El camino del guerrero espiritual no es suave y no es dulce. No es artificialmente dichoso ni finge perdonar. No tiene miedo a la división. No tiene miedo de su propia sombra.
No tiene miedo de perder popularidad cuando habla su verdad. No se va por las ramas cuando la franqueza es esencial. No tiene en cuenta los intereses creados que causan sufrimiento.
Es benevolente y es ardiente y es astutamente honesto en sus esfuerzos para liberarse a sí mismo y a la humanidad de los lazos egoístas que lo atan. El rechazo de opiniones fuertes en nombre de la espiritualidad es anti-espiritual.
La espiritualidad que sólo es suave es una receta para el desastre, lo que permite que toda forma de manipulación pueda correr libre. La espiritualidad real es una búsqueda de la verdad, en todas sus formas.
A veces encontramos la verdad en el cojín de la meditación, y a veces la encontramos en el corazón del conflicto.
Que todos los guerreros espirituales se levanten en plenitud.
– Jeff Brown
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