En épocas ancestrales ofrecer una mandarina a un invitado era considerado una ofrenda y una bendición, pero ¿Por qué? Porque la mandarina tiene propiedades esotéricas como la mejoría del estado de ánimo, promueve la conexión con nuestras almas de niños, ayuda a alejar el miedo y la angustia, entre muchísimas cosas más.
Facilita nuestra armonía amorosa, reforzando el amor.
Reanima en momentos de ansiedad y depresión, estimulando una visión positiva.
Atrae la felicidad y la creatividad.
El aroma a mandarina de este incienso atrae la prosperidad y abundancia al hogar.
Refuerza la afectividad y amor de nuestras parejas, facilitando la comunicación y el entendimiento.
Te permite limpiar tu aura, así como renovar las energías de tu alma.
Cuando tengas problemas de insomnio, porque las preocupaciones te quiten el sueño, entonces la mandarina es una gran opción.
Gran herramienta para superar duelos.
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