*LA VERDAD MAS ANTIGUA.*
Don Juan, el chamán yaqui mexicano, cuenta a Carlos Castañeda lo siguiente:
—Hay un predador que vino de las profundidades del cosmos y se hizo
con el gobierno de nuestras vidas. Los seres humanos son sus prisioneros. El
predador es nuestro dueño y señor. Nos ha hecho dóciles, nada podemos
hacer. Si queremos protestar, él suprime nuestra protesta. Si queremos actuar
por nuestra cuenta, nos dice que no lo hagamos… Me he estado yendo por las
ramas todo este tiempo, insinuándote que algo nos está manteniendo presos.
En efecto, ¡estamos presos!
—Esto fue un hecho muy claro para los hechiceros del antiguo México…
Ellos se hicieron cargo de nosotros porque somos comida para ellos, y nos
exprimen sin piedad porque somos su alimento. Tal y como nosotros criamos
gallinas en los gallineros, los predadores nos crían en corrales humanos.
Así, siempre tienen comida disponible.
—No, no, no, no —contestó Carlos—. Esto es absurdo, Don Juan. Lo que
estás diciendo es monstruoso. Simplemente no puede ser verdad, ni para un hechicero ni para un hombre de la calle, ni para nadie.
—¿Por qué no? —pregunta Don Juan con calma—. ¿Por qué no? ¿Porque
te enfurece?… Todavía no has oído todas las alegaciones. Quiero hacer un
llamamiento a tu mente analítica. Piensa por un momento y dime cómo
explicarías las contradicciones entre la inteligencia de un ingeniero y la
estupidez de sus creencias, o la estupidez de su comportamiento
contradictorio. Los hechiceros creen que los predadores nos han trasmitido
sus credos, nuestras ideas sobre el bien y el mal, nuestras costumbres sociales.
Ellos son los que organizan nuestras esperanzas y expectativas y sueños de
éxito o fracaso. Ellos nos han dado codicia, avaricia y cobardía. Son los
predadores los que nos hacen ser complacientes, rutinarios y ególatras.
—Pero ¿cómo pueden hacerlo, Don Juan? —preguntó Carlos todavía más
enfurecido por lo que le estaba diciendo—. ¿Nos susurran todo esto al oído
mientras estamos durmiendo?
—No, no lo hacen de esta manera. ¡Esto es una idiotez! —dijo Don Juan,
sonriendo—. Ellos son infinitamente más eficientes y organizados que esto.
Con el fin de mantenernos obedientes y sumisos y débiles, los predadores
emprendieron una formidable maniobra; formidable, por supuesto, desde el
punto de vista de un estratega que lucha. Una maniobra horrenda desde el
punto de vista de aquellos que la sufren. ¡Ellos nos dieron su mente! ¿Me
oyes? Los predadores nos dan su mente, que pasa a ser nuestra. La mente de
los predadores es barroca, contradictoria, morosa, está llena de miedo de que
la descubran en cualquier instante.
—Sé que a pesar de que nunca hayas pasado hambre… tienes ansiedad de
comida, que no es otra cosa que la ansiedad del predador, quien tiene miedo
de que en cualquier momento su maniobra vaya a ser destapada y su comida
denegada. A través de la mente, que después de todo es su mente, los
predadores inyectan en las vidas de los humanos cualquier cosa que les
convenga. Y se aseguran, de esta manera, una especie de barrera protectora
contra su miedo.
—Los hechiceros del antiguo México no tenían muy claro cuándo apareció [el predador] en la Tierra. Pensaron que el hombre debió de haber
sido un ser completo en un momento dado, con profundos conocimientos y
unos niveles de conciencia que hoy en día se han convertido en leyendas
mitológicas. Después todo parece desaparecer, y ahora tenemos a un hombre sedado. Lo que quiero decir es que lo que tenemos frente a nosotros no es un simple predador. Es muy hábil y organizado. Sigue un sistema metódico para
volvernos inútiles. El hombre, el ser mágico que está destinado a ser, ha dejado de ser mágico. Es un pedazo de carne mediocre.
—No le quedan más sueños al hombre que los sueños de un animal que está siendo criado para convertirse en un pedazo de carne: trillado, convencional, imbécil.
SELLO AMOR
PLANDEMIA 2030
se puede negar su actividad(cerebro reptiliano): al comenzar el día decir nombre de persona/avatar, negando permiso a manifestarse/activarse y a la mente observarla siempre y dominarla cómo si fuera un caballo loco,lo dicen los maestros.
DAHARA VIDYA