenta quedar casi sentado, después la mujer se sienta encima de él para quedar de frente. Con esta posición, los dos pueden verse a los ojos, por lo que la intimidad es mucho mayor. Además, ella puede controlar el ritmo del acto sexual.
Buitre
El buitre necesita un gran trabajo en pareja. La manera más sencilla de realizarlo es que ella se acueste en la hamaca y doble las piernas. Después, él sube. Deberán sostenerse el uno al otro para que ningún accidente ocurra, hasta que él logre penetrarla. Él deberá balancearse apoyándose en las manos de ella, y la mujer tendrá que sostenerlo apoyando los codos en la hamaca.
Caña
La mujer deberá recostarse boca abajo sobre la hamaca, el varón, poco a poco colocará sus piernas arriba de la hamaca, tratando de no perder el equilibrio con sus brazos. Con esta posición, él podrá darle placer a su compañera también con sus manos.
Jaguar
Recostado boca arriba, él disfrutará de una vista magnífica con esta posición, en la que las nalgas de la mujer serán el atractivo principal. Ella puede moverse suavemente, mientras el hombre acaricia sus nalgas.
Luz
Una pose bastante cómoda para ambos. Ella apoya su cuerpo en las rodillas y brazos, mientras él, como en la posición tradicional del perrito, empuja su cuerpo contra el de su pareja, tratando de balancearse al mismo ritmo para que la hamaca no sea un impedimento.
Perro
Esta posición no se parece en nada a nuestro perrito tradicional, es más bien una especie de 69 en el que ambos logran darse placer oral simultáneo.
Mono
Probablemente sea la posición maya más complicada. La mujer debe sostener todo su cuerpo con sus brazos y piernas, mientras él, sostenido en el piso, puede balancearse para lograr introducir su pene en la vagina de su pareja.
Pedernal de piedra
Parado sobre el piso, él tendrá todo el control de la situación. La mujer, recostada, con una pierna arriba del hombro de su pareja y la otra sosteniéndose en la hamaca, disfrutará de la situación mientras él se balancea con comodidad al interior de ella.
Las mejores posiciones del kamasutra maya
Los mayas tenían prácticas sexuales distintas a los demás, éstas marcaban su identidad y hacían que pertenecieran a esta tribu. El sexo era visto como un ingrediente fundamental para la reproducción y el desarrollo del pueblo.
Entender las prácticas sexuales de diferentes pueblos es muy complicado, pues éstas forman parte del todo de la sociedad. Los mayas se centraban en el fomento a la templanza sexual; hombres y mujeres debían permanecer puros hasta el matrimonio para lograr un equilibrio corporal y mantener el balance de todas las cosas. Las prácticas sexuales eran concebidas como un obsequio de los dioses. El amor, el placer y la sexualidad eran simbólicos y estaban relacionados con el bienestar de la sociedad. Una práctica en la que dos seres humanos lograban complementarse.
Los mayas, igual que el texto hindú Kamasutra, realizaron un texto en el que se explican sus posturas sexuales, sin embargo, la práctica se distingue en una característica esencial: el lugar donde se realiza. Su libro, llamado Mayasutra, por la relación que guarda con el bien conocido Kamasutra, tiene posturas sexuales provocadoras que se basan en la espiritualidad y conexión de sus participantes realizadas en una hamaca. Se realizan en un nivel intelectual y sentimental, sin darle tanta prioridad a lo físico y basándose en el crecimiento espiritual.
Los nombres de las posturas se asocian directamente a los animales sagrados, los símbolos cósmicos y los cuatro elementos de la naturaleza en los que esta civilización creía. El trabajo, aunque no parece realizado por la antigua civilización, a la que ha sido difícil descifrar, sí hace una gran referencia a lo que ellos creían y su conexión sexual, en la que no sólo involucraban a dos personas, sino a todo el cosmos; el mundo espiritual y terrenal se encontraban en ese instante.
La muerte
De rodillas en la hamaca, él debe dejar un pie debajo para equilibrarla. Sus dos manos le ayudarán a balancearse. Mientras ella coloca sus nalgas cerca de él, el hombre podrá balancearse, con cuidado para mantener la estabilidad.
Conejo
Sosteniéndose de la hamaca, ambos de frente podrán balancearse al ritmo deseado y además, tendrán la ayuda de la hamaca para acomodarse adecuadamente y sin preocupaciones de cansarse.
Camino
Ambos recostados, uno frente al otro, pueden entrelazar las piernas y balancearse suavemente, para que él introduzca el pene en la vagina. Puede tomarla de las rodillas para lograr un mayor empuje.
Águila
Ella sobre él, con las piernas abiertas y con la planta del pie izquierdo apoyada sobre la hamaca, se balanceará para lograr que él experimente las sensaciones más placenteras. En esta posición la mujer es capaz de llevar el ritmo y él quedará estupefacto ante los nuevos movimientos que trae esta posición.
Noche
El varón se recuesta sobre la hamaca e intenta quedar casi sentado, después la mujer se sienta encima de él para quedar de frente. Con esta posición, los dos pueden verse a los ojos, por lo que la intimidad es mucho mayor. Además, ella puede controlar el ritmo del acto sexual.
Buitre
El buitre necesita un gran trabajo en pareja. La manera más sencilla de realizarlo es que ella se acueste en la hamaca y doble las piernas. Después, él sube. Deberán sostenerse el uno al otro para que ningún accidente ocurra, hasta que él logre penetrarla. Él deberá balancearse apoyándose en las manos de ella, y la mujer tendrá que sostenerlo apoyando los codos en la hamaca.
Caña
La mujer deberá recostarse boca abajo sobre la hamaca, el varón, poco a poco colocará sus piernas arriba de la hamaca, tratando de no perder el equilibrio con sus brazos. Con esta posición, él podrá darle placer a su compañera también con sus manos.
Jaguar
Recostado boca arriba, él disfrutará de una vista magnífica con esta posición, en la que las nalgas de la mujer serán el atractivo principal. Ella puede moverse suavemente, mientras el hombre acaricia sus nalgas.
Luz
Una pose bastante cómoda para ambos. Ella apoya su cuerpo en las rodillas y brazos, mientras él, como en la posición tradicional del perrito, empuja su cuerpo contra el de su pareja, tratando de balancearse al mismo ritmo para que la hamaca no sea un impedimento.
Perro
Esta posición no se parece en nada a nuestro perrito tradicional, es más bien una especie de 69 en el que ambos logran darse placer oral simultáneo.
Mono
Probablemente sea la posición maya más complicada. La mujer debe sostener todo su cuerpo con sus brazos y piernas, mientras él, sostenido en el piso, puede balancearse para lograr introducir su pene en la vagina de su pareja.
Pedernal de piedra
Parado sobre el piso, él tendrá todo el control de la situación. La mujer, recostada, con una pierna arriba del hombro de su pareja y la otra sosteniéndose en la hamaca, disfrutará de la situación mientras él se balancea con comodidad al interior de ella.
Fuente https://redaccion.lamula.pe/2015/06/18/el-kamasutra-de-los-antiguos-mayas/gianaguero/
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