Conoce mas sobre la DMT.
La dimetiltriptamina, también conocida por las siglas DMT de su nombre
químico, es un alcaloide que fue sintetizado por primera vez en 1931,
aunque sus características alucinógenas se descubrieron recién hasta
1956 (está presente, de hecho en plantas como la ayahuasca).
Investigaciones posteriores clasificaron a la DMT como “el primer
psicodélico humano endógeno”, ya que no sólo se encontraba en la naturaleza, sino que también lo producía nuestro propio cuerpo.
El doctor Rick Strassman, un médico norteamericano especializado en psiquiatría con una beca de investigación en psicofarmacología clínica, a partir de 1990, en las instalaciones de la Universidad de nuevo México, en Albuquerque, suministró durante un período de cinco años dosis específicas de esta sustancia (0.2, 0.3 y 0.4 mg/kg) a 60 pacientes para medir sus efectos, y concluyó que “en nuestros voluntarios una dosis completa de DMT casi instantáneamente provocó intensas visiones psicodélicas, la sensación de que la mente se había separado del cuerpo, y otras emociones sobrecogedoras. Estos efectos reemplazaron completamente cualquier otra cosa que había ocupado sus mentes justo antes de que se les administrara la droga. Los efectos empezaron segundos antes de finalizar los 30 segundos que dura la aplicación de la inyección, y el pico de la respuesta a la DMT ocurrió a los 2 minutos y los voluntarios sintieron que estaban bajando a los 5 minutos. La mayoría fueron capaces de hablar entre 12 y 15 minutos después de la inyección de la droga, aunque permanecían moderadamente intoxicados. Casi todos se sintieron relativamente normales 30 minutos después. En promedio el ritmo cardíaco o pulso subieron de 70 latidos por minuto hasta 100, y la presión sanguínea también saltó de valores de 110/70 hasta un promedio de 145/100. Tanto el pulso como la presión cayeron casi tan rápidamente como subieron”.
Algunos de los testimonios de los pacientes a los cuales se les suministró DMT fueron sorprendentes. Un paciente identificado como Don Wright recordó que “nunca había experimentado algo como esto antes. Sentí como una pausa, una compresión en mi pecho que me hizo forzar mi respiración un poco. Y después escuché un sonido que comenzaba a subir. Entonces percibía un túnel y sentía cómo me iba resbalando por este túnel con un ángulo de 45° y al final del mismo veía una luz resplandeciente, y cuando chocaba contra esa luz me encontraba ya en otro mundo”. El paciente Andrew Stone agregó, por su parte, que “me encontré en este espacio en el que estaban estos arcángeles o como quieran llamarles, ahí sentados. Y entonces ellos estaban ahí bromeando unos con otros diciendo: “Hey, miren nada más quien acaba de despertar y nos ve”. Esa experiencia fue muy vívida y me hizo mucho más humilde porque te das cuenta de que los seres humanos somos unos principiantes. Después de estos experimentos con DMT me involucré de lleno en estudios místicos y profundicé leyendo escritos sobre misticismo para tratar de comprender estas grandiosas experiencias que tuve”.
Chris Mueli, otro de los pacientes que recibió varias dosis de DMT, aseguró por su parte que “en un momento apareció una ciudad a la distancia. Era oscura, verde y había muchas luces brillando bajo las nubes. Y todo esto empezó después de que pasaran frente a mis ojos unos tremendos patrones geométricos que eran increíblemente rápidos, eran tan rápidos que no se pueden ni describir. Estaba mirando la ciudad a lo lejos cuando de repente una gran bola de luz me pasó por enfrente. Yo me pregunté “¿Qué fue eso?”, pero no me asustó, aunque estuvo bastante cerca. Después de eso empecé a mirar a mi alrededor preguntándome “¿Qué hago yo aquí?” y justo después noté a esta mujer justo a mi derecha. Tenía una larga nariz, la piel verde y me di cuenta de que ella era la que estaba controlando la intensidad de la luz en la ciudad a lo lejos. Yo dije ¡Wow!, y en cuanto la miré, ella se dio cuenta de que la observaba y me preguntó: “¿Qué más quieres?” así que yo le dije: “¿Qué más tienes?” Ella detuvo lo que hacía y se acerco a mí y tomo algo así como un desarmador y, aunque suene increíble, destapó un lado de mi cabeza, y sentí toda esta presión irse y yo le dije: “Uf!, me siento muchísimo mejor”.
Después de los experimentos, se determinó que cerca del 70% de los voluntarios habían asegurado que los experimentos con la DTM estaban dentro de las 5 experiencias espirituales personales más significativas de sus vidas. El psiquiatra Allan Wats consideró, de hecho, que el término “mind blowing” (explosivo mental) debió haber sido inventado para definir a esta droga: “Es como ser disparado desde la punta de un cañón atómico… Los pensamientos y las visiones se suceden a gran velocidad; una sensación de abandonar o trascender el tiempo y una sensación de que los objetos han perdido toda forma y se están disolviendo en un juego de vibraciones es característico. El efecto puede ser la transportación instantánea hacia otro universo en un viaje sin tiempo… La DMT es muy interesante y extremadamente intensa, aunque no necesariamente placentera”.
La DMT, la partícula del alma
El doctor Rick Strassman, quien posteriormente publicaría los resultados de su sorprendente investigación en el libro “DMT: The Spirit Molecule” (“ DMT: la partícula del espíritu”), admitió que “lo que me atraía de la DMT era su presencia natural en el organismo humano. La fuente de esta sustancia parece ser la misteriosa glándula pineal, un minúsculo órgano situado en el centro del cerebro. La medicina moderna sabe muy poco sobre la función de esta pequeña glándula, que tiene una abundante historia “metafísica”. Por ejemplo, Descartes decía que la glándula pineal era la “sede del alma” y, según las tradiciones místicas occidentales y orientales, el centro de nuestro espíritu más elevado se encuentra precisamente allí. Me fui interesando en la glándula pineal como una posible fuente de algún químico alucinogéno en el cerebro porque también tiene una larga historia en el contexto de la literatura mística. Ha sido descrita como el tercer ojo o el “crown chakra” y este tipo de cosas, y se habla de que puede ser activado cuando se adquiere un nivel elevado de conciencia mística. Y uno de los aspectos realmente interesantes del desarrollo pineal es que aparece en el embrión humano exactamente a los 49 días de gestación, y sorprendentemente 49 días es también el tiempo que los monjes tibetanos creen que tarda un alma en reencarnarse de nuevo en otro cuerpo. Esa es una coincidencia bastante interesante. También se da la diferenciación del feto en sexo masculino o femenino a los 49 días. Así fue que me impactó toda esta correspondencia temporal, y conforme fui avanzando empecé a investigar acerca de las propiedades químicas de la glándula pineal. Y fue bastante aparente que esta era capaz de producir un compuesto llamado DMT o Dimetiltriptamina, que es como el primo químico de la Serotonina. Y es un químico de tipo profundamente alucinógeno. Es como si la glándula pineal tuviera todos los precursores, enzimas y bloques constructivos requeridos para producir DMT.”
El doctor Strassman agregó que “nuestros experimentos nos permitieron concluir que la producción excesiva de DMT por la glándula pineal tenía que ver con los estados «psicodélicos» que ocurren naturalmente. Entre ellos cabe mencionar las experiencias del nacimiento, la muerte, las experiencias cercanas a la muerte, la psicosis y las experiencias místicas. Un tiempo después, cuando el estudio ya estaba bien avanzado, empecé también a considerar el papel de la DMT en las experiencias de “raptos por extraterrestres”, pues uno de los aspectos más inesperados de los resultados del estudio, fue la frecuencia con la que las personas describieron contactos con unos tipos de entes inteligentes, los cuales eran conscientes de esto e interactuaban con los voluntarios en un tipo de espacio extremadamente extraño”.
Detalló en su estudio que la glándula pineal estaba extremadamente bien protegida del stress, pero igualmente podía estresarse si el stress era suficientemente alto. “Los mecanismos pineales pueden ser modificados. Y obviamente, el momento de mayor stress es el momento de la muerte. Las hormonas del stress como adrenalina y endorfina se encuentran a niveles extraordinariamente altos al momento de la muerte, y este a su vez, posiblemente estimule la salida de DMT desde la glándula pineal. Y es así que uno puede concebir la conciencia de un individuo a punto de morir, siendo expuesto a este gran relámpago de DMT, por lo que lo último de lo se es consciente en el cuerpo es la experiencia de gran cantidad de este increíble compuesto alucinógeno”.
Strassman concluyó, finalmente, que la dimetiltriptamina al vincularse con la generación de imágenes en los sueños, con los estados de conciencia que generan las experiencias cercanas a la muerte y todo tipo de experiencias místicas, es “una especie de portal para la transición del espíritu fuera del cuerpo, a mi parecer. En cierto sentido, la presencia de DMT en nuestro cerebro, en nuestra corriente sanguínea, es como una prueba de que existe una realidad espiritual, sin mencionar que la glándula pineal, como se mencionó anteriormente, se hace visible en el feto humano a los 49 días, que es la misma cantidad de días en los que un alma tarda en reencarnar según el Libro Tibetano de los Muertos, por lo que no es descabellado afirmar que el alma encarna en el cuerpo a la séptima semana de embarazo. Siguiendo los informes de experiencias cercanas a la muerte en los que se describen momentos de conciencia fuera del cuerpo, creo es el DMT el que hace accesible estos estados de conciencia, mientras que la glándula pineal podría actuar como una antena o un pararrayos para el alma”.
El doctor Rick Strassman, un médico norteamericano especializado en psiquiatría con una beca de investigación en psicofarmacología clínica, a partir de 1990, en las instalaciones de la Universidad de nuevo México, en Albuquerque, suministró durante un período de cinco años dosis específicas de esta sustancia (0.2, 0.3 y 0.4 mg/kg) a 60 pacientes para medir sus efectos, y concluyó que “en nuestros voluntarios una dosis completa de DMT casi instantáneamente provocó intensas visiones psicodélicas, la sensación de que la mente se había separado del cuerpo, y otras emociones sobrecogedoras. Estos efectos reemplazaron completamente cualquier otra cosa que había ocupado sus mentes justo antes de que se les administrara la droga. Los efectos empezaron segundos antes de finalizar los 30 segundos que dura la aplicación de la inyección, y el pico de la respuesta a la DMT ocurrió a los 2 minutos y los voluntarios sintieron que estaban bajando a los 5 minutos. La mayoría fueron capaces de hablar entre 12 y 15 minutos después de la inyección de la droga, aunque permanecían moderadamente intoxicados. Casi todos se sintieron relativamente normales 30 minutos después. En promedio el ritmo cardíaco o pulso subieron de 70 latidos por minuto hasta 100, y la presión sanguínea también saltó de valores de 110/70 hasta un promedio de 145/100. Tanto el pulso como la presión cayeron casi tan rápidamente como subieron”.
Algunos de los testimonios de los pacientes a los cuales se les suministró DMT fueron sorprendentes. Un paciente identificado como Don Wright recordó que “nunca había experimentado algo como esto antes. Sentí como una pausa, una compresión en mi pecho que me hizo forzar mi respiración un poco. Y después escuché un sonido que comenzaba a subir. Entonces percibía un túnel y sentía cómo me iba resbalando por este túnel con un ángulo de 45° y al final del mismo veía una luz resplandeciente, y cuando chocaba contra esa luz me encontraba ya en otro mundo”. El paciente Andrew Stone agregó, por su parte, que “me encontré en este espacio en el que estaban estos arcángeles o como quieran llamarles, ahí sentados. Y entonces ellos estaban ahí bromeando unos con otros diciendo: “Hey, miren nada más quien acaba de despertar y nos ve”. Esa experiencia fue muy vívida y me hizo mucho más humilde porque te das cuenta de que los seres humanos somos unos principiantes. Después de estos experimentos con DMT me involucré de lleno en estudios místicos y profundicé leyendo escritos sobre misticismo para tratar de comprender estas grandiosas experiencias que tuve”.
Chris Mueli, otro de los pacientes que recibió varias dosis de DMT, aseguró por su parte que “en un momento apareció una ciudad a la distancia. Era oscura, verde y había muchas luces brillando bajo las nubes. Y todo esto empezó después de que pasaran frente a mis ojos unos tremendos patrones geométricos que eran increíblemente rápidos, eran tan rápidos que no se pueden ni describir. Estaba mirando la ciudad a lo lejos cuando de repente una gran bola de luz me pasó por enfrente. Yo me pregunté “¿Qué fue eso?”, pero no me asustó, aunque estuvo bastante cerca. Después de eso empecé a mirar a mi alrededor preguntándome “¿Qué hago yo aquí?” y justo después noté a esta mujer justo a mi derecha. Tenía una larga nariz, la piel verde y me di cuenta de que ella era la que estaba controlando la intensidad de la luz en la ciudad a lo lejos. Yo dije ¡Wow!, y en cuanto la miré, ella se dio cuenta de que la observaba y me preguntó: “¿Qué más quieres?” así que yo le dije: “¿Qué más tienes?” Ella detuvo lo que hacía y se acerco a mí y tomo algo así como un desarmador y, aunque suene increíble, destapó un lado de mi cabeza, y sentí toda esta presión irse y yo le dije: “Uf!, me siento muchísimo mejor”.
Después de los experimentos, se determinó que cerca del 70% de los voluntarios habían asegurado que los experimentos con la DTM estaban dentro de las 5 experiencias espirituales personales más significativas de sus vidas. El psiquiatra Allan Wats consideró, de hecho, que el término “mind blowing” (explosivo mental) debió haber sido inventado para definir a esta droga: “Es como ser disparado desde la punta de un cañón atómico… Los pensamientos y las visiones se suceden a gran velocidad; una sensación de abandonar o trascender el tiempo y una sensación de que los objetos han perdido toda forma y se están disolviendo en un juego de vibraciones es característico. El efecto puede ser la transportación instantánea hacia otro universo en un viaje sin tiempo… La DMT es muy interesante y extremadamente intensa, aunque no necesariamente placentera”.
La DMT, la partícula del alma
El doctor Rick Strassman, quien posteriormente publicaría los resultados de su sorprendente investigación en el libro “DMT: The Spirit Molecule” (“ DMT: la partícula del espíritu”), admitió que “lo que me atraía de la DMT era su presencia natural en el organismo humano. La fuente de esta sustancia parece ser la misteriosa glándula pineal, un minúsculo órgano situado en el centro del cerebro. La medicina moderna sabe muy poco sobre la función de esta pequeña glándula, que tiene una abundante historia “metafísica”. Por ejemplo, Descartes decía que la glándula pineal era la “sede del alma” y, según las tradiciones místicas occidentales y orientales, el centro de nuestro espíritu más elevado se encuentra precisamente allí. Me fui interesando en la glándula pineal como una posible fuente de algún químico alucinogéno en el cerebro porque también tiene una larga historia en el contexto de la literatura mística. Ha sido descrita como el tercer ojo o el “crown chakra” y este tipo de cosas, y se habla de que puede ser activado cuando se adquiere un nivel elevado de conciencia mística. Y uno de los aspectos realmente interesantes del desarrollo pineal es que aparece en el embrión humano exactamente a los 49 días de gestación, y sorprendentemente 49 días es también el tiempo que los monjes tibetanos creen que tarda un alma en reencarnarse de nuevo en otro cuerpo. Esa es una coincidencia bastante interesante. También se da la diferenciación del feto en sexo masculino o femenino a los 49 días. Así fue que me impactó toda esta correspondencia temporal, y conforme fui avanzando empecé a investigar acerca de las propiedades químicas de la glándula pineal. Y fue bastante aparente que esta era capaz de producir un compuesto llamado DMT o Dimetiltriptamina, que es como el primo químico de la Serotonina. Y es un químico de tipo profundamente alucinógeno. Es como si la glándula pineal tuviera todos los precursores, enzimas y bloques constructivos requeridos para producir DMT.”
El doctor Strassman agregó que “nuestros experimentos nos permitieron concluir que la producción excesiva de DMT por la glándula pineal tenía que ver con los estados «psicodélicos» que ocurren naturalmente. Entre ellos cabe mencionar las experiencias del nacimiento, la muerte, las experiencias cercanas a la muerte, la psicosis y las experiencias místicas. Un tiempo después, cuando el estudio ya estaba bien avanzado, empecé también a considerar el papel de la DMT en las experiencias de “raptos por extraterrestres”, pues uno de los aspectos más inesperados de los resultados del estudio, fue la frecuencia con la que las personas describieron contactos con unos tipos de entes inteligentes, los cuales eran conscientes de esto e interactuaban con los voluntarios en un tipo de espacio extremadamente extraño”.
Detalló en su estudio que la glándula pineal estaba extremadamente bien protegida del stress, pero igualmente podía estresarse si el stress era suficientemente alto. “Los mecanismos pineales pueden ser modificados. Y obviamente, el momento de mayor stress es el momento de la muerte. Las hormonas del stress como adrenalina y endorfina se encuentran a niveles extraordinariamente altos al momento de la muerte, y este a su vez, posiblemente estimule la salida de DMT desde la glándula pineal. Y es así que uno puede concebir la conciencia de un individuo a punto de morir, siendo expuesto a este gran relámpago de DMT, por lo que lo último de lo se es consciente en el cuerpo es la experiencia de gran cantidad de este increíble compuesto alucinógeno”.
Strassman concluyó, finalmente, que la dimetiltriptamina al vincularse con la generación de imágenes en los sueños, con los estados de conciencia que generan las experiencias cercanas a la muerte y todo tipo de experiencias místicas, es “una especie de portal para la transición del espíritu fuera del cuerpo, a mi parecer. En cierto sentido, la presencia de DMT en nuestro cerebro, en nuestra corriente sanguínea, es como una prueba de que existe una realidad espiritual, sin mencionar que la glándula pineal, como se mencionó anteriormente, se hace visible en el feto humano a los 49 días, que es la misma cantidad de días en los que un alma tarda en reencarnar según el Libro Tibetano de los Muertos, por lo que no es descabellado afirmar que el alma encarna en el cuerpo a la séptima semana de embarazo. Siguiendo los informes de experiencias cercanas a la muerte en los que se describen momentos de conciencia fuera del cuerpo, creo es el DMT el que hace accesible estos estados de conciencia, mientras que la glándula pineal podría actuar como una antena o un pararrayos para el alma”.
ARMANDO RODRIGUEZ MORALES
Soberano de la República Errante MENDA LERENDA.
Copyright © 2017. All Rights Reserved.
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