Nuestro verdadero centro: el ombligo Publicado por Tahíta el 2 de Octubre de 2016 a las 12:47pm Desde hace miles de años los orientales conocen la importancia de este centro: el ombligo, esa cicatriz que queda después de cortar el cordón umbilical, que nos recuerda de dónde venimos, que nos remite a la no preocupación de alimento y abrigo porque todo nos era dado en la matriz de nuestra madre a través de él. El ombligo juega un papel fundamental en nuestro cuerpo porque durante la concepción es aquí donde se forma su primera célula y cada parte de él se desarrolla en espiral alrededor de esta primera célula.
Cuando perdemos la conciencia de nuestro verdadero centro y nos instalamos en
el cerebro y en la razón, nos volvemos racionales y nos olvidamos de la gran
sabiduría que reside en nuestras entrañas. Según la medicina oriental, dos
dedos por debajo del ombligo "hacia adentro" se halla un importante
centro energético: para los japoneses es el Hara, para los chinos es el Tan
Tien. Los antiguos taoístas chinos descubrieron que el área detrás del ombligo
es el centro energético más crucial y potente del cuerpo. Cualquier molestia o
bloqueo en esta zona obstaculiza el libre flujo de la energía vital. Esta zona
representa el centro de gravedad del cuerpo y tiene relación con la confianza
en uno mismo. Si el Hara está fuerte, la persona no tiene miedos, es creativa y
psicológicamente centrada. Si hay un bloqueo, predominan las emociones como el
miedo, la ira y la inseguridad. Los orientales designan al vientre y a lo que
allí reside como la conciencia profunda del ser. El verdadero centro no es el
pecho, el corazón o la cabeza sino el vientre. ¿Cómo está nuestro centro?
Siéntate recto, relaja tu postura así que el abdomen este blando. Pon la punta
del dedo medio en tu ombligo y, delicadamente y despacito, aprieta hacia
adentro. Controla cuánto puedes confortablemente entrar en tu barriga y si el
dedo puede penetrar hasta la parte frontal de la columna sin dolor, estás
limpio y libre de residuos físicos de antiguas emociones. Una de las primeras
cosas que debemos atender es re-aprender a respirar con el abdomen como hacen
los bebés. Una buena técnica de respiración es la siguiente: inhalar
profundamente de manera que nuestro estómago se distienda, llevar la respiración
hacia abajo, hacia el Hara, donde reside la esencia del "ser"
(ombligo). Retenemos por unos cuatro segundos y exhalamos por la boca hasta que
nuestro estómago baje… Repetimos este tipo de respiración diez veces… Ahí está
nuestra paz y seguridad. ¿Cómo despertar al ombligo? El ombligo está conectado
directamente con cualquier otra parte del cuerpo y trabajando sobre él se puede
afectar el cuerpo entero. Los taoístas entrenan esta zona del bajo vientre para
que cumpla con las funciones de "un segundo cerebro". Lo llaman
también "campo del elixir", como modo de describir las oleadas de
energía que se despiertan al trabajarlo. Un buen ejercicio consiste en mantener
los pies y el perineo conectados hacia la tierra, las rodillas flexionadas, la
columna vertebral alineada y recta, los hombros bajos y relajados y la cúspide
la cabeza colgando como de un hilo, desde el cielo. Luego, la respiración y la
atención deberán concentrarse en la zona del ombligo y del bajo vientre.
Otro
modo de despertar el Hara es la práctica de auto masajes. Uno es el Chi Nei
Tsang: a través de un suave y directo auto-masaje sobre todo el abdomen y dando
vueltas con nuestro dedo pulgar alrededor del ombligo en sentido antihorario,
nos permitirá liberarnos de tensiones físicas, mentales, emocionales y
espirituales. Otro tipo de masaje similar es el zen-shiatsu, en el cual también
se hace presión y auto masaje sobre el abdomen para distinguir el buen o mal
funcionamiento de los órganos. La intuición nos dirá en dónde está el problema.
Con estas técnicas integrales que pueden ser auto aplicadas, lograremos el
bienestar y la conexión correcta entre todos los aspectos: Emocional: ya que
relaja los órganos de las tensiones acumuladas y los libera de las emociones
negativas que los están cargando. Todas las emociones de nuestra vida que no
hemos procesado se almacenan un nuestros sistemas y órganos internos a la
espera de ser tratadas. La escasa "digestión" emocional es una causa
importante de falta de salud. Físico: porque desintoxica el cuerpo, liberándolo
de cualquier exceso de estancamiento. Mejora así la eliminación de toxinas y
estimula los sistemas linfático, circulatorio, esquelético, además de
fortalecer el sistema inmunitario y la resistencia a las enfermedades.
Auto-conocimiento: nos enseña y nos lleva al conocimiento de nosotros mismos,
nos conecta con el universo, nos hace más espirituales, nos tranquiliza, nos
hace sentirnos seguros y confiados. Para poder acceder y llegar al centro será
necesario un entrenamiento cotidiano. Puede ser la práctica de tai-chi, aikido,
yoga, etc., lo cual conducirán a la propia búsqueda de la resolución de los
conflictos. En el pensamiento occidental, la globalización, el materialismo
parece agotarse la necesidad de auto analizarse, de conectarse con la naturaleza;
dejamos de lado la espiritualidad, hacemos a un lado nuestra esencia… vayamos
pues a nuestro campo de nostalgia, a nuestro verdadero ser, a nuestra energía
del poder espiritual… al cultivo del ombligo.
OTROS ENLACES EN LA RED El Hara, Centro Vital del Ser La comprensión profunda - Practica Zen Estar en Hara... estar en paz AutoShiatsu La órbita microcósmica FUENTE: http://elquecorreconlobos.blogspot.com.ar/
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