Los Nueve Eneatipos Claudio Naranjo
De Claudio Naranjo
Actualmente, el Eneagrama está
considerado como el sistema de identificación de personalidad más completo,
sofisticado, práctico y útil, jamás descrito. Estructura y funcionamiento de
éste Eneagrama La palabra Eneagrama deriva del griego enneagramma, que significa
figura de nueve lados. De ahí que, tal y como la ilustra la figura, el
eneagrama esté representado por una estrella de nueve puntas inscrita en un
círculo.(Figura 1)
El círculo representa el mundo y, las
puntas, las diferentes maneras de percibirlo. Para identificar mejor cada
variante, se le asignó una cifra y un nombre a cada una, constituyendo así los
nueve tipos distintos de personalidad:
1. El perfeccionista 2. El altruista 3.
El ejecutor 4. El romántico 5. El observador 6. El leal 7. El epicúreo 8. El
jefe 9. El mediador
LOS NUEVE TIPOS DE PERSONALIDAD:
La pertenencia a un eneatipo determinado
es innata, es decir, la elección no es voluntaria. Esto se debe a que, cada
eneatipo, en función del ambiente familiar que haya tenido, adopta inconscientemente
un mecanismo de defensa que desarrolla en su edad adulta. Dicho mecanismo
cumple la función de encubrir los motivos ocultos por los que se comporta de un
modo en concreto.
Pese a que nos podamos ver influenciados
por otros eneatipos o incluso apropiarnos de algunas de sus características,
mayoritariamente nos comportamos según el esquema de nuestro tipo.
Los nueve tipos de eneatipos
ENEATIPO 1: EL PERFECCIONISTA
El eneatipo 1, integrado en el grupo
visceral, suele calificar de muy dura su infancia. Esta afirmación es cierta en
cuanto a que, durante su niñez, fue severamente criticado o castigado. Para
escapar de los problemas, se obsesionó intentando ser bueno y correcto en todo
momento. No es de extrañar, entonces, que el uno sea perfeccionista,
meticuloso, auto disciplinado, cumplidor e hipercrítico con los demás, con el
enorme sacrificio y el gran control interno que ello conlleva.
Al perfeccionista le aterra tanto
cometer errores, que con frecuencia antepone el deber al placer. Para él, sólo
hay una forma correcta de hacer las cosas: la imperfección le irrita. Además,
tiende a la corrección en las formas, al control de sus reacciones, a la
rigidez y a la falta de espontaneidad. Cree estar dotado de un alto sentido
ético y moral y es respetuoso hacia las reglas y normas sociales. Su elevado
nivel de exigencia le lleva a una fuerte ira interna, que reprime y sólo
manifiesta de forma racionalizada, corrigiéndose y corrigiendo a los demás,
defendiendo con ahínco lo que cree justo.
En contraposición a esta rigidez tan
característica de su eneatipo, el uno se distingue positivamente del resto, por
su capacidad de concentración en el trabajo bien hecho.
ENEATIPO 2: EL ALTRUISTA
Este eneatipo, incluido en el grupo de
los cordiales, también es conocido como el ayudador del eneagrama.
De muy niño aprendió que, para ser
querido y aceptado, debía ser siempre agradable y afectuoso. Asimismo, se
acostumbró a actuar satisfaciendo las necesidades ajenas. En consecuencia, ya
de adulto, siguió basando su comportamiento en la búsqueda de aprobación. De
hecho, el núcleo más importante de su vida son las relaciones. Tiene la
imperante necesidad de sentirse amado, protegido e importante en la vida de los
demás, para satisfacer su necesidad encubierta de amor.
Al dos le gusta ayudar a los demás y
sentirse imprescindible, pues necesita sentirse necesitado, tendiendo incluso a
descuidar sus propias necesidades, para complacer a los otros, con la secreta
esperanza de que, de esta manera, será correspondido sin tener que pedir.
Su mensaje oculto es: “te doy para que
me quieras”. No obstante, cuando el balance entre lo que da y lo que recibe no
está equilibrado, el altruista se siente explotado y decepcionado. Es en estos
momentos cuando exterioriza su mayor defecto, el orgullo. Sin embargo, también
se sirve de la manipulación para obtener los resultados deseados.
Otro rasgo destacado de su personalidad
es su imagen amable y seductora.
ENEATIPO 3: EL EJECUTOREl eneatipo tres,
perteneciente al grupo cordial, vivió una infancia basada en las recompensas
que recibía por cada uno de sus logros. Tanto su imagen como su actuación
primaban sobre los aspectos emocionales. A raíz de esto, aprendió a reprimir
sus propias emociones y a centrar su atención en adquirir estatus que le
garantizara el amor.
En la edad adulta elude el fracaso
porque está convencido de que sólo los ganadores son dignos de amor. De hecho,
suele aparcar sus sentimientos, especialmente los que podrían hacerle parecer
débil o descubrir su vulnerabilidad, para centrarse en conseguir objetivos
profesionales, triunfar y adquirir estatus social.
El ejecutor es básicamente luchador,
competitivo, dinámico, pragmático y socialmente brillante. La imagen que da es
muy importante para él y sabe ajustarla a las expectativas del otro.
Camaleónico y buen vendedor de sí mismo, a menudo confunde la imagen que da,
con su propio ser. Se podría decir que, por su forma de ser en conjunto,
representa aquello que más valora la cultura norteamericana.
En general, le conviene trabajar la
sinceridad, la honestidad y la propia transparencia, prestando más atención a
sus sentimientos y necesidades. También debería dedicar más tiempo al ocio y al
descanso. 3
Los 9 tipos de personalidad del
eneagrama
ENEATIPO 4: EL ROMANTICO
Este eneatipo, englobado dentro del
grupo de los cordiales, experimentó el abandono, en forma de divorcio o
separación de los padres, en su más tierna infancia. De modo inconsciente,
sufre por la carencia que conllevó esa vivencia y, asimismo, envidia lo que
tienen los demás, percibiéndolo como algo que a él le ha sido negado. Por eso,
en la edad adulta, busca la intensidad emocional y el dramatismo, para sentirse
vivo.
El romántico está secretamente
convencido de que la gente le abandona porque posee una tara personal que
provoca rechazo. Tanto es así, que reproduce constantemente su traumática
experiencia abandonando a sus parejas o siendo abandonado por ellas. Por otra
parte, al verse muy diferente a los demás, potencia este rasgo de distinción
sintiéndose especial. Así pues, no es de extrañar que se le califique de
bohemio, raro, original, distinto, e incluso excéntrico.
El cuatro necesita calor afectivo,
compartir su estado de ánimo, sentirse escuchado y querido, vivir momentos
únicos, intensos y excepcionales. Fundamentalmente es romántico, sensible,
creativo, preocupado por la belleza y la estética, con tendencias artísticas.
Rechaza la rutina y la vulgaridad.
Su máximo defecto es la envidia, pero
también le definen rasgos negativos, tales como su propensión a los altibajos
emocionales y a la depresión, su visión fatalista de la vida y su tendencia a
vivir en el pasado o en el futuro, pero difícilmente en el presente.
ENEATIPO 5: EL OBSERVADOR
Este eneatipo, integrante del grupo
cerebral, se sintió muy invadido en su infancia: careció de intimidad y su
privacidad fue violada. Este es, a menudo, el caso de los hijos de familia muy
numerosa. A consecuencia de esto, el cinco elaboró una estrategia consistente
en retirarse y aislarse para proteger su espacio privado. Para él, el mundo
exterior es amenazante y peligroso.
Así pues, el cinco es muy celoso de su
intimidad y le gusta observar más que participar. Como le cuesta expresar sus
emociones, suele mantener una actitud fría y distante, protegiéndose
excesivamente del contacto con los demás. Estar demasiado tiempo con los demás
le fatiga porque sus demandas afectivas le hacen sentir inseguro. Y,
ciertamente, le resulta más fácil sentir y ordenar sus emociones cuando está
solo.
Lo que más le apasiona es analizar,
comprender y acumular conocimientos. Tiende a ser independiente y
autosuficiente.
En general, le convendría aprender a
tolerar sus sentimientos, sin desconectarse, y a no esconderse cuando los demás
buscan una respuesta de ellos. También les beneficiaría compartir sus
conocimientos y sus emociones, para salir de su aislamiento.
ENEATIPO 6: EL LEAL
El eneatipo seis, también integrante del
grupo cordial, creció en un ambiente familiar hostil, generalmente marcado por
unos padres dominantes y autoritarios que, además de castigarlo y humillarlo,
no le inspiraban ninguna confianza. Estos castigos respondían a la
inestabilidad paternal, más que a un mal comportamiento del seis. En
consecuencia, éste perdió la fe en la autoridad y empezó a sospechar de las
intenciones de los demás.
No obstante, pese a que, de adulto, le
cuesta confiar en los demás, cuando lo hace, denota un elevado sentido de la
lealtad.
En su edad adulta, el leal opta, o bien
por encontrar una figura protectora sólida, o bien por desafiar a la autoridad.
Este eneatipo exagera los peligros y
evita los riesgos, mostrándose excesivamente prudente y temeroso. Sin embargo,
aunque esté siempre alerta, detesta sentirse observado.
Antes de actuar, da muchas vueltas a la
situación y tiene muchas dudas. Aparte, posee un estricto sentido del deber y
suele aferrarse a las normas y a las cosas previsibles, para obtener seguridad.
Le agrada defender a los débiles, aunque vea la batalla perdida de antemano.
En general, le conviene aprender a
correr riesgos, a actuar y a seguir adelante ,aún sintiendo miedo, y a tomar
decisiones para ganar confianza en sí mismo. No debería eludir
responsabilidades escudándose en la autoridad.
ENEATIPO 7: EL EPICUREO
El eneatipo siete es el tercer y último
miembro del grupo cerebral.
Recuerda su infancia con cariño, ya que
todos los recuerdos que tiene de ella son agradables. De todos los eneatipos,
el siete, se caracteriza por haber tenido la infancia más idílica.
Teniendo en cuenta esto, no es de
extrañar que el siete sea optimista por naturaleza, pues para él la vida es una
fiesta continua.
El epicúreo, como su nombre indica,
busca constantemente el placer, la aventura y el hedonismo. Por otra parte,
posee una mente ágil, así como una imaginación privilegiada, y es un
conversador brillante y persuasivo.
Como contrapartida, le cuesta afrontar las
realidades dolorosas de la vida. Intenta evadirse del aburrimiento y del dolor
manteniendo altos niveles de excitación, realizando muchas actividades y
dejando múltiples opciones abiertas. Adora la novedad, tener muchos proyectos y
estar continuamente en movimiento, pero le cuesta terminar lo que ha empezado.
Indisciplinado y auto indulgente, no soporta los límites, ni sentirse atado por
compromisos.
Le conviene aprender a llevar adelante
los compromisos adquiridos, en lugar de buscar continuamente la novedad y el
cambio; a saber establecer prioridades sin dejarse llevar por los impulsos del
momento; a afrontar el dolor cuando es necesario, resistiendo su tendencia a
evadirse en la búsqueda compulsiva de placer o a exagerar el lado positivo de
las cosas, y a profundizar más dando preferencia a la calidad ,antes que a la
cantidad.
ENEATIPO 8: EL JEFE
El eneatipo ocho, integrante del grupo
visceral, se crió en un ambiente combativo ,donde los fuertes eran respetados y
los débiles no. Su temor a encontrarse en desventaja hizo que se protegiera,
llegando a desarrollar una exquisita sensibilidad para detectar las intenciones
negativas de los demás.
Ya de adulto, el ocho se crece con el
conflicto, no le asusta. Se identifica a sí mismo como un justiciero deseoso de
defender a los débiles y de luchar contra causas injustas.
El jefe es una persona visceral,
impulsiva, directa, dominante. Por lo general, ha desarrollado excesivamente su
agresividad y su lado duro, en detrimento de su lado más tierno y sensible. Le
gusta tener control de las situaciones e imponer sus propias reglas. Es
combativo, pasional y capaz de tomar decisiones rápidas. Se abre camino por la
fuerza y tiende a saltarse las prohibiciones y los límites. Siente una gran
energía que se manifiesta, sobre todo, a través de la ira. A menudo, busca la
confrontación para conocer las motivaciones del otro y saber dónde situarle,
como amigo o como enemigo. El asunto central para él es: “¿quién tiene el
poder?” Es muy fiel a sus amigos. Pese a tener un gran corazón, demuestra su
afecto protegiendo.
ENEATIPO 9: EL MEDIADOR
Este eneatipo, también considerado el
pacificador del eneagrama, pertenece al grupo visceral.
Dado que el eneatipo 9 se sintió
ignorado durante su infancia; bien porque sus opiniones no eran tenidas en
cuenta, o porque sus hermanos le eclipsaban, aprendió a anestesiar sus
necesidades e incluso a olvidarse de sí mismo. De ahí que a menudo se fusione
con los deseos de los demás y los sienta como propios.
El mediador teme hasta tal punto la
separación y anhela tanto la armonía en sus relaciones, que opta por reprimir
su ira para evitar confrontaciones y conflictos. Por esta razón, le gustan la
tranquilidad, la comodidad y una cierta rutina.
El nueve es conocido por su carácter
bondadoso y conciliador. De todos los eneatipos, él es el que mejor sabe
escuchar y comprender a los demás, poniéndose en su lugar. No obstante, detesta
sentirse presionado y es incapaz de tomar decisiones con rapidez.
Su mayor defecto es la pereza, ya que le
cuesta diferenciar lo importante de lo secundario y tiene tendencia a una
cierta indolencia y a postergar. En ocasiones puede mitigar su ansiedad
comiendo o bebiendo en exceso.